sábado, 18 de diciembre de 2010

El cuatro o nada

Por: Sandy R. Genao Cruz

La educación del pueblo
debe ser la prioridad
por eso señor gobierno
hable menos, invierta más.

Se dice que no hay dinero
para invertir en la escuela
¿cómo crece la economía?
¿si siempre estamos en la quiebra?

La Constitución dice cuatro
el gobierno invierte un dos
si esto no es violar la ley
¿qué nombre le pongo yo?

Esto no hay que negociarlo
es cuestión de que se cumpla
porque es la ley que lo ordena
y la ley es incorrupta.

El pueblo se despertó
y está exigiendo respeto,
exigiéndole al gobierno
más escuelas, menos metro.

El cuatro es la consigna
y no salimos de ahí
lo ordena la Constitución
y ésta se debe cumplir.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Trazos de mi inspiración

Por: Sandy R. Genao

Una vez me preguntaron
¿qué te anima a escribir?
yo no supe qué decir
me quedé como pasmado.
Luego salí del letargo
y le dije al preguntón:
¿quieres saber la razón
de las cosas que me inspiran?
Sería bueno que te escriba
las cosas que siento yo.

Encuentro la inspiración
en todo lo que veo a diario
en la ciudad, en el barrio,
en el campo y su verdor.
En el olor de las flores
que inunda todo el espacio
en los pájaros y su canto
que alegran la creación
en la labor de la abeja
en la lluvia y en el sol.

En el joven que trabaja
construyendo su futuro
en el que raya los muros
en el que en la esquina está
en el que la maldita droga
le ha robado la esperanza
en el que su meta alcanza
el que estudia cada día
soñando con una vida
de esperanza y libertad.

Me inspira la patria mía
el ejemplo de mi padre
la paciencia de mi madre
y el amor de mis hermanos.
También me inspira el barrio
y la gente que en él vive
me inspiran quienes deciden
nuestra sociedad cambiar
y están dispuestos a luchar
por otro mundo posible.

Me inspiran los chiriperos
que caminan cada día
me inspira doña María
que vende a diario su té
me inspira don José
que a pesar de tantos años
quiere subir un peldaño
y va a la universidad
porque dice que la edad
no es límite para aprender.

Mi familia me incentiva
cuando quiero imaginar
ella me inspira a crear
y a creer en lo que escribo.
Es que inspirándome siento
que la vida nunca pasa
siento que la desesperanza
sólo es cosa de un momento
algo que se lleva el viento
y que la letra es eterna.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Poema del sol

Por: Nicolás Guevara

Toma mis manos agobiadas
de abrir nuevos caminos
mi boca dulce de humedecer palabras
toma mis brazos fuertes
de abrazar el mundo
mis ojos esquivos de andar en la ternura
estos versos de colores
dibujados en el papel.

Asume todo lo que quieras:
mis pasos, mi silencio, mi universo
creciendo a golpes de sudor, pena y alegría.
Toma mis ideas camino hacia la luz
mi sonrisa movida por el viento
este deseo creciente de tocar el cielo
toma de mí
lo que te sirva para la vida
lo demás, déjalo tirado en el camino
donde lo pueda secar el sol.


(Tomado del libro: Después de un cuarto de siglo. 1989)

sábado, 20 de noviembre de 2010

Perdido en la oscuridad

Por: Jacinto Sención Mateo

El cielo oscurece de prisa
descansa el día, llega la noche
tan oscura la siento
tan distante la miro
no soporto su ausencia.

Camino sobre el abismo
cada vez más lejano
lo miro y no lo encuentro
mientras la noche llora
y la oscuridad tras mis pasos.

Paseo por la plaza mayor
ruidos me persiguen
día de mercado, de movimiento
sin ver los rostros perdidos
sin ver la luz en mis ojos.

Tiendo mis manos al cielo
y nada puedo tocar
busco hacia abajo y nada
solo al encuentro el abismo
abismo en la oscuridad.

Mientras me busco y me toco
no siento nada más que el frío
sólo el viento húmedo
y mis manos perdidas
buscando en la oscuridad.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Renacer

Por: Franklin A. Peralta E.

De meses imitadores de minutos
que se suceden lentos como segundos
quiero formar los paquetes diminutos
orgullo de los recuerdos trotamundos.

Beberse a sorbos cortos las sorpresas
canciones de revoluciones pérdidas
imagen renovadora de empresas
con sagradas escrituras compartidas.

Rehúyo de la oscura luz del llanto
su risa permisiva me intimida
busco en el olvido su verde canto.

Frío calor y deseo serán llama
cómplice incendiaria de la memoria
que renace otra vez porque aún ama.


(Al día siguiente de nacer la libertad en el 2002)

domingo, 7 de noviembre de 2010

Coma aquí y pique en su casa

Por: Rafael Alvarez de los Santos

Las personas de nuestros campos son muy expresivas, simpáticas, sinceras y diría que hasta ingenuas en muchas ocasiones.

Siempre he dicho que cada cierto tiempo hay que darse la vuelta por algún campo para no sentir que todo está perdido, para liberarnos un poco de las tensiones de la ciudad, y para reavivar el ánimo.

La historia que les contaré no me sucedió a mí como la mayoría de las historias que relato en estos escritos, sino que le pasó a una vecina mía. Una señora muy mayor, pero muy querida en nuestro campo. Omitiré el nombre de la señora por respeto a sus restos (pues ya falleció) y a sus familiares.

La hora del almuerzo siempre ha sido sagrada en los campos, tan así que hasta cerraban la puerta delantera de la casa y los negocios cerraban al mediodía y volvían a abrir a las dos de la tarde.

Esta señora se encontraba a punto de comenzar a almorzar cuando llegó un señor de imprevisto. Normalmente en los campos se suele cocinar más de lo normal por si llega alguien, pero en el caso de esta señora parece que no fue así.

En cuanto saludó el señor, la señora le dice “A buen tiempo” y él responde con la consabida expresión “Buen provecho”. En ese mismo instante se generó una conversación en torno a la comida:

Señora: Pero venga para que coma.

Señor: No gracias ya yo comí.

Señora: Pero cómase aunque sea un poco. No me haga el desplante.

Señor: Bueno, ya que tanto insiste voy a “picar” un poquito, porque ya yo comí. Es sólo por no hacerle el desaire.

Resulta que el señor se sentó, tomó el plato y como quien no quiere la cosa se comió toda la comida dejando a la doña sin comer.

Al ver la señora semejante acción, no le quedó otra alternativa que decirle a una nieta que tenía en la casa: “Nani, hazme el favor de ponerme un plátano a hervir”, mientras se dirigía al “invitado” diciéndole: “Y para la próxima coma aquí y pique en su casa”.

sábado, 30 de octubre de 2010

Sentado sobre los muertos

Por: Miguel Hernández

Sentado sobre los muertos
que se han callado en dos meses,
beso zapatos vacíos
y empuño rabiosamente
la mano del corazón
y el alma que lo mantiene.

Que mi voz suba a los montes
y baje a la tierra y truene,
eso pide mi garganta
desde ahora y desde siempre.

Acércate a mi clamor,
pueblo de mi misma leche,
árbol que con tus raíces
encarcelado me tienes,
que aquí estoy yo para amarte
y estoy para defenderte
con la sangre y con la boca
como dos fusiles fieles.

Si yo salí de la tierra,
si yo he nacido de un vientre
desdichado y con pobreza,
no fue sino para hacerme
ruiseñor de las desdichas,
eco de la mala suerte,
y cantar y repetir
a quien escucharme debe
cuanto a penas, cuanto a pobres,
cuanto a tierra se refiere.

Ayer amaneció el pueblo
desnudo y sin qué comer,
y el día de hoy amanece
justamente aborrascado
y sangriento justamente.
En su mano los fusiles
leones quieren volverse:
para acabar con las fieras
que lo han sido tantas veces.

Aunque le faltan las armas,
pueblo de cien mil poderes,
no desfallezcan tus huesos,
castiga a quien te malhiere
mientras que te queden puños,
uñas, saliva, y te queden
corazón, entrañas, tripas,
cosas de varón y dientes.
Bravo como el viento bravo,
leve como el aire leve,
asesina al que asesina,
aborrece al que aborrece
la paz de tu corazón
y el vientre de tus mujeres.
No te hieran por la espalda,
vive cara a cara y muere
con el pecho ante las balas,
ancho como las paredes.

Canto con la voz de luto,
pueblo de mí, por tus héroes:
tus ansias como las mías,
tus desventuras que tienen
del mismo metal el llanto,
las penas del mismo temple,
y de la misma madera
tu pensamiento y mi frente,
tu corazón y mi sangre,
tu dolor y mis laureles.
Antemuro de la nada
esta vida me parece.

Aquí estoy para vivir
mientras el alma me suene,
y aquí estoy para morir,
cuando la hora me llegue,
en los veneros del pueblo
desde ahora y desde siempre.
Varios tragos es la vida
y un solo trago es la muerte.


(Un día como hoy hace cien años nació Miguel Hernandez. 31 años después moriría en las mazmorras franquistas. 31 años y una obra inmortal).

martes, 19 de octubre de 2010

A la sombra de mis pensamientos

Por: Wandis de León

En ocasiones me pongo a buscar entre los escombros de la vida las respuestas que nunca aparecerán, o que las tengo escondidas, pero no tengo el valor de dármelas y cuestiono a Dios, porque no entiendo. Es la manera de creerme las cosas para demostrarme que no vale la pena sufrir y que la vida no es cruel. Pero cuando su crueldad te toca no importa tu condición, circunstancias, estatus o sexo.

Esta noche sentí que ese mundo que Dios hizo que viva, que construyera, que esta vida que quiso que viviera o creí vivir como él quería, es muy pesada y no puedo con ella.
Caminé en el sendero de mi soledad acompañada de mis pensamientos y me senté a la sombra de una vela que cuestionaba mi mirada perdida en el abismo y fue testigo de mi desvelo. Me acompañó hasta el amanecer contemplando el lecho donde descansaba el sueño de los seres más preciados y deseados, de los cuales el Creador me invitó a ser su co-creadora. Allí contemplé su paz al dormir, mientras mi alma ardía y sentía el murmullo más grande que en mi vida había sentido. Vigilé su paz como el alba a la aurora, como el sol a la luna, como el perro a su amo, como el gato a su presa, como el artista a su creación. Y ellos me dieron razones más que suficientes para sentir el valor de poder levantar los brazos hasta mi cabeza y alzar ese mundo desplomado sobre mí, esa vida que me aplastaba. Mi corazón estaba en los últimos suspiros, pero ese último latido se prolongó hasta el amanecer. Deseé hundirme en lágrimas, desaparecer, pero la imagen de ellos ante mí hizo que los latidos se duplicaran como un virus que se volvió coraje, que se volvió fuerza.

La vela que me observaba en silencio me hizo entender que ella estaba hecha para dar luz al igual que mi vida, que ella desafiaba el tiempo, el viento y el fuego, pero no se daba por vencida hasta no cumplir su misión.

Cuando desperté, abrí los ojos para convencerme que el peso del mundo no era más que una pesadilla. Pero vi que no, que la vida se me iba, que el dolor se apoderaba de mí; pero la sujeté y no la dejaré marchar. Lucho por seguir viva, porque tengo mucho que entregar y muchas preguntas por responder… hasta gastarme como la vela.

viernes, 15 de octubre de 2010

Ensayo de la naturaleza

Por: Sandy R. Genao

La naturaleza ha sido por los siglos de los siglos la inspiración de los poetas,
ha sido la musa impregnada en todos los que habitamos este planeta.

Es la naturaleza la fuente que muchas veces inspira lo que digo,
lo que hago y lo que escribo.

Es la naturaleza ese vehículo que abordo todos los días de mis días,
la viva expresión de mi vida.

Sueño con vivir en un medio natural,
en donde la “civilización” no haya puesto sus manos,
en donde la paz no sea un elemento de la política,
sino que ésta sea proporcionada por el medio en que habito.

Sueño con que la armonía sea la amiga que me da los buenos días cada mañana,
y las flores con sus mágicos olores y colores invadan cada rincón de mi casa.

Que sea el aroma que desprende el suelo quien me perfume después del baño matutino.

Que sea la misma tierra que siembro con alegría y esmero la que proporcione los alimentos que he de consumir.

Que sea el riachuelo que desciende limpio y cristalino desde la cercana montaña quien proporcione el agua que he de tomar.

Deseo y espero lograr algún día vivir en un espacio natural en donde sólo sea un ente más de los que conforman el paisaje que he de habitar.

sábado, 9 de octubre de 2010

El realismo mágico de Naiboa Literaria










Por: Jacinto Sención Mateo

Con sólo mencionar la palabra Naiboa Literaria nos transportamos al mundo de lo imaginario, de los deseos, de las vivencias, de las emociones; y sobre todo, de poder realizar los sueños a los que todos y todas aspiramos y pretendemos. La gran noche del viernes 27 de agosto del presente año nos volvió a confirmar por segunda ocasión que los sueños se transmutan en ideas y éstas en realidades alcanzables en la medida que estamos despiertos, vivos, en movimiento, haciendo de las experiencias una razón para vivir de nuevo.

La noche a la espera, la casa vacía, el trago sin prisa; sólo el silencio se preocupa y con miedo se ve rondar de esquina a esquina. El sabe que en minutos será devorado por la avalancha humana que se aproxima para hacer de la noche una tertulia de nunca acabar. El tiempo avanza y la prisa no se percibe. Cuerpos diminutos se acercan al lugar acordado, sin que la hora amargue la ambición de vivir por segunda vez el aniversario de lo que ha sido el realismo mágico de Naiboa Literaria.

Sin querer usurpar la canción del maestro Sabina, ya el ruido era una realidad palpable entre los presentes. Saludos cruzados, besos en mejillas, manos en los hombros, y en medio de todo el fervor, la mesa a la espera con tragos de guarapos de caña, que entre aperitivos y sorbos de cebada, hacían del ambiente una razón más para vivir de nuevo.

El tiempo pasaba sin ser visto, la noche se hacia más noche sin enterar a muchos, las botellas pasaban de llenas a vacías, muchas carcajadas, música en el fondo tan suave, agradable al oído, y las gentes tan alegre como ayer. Pero en los rostros de cada uno se podía apreciar la madurez de la vida, cuando en sus palabras se podía ver que eran hombres y mujeres llenos de gracias, personas reales con experiencias acumuladas.

La noche seguía de poema en poema, leído por los poetas, de los presentes, de los ausentes, sin que el ambiente dejara de ser el realismo mágico de Naiboa Literaria. Seguíamos con las anécdotas, los recuerdos, las vivencias, recordando el caminar por la vida, dibujando las sendas por donde ir, sin que la prisa apurase el paso de los poetas.

Sin avisar a los presentes se hizo presente el tiempo, la noche apeló al silencio, y sin coordinar palabras, las despedidas intervinieron el ambiente de nunca acabar. Sólo los nombres de Héctor, Milton, Franklin, Jana, Humberto, Noly, Wellington, Rafael, Joaquín, Vladi, Luli, Pamela, Elba, Seba, se entrecruzaban entre los oídos de los presentes; donde el adiós y el hasta pronto surgían por todos lados. La razón ya se sabía. Como decía el poeta: “las despedidas son tristes, pero más tristes son cuando no hay regreso”; y como hay regreso…

Sólo nos queda darles las gracias por sus presencias y por hacer de Naiboa Literaria un espacio para declamar la vida…

jueves, 16 de septiembre de 2010

Muchacha taimada

Por: Nicolás Guevara

Cada mañana te levantas, escoges un vestido y te metes al espejo. Callada sales a la calle, acudes al mercado, todos te miran –hermosa-. Luego vas al Instituto, conversas con amigas. Serena regresas a la casa, enciendes el televisor y como de costumbre, te abrumas. Entonces, penetras en tu cuarto, cierras el cerrojo, vuelves al espejo, paulatinamente te desnudas, sin pensarlo más invades la cama y desatas en ella los pensamientos y las ganas.

(Tomado del libro: Las piernas de mi poesía. 1987)

viernes, 10 de septiembre de 2010

Amontonando pecados

Por: Franklin Peralta

A Nicolás Guevara

Una vez más estuvimos en Santo Domingo. Una vez más nos juntamos los del grupo de Naiboa. Una vez más leímos tus poemas. Una vez más se escuchó: ... "una sonrisa de barrio / un barrio dibujado en la sonrisa". Y una vez más no amarramos tu presencia.

La próxima va en tu casa.

martes, 7 de septiembre de 2010

Sólo un sueño y nada más

Por: Jacinto Sención Mateo

La madrugada gris de los viajeros
sin ver que el amanecer recurra a ellos
fuertes oleajes sin rumbo fijo
desconcertada la mar por no morir
las aguas turbias cargadas de veneno
los hijos distantes de su porvenir
y el camino se pierde en el caminar.

En toda la orilla descansa su enojo
árboles sin vida, plásticos desnudos,
latas oxidadas, flores sin aromas,
mientras que las mentiras y la codicia
sacuden de raíz la primavera.

El azul se ha ido sin aviso
la sal tan amarga como el vino
la noche sin luna llena
el día sin los atardeceres
¿Adónde jugarán los niños?,
me pregunto.

Mientras que en el fondo muy a lo hondo
maltratos, silencio, víctimas desnudas,
leyes corrompidas al licitador,
jueces maltratados por la paga,
y sobre las aguas la impunidad sonríe.

Un nuevo amanecer ausente del sol
las aguas tan turbias como ayer
en la orilla descansa la muerte
los vivos por no morir
los muertos por no vivir
sólo un sueño y nada más.

lunes, 30 de agosto de 2010

Hacemos de tripas corazón

Por: Rafael Álvarez de los Santos

Los refranes, lejos de ser un tratado deontológico, son la expresión sencilla del legado de la experiencia que obliga a expresar en breves palabras la consecuencia o la advertencia ante una conducta reiterada. El refrán que encabeza este escrito es, a mi modo de ver, la manera más fehaciente de describir al pueblo dominicano.

La República Dominicana se ha ganado, a base de mucho esfuerzo, la fama de ser un país alegre, bullanguero y botarato. Tanto es así que en un estudio publicado en la prensa local se afirmaba que nuestro país es el segundo país más alegre del mundo, superado solamente por Costa Rica.

Dicho resultado asombró a más de una persona, en las que me incluyo, pues esta felicidad realmente contrasta con los niveles de vida y el porcentaje de pobreza que tenemos y que cada día va en aumento.

Pienso que, sencillamente, no es que seamos tan felices, sino que hemos aprendido a sobrevivir en medio de precariedades y a hacer realidad el refrán que dice: “si del cielo te caen limones aprende a hacer limonada”. Es decir, otra manera de hacer de tripas corazón.

El simple refrán como tal puede que no nos diga mucho sin detenernos en la imagen que el mismo encierra, o sea, estamos hablando de las tripas; ese conjunto de órganos internos del estómago donde terminan todos los desechos que el cuerpo pone en lista de espera para ser expulsados. De lo que se trata es, según el refrán, de transformar lo menos agradable del cuerpo en el órgano donde guardamos los sentimientos. Es tarea difícil visto de manera simple, pero lo que encierra es hermoso.

El pueblo dominicano ha decidido cambiar su lamento en baile y por difícil que esté la cosa siempre aparece una fría pal’calor y un colmadón para dar riendas sueltas al gozo, aunque el merengue que bailemos tenga como estrofa: “ay siña juanica de por Dios siña juanica, se me muere el niño y no tengo medicina, vendo el gallo bolo y la puerca bolanchina, ay siña juanica de poi Dio siña juanica”. Y un estribillo que diga “se me muere el niño, tiene tosferina y no tengo cuartos pa’la medicina.”

Un canto que, evidentemente expresa una desesperación que es lo más parecido a la realidad que abrigan nuestros barrios cuando se presenta la difícil situación del no tengo cuartos pa’la comida, de que “a lo lejos se oye en el pueblo tu llanto cuando tú estás consolando a toa’la familia porque no hay comida”.

Reímos hasta más no poder aunque el chiste seamos nosotros mismos, o sea, los pobres. Saludamos con efusivo abrazo aunque nos falten los mismos. Elogiamos la obra de un síndico que construye aceras y contenes y recoja la basura, por lo difícil que es encontrar quienes cumplan con su función.

Definitivamente que nos alegramos por todo. Saltamos de alegría cuando tenemos energía eléctrica, cuando la policía ha decidido soltar de la cárcel al joven que fue prendido sólo por su imagen. La alegría nos sobrecoge cuando la justicia, siempre tan injusta, condena a los corruptos aunque sea a cinco años de prisión sin obligarles a devolverle al país los bienes sustraídos.

Vivimos en la viva esperanza de que “si de aquí saliera petróleo, como sale de Kuwait, si de aquí saliera petróleo, que bendición mi compay”.

Y no es que seamos irreverentes ni herejes, sino que la fe tan férrea de este pueblo le lleva a bailar en alguna discoteca o estadio de pelota las letras de una rítmica canción que dice “Jesús me dijo que me riera si el enemigo me tienta en la carrera, también me dijo no te mortifiques que yo le envío mis avispas pa’que lo piquen”.

Hemos cumplido a cabalidad el texto, nos hemos reído cuando el enemigo nos ha tentado inclusive a matarlos por los abusos cometidos en pos de los más empobrecidos. No nos hemos mortificado porque sabemos que el Señor enviará las avispas pa’que lo piquen.

Tengo una sola pregunta para ti Señor y de antemano te pido me perdones por la misma, ¿cuándo las avispas lo piquen: será en pedacitos? Te repito que es sólo una pregunta.

viernes, 6 de agosto de 2010

Mejor

Por: Franklin A. Peralta E.

Mejor pagamos la hipoteca
y soltamos las velas.
Mejor pedimos la cuenta.

Mejor cerramos el programa
y nos ponemos las gafas
que nos sacan del engaño
del azul turquesa.

Mejor corremos el telón y aplaudimos
porque nos hemos librado al fin
de seguir escenificando la muerte por paludismo.

Mejor la sinrazón de exigir el uso de la razón
cuando no nos favorece.
Mejor construir la casa sobre la arena
y alimentar la esperanza del desastre.

Mejor desconectarnos de la toma de energía vital
y ante el apagón de sentido
sentirnos afortunados.

Mejor rompemos el contrato con nuestra identidad
y nos afiliamos al gusto de la otra orilla
donde las olas niegan su vaivén y sólo se retiran.

Mejor aceptar que se acabó
¿Mejor?


(Cuando se acabó… el 2002)

domingo, 1 de agosto de 2010

Imposible...

Por: Sandy R. Genao Cruz

No se logrará la paz,
sin justicia para todos;
si muchos no tienen nada,
y pocos lo tienen todo.

No es posible ser feliz
si queremos andar solos,
si decidimos aislarnos
creyéndonos mejor que todos.

No se puede tener fe…
si no existe compromiso,
si no somos solidarios
y la bondad es sólo un mito.

Es absurdo el amor…
sin un corazón sensible,
si el odio nos domina,
y el rencor nos aflige.

No se alcanzarán las metas…
sin dedicación y entrega,
sin alguien que nos anime
cuando el desencanto llega.

domingo, 25 de julio de 2010

Desde una esquina

Por: Nicolás Guevara

Tras el murmullo de la gente
el barrio crece callado
sobre la piel de un niño
de calzón roto y camisa de espanto
sonrisa larga y mirada infinita.

Eres el niño-hombre
que trepas barrancos corres en las calles
peinas la tarde con tu pregón
y en la chichigua multicolor
enarbolas tus sueños de infancia.

Desde una esquina
se te ve mezclar tímidamente
el polvo con el sol
masticando la vida con sabor enérgico
y una mueca de luz
escondida en la tristeza.

Desde una esquina
se ve la muchacha alegre
con su sonrisa de barrio
un barrio dibujado en la sonrisa
y una destilada gota de lluvia
humedeciéndole la vida.

Mujer
desde aquí veo tus manos
soplando el viento y la batea
soplando anafes mañaneros
veo asomar tu vientre
alterado y fecundo
como la tierra que sostiene tu estatura.
Tus pechos son perennes manantiales
tus piernas, columnas de tu vientre
con chancletas que te amparan la existencia.

Desde una esquina
veo sobre el triciclo de frutas
o la carretilla de palo
tu sudor goteante hombre sencillo
veo tus poros entreabiertos
floreciendo páginas
de sacrificio y esperanza
llantos perdidos en la sombra
y una risa fresca te cubre los labios
como un cordel de ropas claras
tendidas al viento.

Una melodía rebelde
brota de los patios
un paisaje se incorpora sombrío
y un callejón sudando pueblo
como cristo de cristal humedecido.

Soy de este lugar
donde los pies perforan las piedras
donde habita una esperanza joven
embriagando la cañada
donde la gente abre los brazos y el alma
como una ventana azul al horizonte.

Aquí, la mañana descubre desayuno discreto
con piel de yaniqueques
por ventanas marchitas
la tarde penetra cargada de angustia
y en el relieve de la noche
el caserío se revela
como un horizonte encendido.


(Tomado del libro: Breves motivos, 1985)

martes, 20 de julio de 2010

Secretos al viento

Por: Humberto Rivas

Hoy me topé con el viento revoloteando
sobre los árboles y sobre las flores, (no se sabe
quién revoloteaba, si el viento o yo o los dos).
Me habló sin parar, lo escuché como se escucha
a un amigo, y se acurrucó sobre mi piel y
sobre mi pecho.

Nos confesamos mutuamente y le revelé algunos
secretos que a los humanos nunca cuento.
Pero el viento de hoy no es el mismo de ayer ni el
mismo de mañana. Ni los árboles de hoy son los mismos
de ayer ni los de mañana, ni el sol ni… (como diría Heráclito).

Incluso yo no soy el mismo de ayer
y seré mañana diferente porque iré atesorando vida.
Será mi misma vida pero elevada al cuadrado o al cubo,
será mi existencia llevada a la máxima expresión.

Todo se renueva cada día, por eso camino maravillado,
como si fuera la primera vez que vivo, como si fuera
la primera vez que viera gente después de millones
de años. Y aunque las cosas parecen iguales, no lo son.
Y salgo a encontrarme con otro viento, bajo otros árboles
bajo otro sol, bajo otro cielo.

Ambos hablamos, ambos escuchamos, y me sorprende,
pero el viento lleva contenido el llanto y a veces
llora sobre el bosque, sus lágrimas se disfrazan de
rocío para que no se sepa que ha llorado.
Luego cada uno continúa su camino
y a partir de este encuentro gozo de fuerzas para
volver a empezar, para estrenarlo todo
con otros ojos nuevos en un nuevo sendero.

miércoles, 14 de julio de 2010

Y me alegra el corazón

Por: Jacinto Sención Mateo

Un nuevo sol se hace brillar
con él trae la esperanza del porvenir
con la posibilidad de lo diferente
sin perder la esencia del ser
donde el amor será su fortaleza
la razón su vergüenza.

Un nuevo amanecer
un nuevo ser
razón para vivir de nuevo
por la vida que se renueva
dándole sentido a los sentidos
que hoy como ayer
intentan comprender.

Traes contigo alegría
dudas entres lágrimas
preocupación sin razón
futuro sin presente
desafíos sin lidiar.

Te siento, te pienso
te busco, te encuentro
te toco, te beso
tan adentro te miro
y me alegra el corazón.

Un corazón en la emoción
de verte llorar a la vida
de lo seguro a lo oscuro
caminos por construir
sueños por realizar.

Alegría en la vida
la llegada querida
la presencia deseada
el deseo de tenerte
la razón de amarte.

Brazos abiertos
cantos en los vientos
bailes en el pueblo
sin contar los corazones
dándote la bienvenida.

Bienvenido Martín
gracias a Dios por ti
por Tago, por Seba, por mí
por la vida y el amor
condición por que vivir.

miércoles, 7 de julio de 2010

Un poco más de amor - Nuevo Disco

Por: Rafael Alvarez de los Santos

Estimd@s Amig@s:

Un servidor y Francis Franco estaremos presentando nuestro nuevo disco "Un poco más de Amor" el próximo miércoles 14 de julio a las 6:30 de la tarde en Visión Mundial, calle Lea de Castro esquina José Joaquín Pérez.

Para los que se encuentran lejos, visiten mi página web y podrán escuchar uno de los temas del nuevo álbum (busquen el REPRODUCTOR en la parte izquierda de la página):

http://graffiticomunicaciones.com/

Les esperamos.

Rafael.

martes, 29 de junio de 2010

Razones, o ¿excusas?, para tomar

Por: Rafael Álvarez de los Santos

(Dedicado a Franklin, Joaquín, Vladimir y Rubén,
fieles amigos de empinar el codo aunque la vaina esté mal).

Comenzaré por ser honesto y decir que este escrito lo había pensado mucho antes de hacerlo, porque en el fondo mantengo mis ideas firmes. No obstante, aclaro que las ideas expuestas en este artículo son de la absoluta responsabilidad del bebedor que me las dijo.

Corría el año 1996 y andaba yo en mis afanes de querer ser cura y de santificar todo cuanto por el lado me cruzara… inclusive las faldas.

De camino hacia La Vega, abordé un vehículo de Cevicos a Cotuí. Entré en conversación con el conductor, quién me abordó primero al decirme: “Yo a usted lo he visto cantando en la iglesia, usted canta bonito”. Agradecí el gesto de aquel señor y seguimos en franca conversación. “A mí solamente hay una cosa que no me gusta de la iglesia y es la hipocresía de la gente incluyendo al mismo padre”, agregó el señor con voz convencida.

Le pregunté por qué decía que la gente que iba a la iglesia era hipócrita, a lo que el señor respondió: “Lo que pasa es que en la iglesia quieren renegar de la verdad. Por ejemplo, no quieren que la gente beba cuando la Biblia dice que el vino alegra el corazón del hombre y alegra el alma de la mujer también”. Y agregó: “¿Usted ve? La Biblia misma manda a que la gente beba romo”. “Además otra cosa”, continuó el señor, “¿Dígame usted cuál fue el primer milagro de Jesucristo, no fue convertir el agua en vino? La Biblia está llena de versículos que mandan a que la gente beba”, me decía en tono elevado.

Sus argumentos arrancaron más de una carcajada en el carro. En mi caso, por no dar mi brazo a torcer, intenté explicar al amigo sobre las consecuencias para la salud del consumo de alcohol, pero sus argumentos en este sentido también fueron contundentes. “Esa vaina es mentira” volvió a gritar y esta vez señalándome con el dedo índice. “Porque dígame usted ¿Si usted se hace una herida con qué es que lo desinfectan? ¿Si lo van a operar con qué es que lo desinfectan? ¿Si le van a poner una inyección con qué es que lo desinfectan?” A cada una de sus preguntas tuve que responder: “con alcohol, señor”.

“Usted ve”, me decía entre sonrisas, “y eso que toa esa vaina es por fuera, entonces ¿usted se imagina lo que hará el alcohol por dentro?” “El que bebe no le da ni gripe” “Hay cantidad de gente que vive con ameba y veinte mil vainas más. Yo quisiera ver esa ameba que yo le mande un viaje de Brugal lo que va a hacer”.

Seguía el señor llevándose los honores en el carro, por mi parte intenté abordarlo buscando tocar su parte sensible al decirle que la bebida es una de las principales culpables de que miles de hogares se desintegren y que muchos jóvenes sean unos frustrados por haber tenido un padre alcohólico. “Eso es porque no han entendido la importancia de beber” refutó el señor de inmediato. “El hombre que bebe, en su casa deberían tratarlo como un héroe, tener un cuadro de él en la sala y prenderle velas”. Pregunté que en qué basaba tan sacrílega idea, a lo que respondió: “mire, con lo peligrosa que está la calle, cuando uno sale a beber expone su vida a que lo maten o lo atraquen y sin embargo uno regresa a la casa bien sin un rasguño, vivito o coleando. Además la mujer debería esperar a uno con los brazos abiertos, porque el hombre que bebe se encuentra con miles de mujeres buenísimas y sin embargo uno prefiere ir a la casa y dormir con la mujer de uno. Yo creo que deberían comprendernos más”.

Cada instante la conversación iba tomando un ritmo diferente y, antes de llegar a mi destino sonreí bastante con el último de sus argumentos. “Si la gente de Brugal y Barceló fueran otros deberían de reconocernos porque gracias a nosotros están ellos donde están, nosotros somos los que lo hacemos ricos a ellos”. Le comenté que la fundación Brugal da un millón de pesos cada año con el premio Brugal cree en su gente. El señor soltó una carcajada fuerte mientras decía “Oye esa vaina, que Brugal cree en su gente, eso es mentira porque su gente somos nosotros y yo nunca he visto un chele de ese millón que usted dice”.

Les confieso que esto último sí lo pensé, pues nunca he entendido por qué instituciones religiosas y caritativas aceptan un premio que proviene del mercadeo de un producto que ellos mismos afirman es dañino. Si Brugal creyera en su gente el premio debería ser pa’los que toman, pero muy por el contrario utilizan el dinero de quienes beben para premiar a los que no beben.

No he vuelto a encontrarme con este señor, pero de seguro que andará con su Biblia. Habrá descubierto nuevos textos que justifiquen su bebida, porque no imagino que haya dejado de tomar, cuando su fe en la Biblia era precisamente porque reafirmaba su vicio. Vaya razones para creer.

martes, 22 de junio de 2010

Recordemos el 14 de Junio de 1959

Por: Francisco (Lulo) Pérez

Es el 14 de junio
una fecha precursora
de la lucha redentora
que nos sacó al plenilunio
de la férrea dictadura
que impuso con mano dura
el sátrapa de Trujillo
con decisión y bravura.

Cuando pocos se atrevieron
a enfrentar al indolente
un puñado de valientes
sus pellejos expusieron
y a inmolarse aquí vinieron
del exilio en que vivían
como objetivos traían
empuñados en la mano
librar al dominicano
de la odiosa tiranía.

Por Constanza y por Maimón
también por Estero Hondo
llegó el grupo muy orondo
de su justa rebelión
bajo la gran dirección
de Enrique Jiménez Moya
quien preparó la tramoya
para esta gesta grandiosa
junto a un grupo patriota
que en todo siempre lo apoya.

Aunque no triunfó ese grupo
de manera militar
pero sí logró plantar
de la lucha su gran fruto
y el pueblo muy pronto supo
que la semilla ya estaba
en tierra fértil sembrada
y la conciencia crecía
que la horrible tiranía
pronto sería derrotada.

Recordemos el catorce
de Junio cincuenta y nueve
como el día en que se promueve
la conciencia a vivas voces
las Mirabal desde entonces
dieron su sangre día a día
enfrentado la jauría
asesina y criminal
y con su sangre aportar
a derrumbar la tiranía.

jueves, 17 de junio de 2010

Un día extraño

Por: Franklin Peralta

Un astro blanco es la primera señal,
desdén fatídico de una salida
cuya única catarsis permitida
es un regreso incierto y otoñal.

El momento azul de la caricia
se presenta ausente y agobiante
escarceo agrio lleno de malicia
trampa mortal al amor agonizante.

Este calor por cable sin corriente,
este amargo sentir en juventud,
este dudar de ti frío y demente.

Mejor será vestirse la armadura,
cerrar filas ante el mal que se presiente
ceder y cohabitar con la locura.


(En el cumpleaños hermano del 2002)

domingo, 13 de junio de 2010

Soy un hombre...

Por: Nicolás Guevara

Soy un hombre en silencio
con los ojos tragados por la espera.
He llorado sin lágrimas que evaporen
el dolor más allá de los mares y los sueños.
He reído y blasfemado entre la muchedumbre,
libre y anónimo como pájaro en el bosque.
Persistí en anhelos terrenales, humanos como yo,
simples como el día. Y el honor puesto de cabeza,
el amor rendido en un parque,
mi ilusión atada a un árbol… y ahora,
soy un hombre en silencio
con los ojos tragados por la espera.


(Tomado del libro: Un hombre en silencio)

miércoles, 9 de junio de 2010

Herencia del pasado

Por: Jacinto Sención Mateo

Hoy que visito tus ruinas
sin saber de tu pasado
sin querer entenderte
sin saber apreciarte
pero siempre a tu lado.

Hoy que pisando tus muros
maltratando tus huellas
y entre fututo y pasado
no encuentro la vanidad
de mis sueños.

Hoy que repito la historia sin conocerla
que confundo la vida con el pasado
que sin estar al lado de la frontera
siento que entre el hoy y el pasado
sólo han trascurrido primaveras.

Primaveras empañadas de dolor,
la falta de una identidad que no llega,
sin que el mundo sea mejor,
más que traición alberga,
padres, madres e hijos,
unidos por la historia en el olvido.

viernes, 4 de junio de 2010

Libre

Por: Humberto Rivas

Dame un corazón libre para amar
más allá de la tenue sensibilidad,
más allá de la ilusa superficialidad.

Penetrar donde la vista no puede llegar,
más allá de los rostros y de las palabras.
De lo accidental llévame a lo esencial,
de las apariencias a lo real.

Ojos de águila para ver en la oscuridad
el certero camino.
Y unas alas fuertes para llevar de paso
a algún peregrino.

domingo, 23 de mayo de 2010

Yo quería un sapito, pero me lo cambián por maco

Por: Rafael Álvarez de los Santos

Siempre he dicho que no estoy de acuerdo con que a las niñas y los niños se les pongan nombres pocos comunes tan solo porque suenan bonitos ya que esto suele crear un contraste nada agradable cuando las personas llegan al epílogo de su vida. Me explico: no me imagino una mujer de ochenta años de edad llamándose Ashley Michel y cuyo hipocorístico sea “La Chichi”.

De igual manera no me imagino a un señor de noventa años llamado Chayan o Ricki, por poner dos ejemplos conocidos. Pero esta animadversión tiene una historia que les cuento enseguida.

En mi adolescencia fui un chico muy de iglesia, cantaba en el coro, era monaguillo, pertenecía a la Juventud Franciscana (JUFRA) y era Mensajero de Fátima.

En una ocasión las hermanas religiosas iban para un encuentro de jóvenes en una comunidad llamada La Cueva. Me encantaba ir a estos encuentros porque siempre había unas chicas que estaban buenísimas y que eran muy simpáticas, de hecho La Cueva es considerada el lugar donde están las mujeres más bellas de toda la provincia Sánchez Ramírez.

De camino a La Cueva, al pasar por una comunidad llamada Los Peralejos, una de las hermanas me dice “moreno ¿te gustaría seguir para La Cueva o quedarte aquí donde Damiana?” al escuchar ese nombre no lo pensé dos veces y le dije me quedo donde Damiana.

De inmediato hice un cocote mental porque la imaginé una chica joven, de algunos 16 años, ya que con ese nombre no venía otra imagen a mi cabeza. La imaginé tantas veces que ya nos habíamos jurado amor eterno y hasta nos dimos nuestro primer beso, o sea, ya me encontraba en Alaska con Damiana.

Al llegar a la casa de la “joven” mi primera impresión fue devastadora; me recibe una doña con piel de pasa, cabellos de nube y el código de barra de la boca con un par de líneas menos. La otrora joven se encontraba impartiendo catequesis a unos niños. Como culebra no se amarra en lazo, mi primer paso era confirmar que aquella nonagenaria no era Damiana, por lo que provoqué un diálogo breve con la señora.

Saludos, dije con una mezcla extraña de simpatía y preocupación. “Saludos”, contestó la señora. “¿Qué se le ofrece?” Me preguntó. Con voz medio truncada le dije que iba de camino a La Cueva con las monjas y que ellas me pidieron que me quedara donde Damiana para que compartiera un momento con ella. “que bueno” contestó la doña, “me espera a que termine la catequesis y le llevo donde ella”.

La paz volvió a mi semblante cuando confirmé que esa señora no era la Damiana de mis pensamientos. Seguí haciendo cocote y me imaginé que esta señora debía ser la abuela de Damiana y que de seguro la “joven” vivía con su madre en otra casa no muy distante de la casa materna.

La doña tardó unos diez minutos más con los niños, pero para mí fueron como tres horas porque ya estaba impaciente por conocer la “chica”. En cuanto despachó los niños se dirigió hacia mí y me dijo “venga para llevarlo”. Me levanté en bola’e humo de mi asiento y seguí a la doña quien me había indicado la puerta trasera de la casa.

Me condujo a una habitación donde se encotraba Damiana quien era, nada más y nada menos, que la MADRE de la señora y que llevaba en cama más de cinco años. Nunca en mi vida me había sentido tan desdichado porque, a parte de que me había llevado tremenda decepción, la señora me invitó a rezar el santo rosario a su madre, de manera que me tiré los cinco misterios y algo más porque las monjas se tardaron como cinco horas en regresar.

Desde ese día me he declarado en rebeldía con estos nombres, pero he entendido que esa actitud es la reacción no sólo a una decepción, sino a una pregunta que jamás ha encontrado respuesta ¿Por qué las hermanas religiosas me hicieron eso? Ayúdenme a encontrar la respuesta por favor.

domingo, 16 de mayo de 2010

Oscuro Pentecostés

Por: Franklin Peralta

Incluso si los ríos se negaran a fluir,
incluso si el sol decidiera marcharse,
incluso si el sopor del éter nos volviera estatuas,
la negra conjunción de Venus y Marte se hubiese alcanzado.

Como la espera de todos los pueblos,
como la incertidumbre conocida,
como la desesperanza luminosa,
emerge el Ser de lo absoluto en un momento.

Todo lo que hasta ahora ha sido
encuentra su sentido.

Las estrellas
sintieron envidia,
las rosas
sintieron envidia,
los ángeles
sintieron envidia,
y el negro Cisne
Sintió…

Ahora el mundo es pequeño,
ahora ya no encuentro la espera,
ahora ya me he muerto,
porque he contemplado la belleza.

Hubo un nuevo amanecer a la noche,
y otra vez el mundo nos dejó solos,
y cuando ya parecía haber llegado el séptimo cielo,
ella susurró que sentía.


(Sin fecha. El primero)

domingo, 25 de abril de 2010

Domingo 11

Por: Nicolás Guevara

Era domingo y llegamos tan lejos
que nos perdimos en él.
La oscuridad cubría todo. Labios, dedos,
pasión… hasta la sábana
que nos envolvía el amor.
Era domingo, y llegamos tan lejos….


(Tomado del libro: Poetidiario 1998)

lunes, 12 de abril de 2010

En el mismo lugar de siempre

Por: Jacinto Sención Mateo

Despejado y triste se ve el cielo,
siendo el espejo de pasiones,
ilusiones sin resolver,
sin dejar de ser el gran desconocido,
del ayer y del mañana,
sin que el hoy recurra a él.

Ausente de las dudas de siempre,
pero que perduran en la suave brisa,
que desciende enfrente
de cientos que no ven en sus vidas,
más que un laberinto de gritos,
sin que enterarse a la muerte.

Podredumbre por los senderos,
sin enterar al cielo,
que aunque quisiera entenderlo,
no pasaría de ser un sentimiento,
a la voluntad de los vientos,
tan perenne como el sueño.

Pero el día termina una vez más,
el cielo oscurece tan triste como ayer,
las tinieblas le acompañan,
sabes que al amanecer,
muy en la mañana volverá a ver,
sumergidas las gentes,
en sus miserias de siempre.

El hoy, el mañana y el ayer,
ausente del descaso mayor,
fatigado en el dolor,
de saber que han de volver a ser,
los mismos miserables de siempre.

lunes, 5 de abril de 2010

Luna traviesa

Por: Humberto Rivas

La luna, testigo de las noches terrestres,
siempre ha cautivado a los poetas y a los locos;
no sé por qué, ¿será que los locos en el fondo son
poetas, y ellos lo saben mas nosotros no. Y los poetas locos,
y ellos no lo saben pero los otros sí?

No sé, pero en mis noches de locura o poesía,
veo de la luna su perfil de redondez de queso,
con hilos de leche que gime su piel cuarteada de milenios.

La veo anciana galáctica, solitaria,
desdentada por pedradas que llegan
del otro lado del universo. La veo envejecida
por la amorosa espera del cometa Halley
que viene, que va, pero nunca se queda.

Al salir el sol se levanta para divisar desde su ventana
la Tierra que vuela vestida de azul,
borracha de hidrógeno y helio en un bar cercano al sol,
allí mismo donde Marte se sonrojó por Venus
el primer día que la vio.

La Tierra se emborracha para olvidar las penas de sus hijos
que juegan a la guerra matándose de verdad
y jugando con fuego un día le agujerearon su manto
de ozono y le descontrolaron los polos
que guardaba en el norte y en el sur.

No sé, pero la luna como que se ríe
y respira aliviada de no ser habitada,
se compadece de la Tierra, cierra su ventana;
luego, bajo su propia luz, escribe cartas a asteroides
lejanos.

Así la veo en mis noches de locura o de poesía;
a veces incluso me dice que me ama.

Sin embargo cuando vuelvo nuevamente a la cordura
me sumo a la monotonía
y entonces estrellas, planetas, constelaciones,
osas mayores y menores, música, canciones,
Mitos, duendes y tesoros, paisajes,
amaneceres, atardeceres, montañas, aguas y cascadas,
Dalai Lama y el Tíbet, Mahoma y la Meca,
lo finito y lo infinito, América y el Ché,
Jesucristo y Jerusalén
todo me sabe a nada y no me dice nada más.

domingo, 28 de marzo de 2010

Salmo a la Vida

Por: Nicolás Guevara

Este camino que transito
me conduce a la vida…
de ella vengo, para ella voy.
No conozco la muerte
el calor de otros lo ha impedido
la sonrisa, la esperanza de otros
me han llenado.

Aquí el mar sueña sereno
se torna inmenso el horizonte
hay luz en cada paso
fuerza en cada gesto.

Con el otro
no conozco la muerte
ella habita más allá
de nuestras alegrías y esperanzas
y del tiempo en que la gente
sabe sonreír.


(Tomado del libro: Después de un cuarto de siglo. 1989)

sábado, 20 de marzo de 2010

Pa’ ser bruto no hay que estudiar

Por: Rafael Álvarez de los Santos.

Cada mañana nos parábamos a orillas de la carretera para observar lo que ya se había hecho una costumbre: la madre de un vecino que tenía que llevar su hijo a la escuela a base de correazos.

La escena se repetía día tras día, el niño llorando delante y la madre detrás con la correa y el desayuno. Pero, en realidad, lo que nos gustaba de esta escena no era el llanto del niño, ni las palabrotas que la madre pronunciaba mientras seguía sus pasos con firmeza para asegurar que no faltase a la escuela. Lo que nos hacía detenernos era la justificación del niño para no asistir a clases “Mire mamá, yo no voy pa’la escuela porque pa’ser bruto no hay que estudiar”. Nos desternillábamos de la risa al escuchar semejante frase y sin dudas que era nuestro mejor espectáculo todas las mañanas.

Han pasado muchos años de aquella escena, tantos años que hoy ese niño busca abrirse paso en el difícil mundo de la música. Es un aspirante a bachatero que se hace llamar “el teniente de la bachata” y que “desea cantar una bachata con rango”. Es un joven a quien nunca se le ha registrado o acusado de hechos que en sí impliquen brutalidad pues, aunque no estudió, ha decidido no ser bruto.

Aquello que nos causaba risa, hoy me ha hecho darle la razón a aquel niño, y me he convencido de que es cierto, para ser bruto no hay que estudiar. La brutalidad se ha asociado a la falta de conocimientos o de estudios que pueda afectar a una persona. Sin embargo, la realidad nos ha enseñado que no es así, la condición de brutalidad se adquiere.

El diccionario de la Real Academia de la Lengua nos ofrece una definición de la palabra brutalidad: “calidad de bruto, falta de razón, desequilibrio pasional, acción violenta y cruel”. Estas son acciones que se llevan a cabo en todos los estratos sociales de nuestro país.

Visto así me hago algunas preguntas. ¿No es un acto de brutalidad el querer entregar el principal pulmón de oxígeno del país para construir una cementera? ¿Acaso no constituye un acto de vil brutalidad el que se denuncien casos de corrupción y de complicidad con el narcotráfico de grandes líderes políticos y militares, sin que ello implique una reacción convincente de la justicia? La brutalidad llega a su punto álgido cuando hombres, sin importar su estrato social de pertenencia, deciden truncar la vida de sus parejas por el solo hecho de que éstas los han dejado de querer.

Estos hechos no son realizados principalmente por gente iletrada, por gente que no haya ido a la escuela. La mayoría de estos actos corresponden a personas que han recibido buena educación y que inclusive han tenido las oportunidades que muchos, a quienes se les acusa de violentos, no han tenido.

En este sentido la brutalidad se aleja de la educación y se acerca a la expresión que popularizara Catán Totumita, un borrachón de mi pueblo que, al verse bajo los efectos del alcohol, repetía innumerables veces “ei bruto e criminai.”

Son hechos brutales los atracos, la corrupción, el despilfarro del dinero del Estado, que es dinero de nosotras y nosotros, en cada campaña; asimismo la complicidad con el narco, el comercio sin moral y la política sin principios. Ser bruto es una decisión, no una condición mental.

Es cierto, pa’ser bruto no hay que estudiar, porque quien decide ser bruto, no importan los altos grados académicos que haya tenido, no valen las grandes universidades a que haya asistido, no sirven los grandes honores y reconocimientos sociales que se hayan recibido. Para ser bruto sólo hay que decidir serlo y punto.

Hoy le doy la razón al niño: “pa’ser bruto no hay que estudiar”; y refuerzo su expresión con las sabias palabras de Catán Totumita: “Ei bruto e criminai”.

lunes, 15 de marzo de 2010

¿Por qué te extraño?

Por: Franklin Peralta

¿Por qué te extraño?,
si a tu lado respiro
el toque amarillo
de tus caricias.

Si vivir contigo
es recordar que estoy vivo.

Si golpes de guayaba
son cada uno de tus besos pagados.

Si tus lágrimas y las mías,
al juntarse,
recrean un torrente indomable
por tus sábanas azules.

Si tu ir y venir
de mi boca a mi cuello
destierra la desanimada tristeza.

Si existir
en el vuelo de tu palabra
es mi meta día a día.

Si te duermo mirándote
Y me despiertas mirándome,
en verdad no sé
¿por qué te extraño?


(En el diciembre sin nochebuena del 2003)

viernes, 12 de marzo de 2010

Ancianos

Por Sandy R. Genao Cruz

Día a día, por la céntrica avenida lo veo caminar;
arrastra junto a su triciclo los sueños de juventud,
la vida lo golpeó duro, ha sido pesada su cruz.

A media tarde la saludo frente a la casa azul
sentada junto a la acera,
siento su mirada lejos y su pensamiento vuela.

Al caer la tarde se juntan, una mueca seca sirve de saludo,
quizás sea una sonrisa, pero muestran en sus rostros
gran pena y dolor oculto.

Cuando jóvenes soñaron con progreso,
ser ciudadanos prominentes,
de esto ya no queda nada, sólo la piel arrugada,
el grisáceo de sus ojos y la sensación cercana de la muerte.

viernes, 5 de marzo de 2010

El horizonte que no encontré

Por: Jacinto Sención

Interrumpido por el afanoso deseo de saber quién era, de dónde venía y hacia dónde iba, emprendí el nublado camino hacia el horizonte que no encontré. Caminé por senderos oscuros, animado por la esperanza de dar respuesta a una interrogante mía y del común de los mortales de saber sobre el destino. Único y solitario amigo de la desesperación.

En el principio de este caminar, la ignorancia dominaba mis pasos. Sentía la vida lo más natural, sin saber cosa alguna de la mentira, sin estar solo, ni saber de amor. Estaba arropado de la inocencia, que hacia de mí un indefenso de la razón.

El camino era largo y aún más sino se sabe hacia donde ir. Todo daba igual, no había porvenir, ni era necesario, pero sí difícil de ser comprendido por la oscuridad de mi concurrir. Y el horizonte cada vez más lejano, no parecía existir, pero se buscaba. Sentía la necesidad de viajar, pero no tenía alas. Todo terminaba en el intento, no sabia volar.

Guiado por las dudas y acompañado por el miedo, caminaba sumergido en el cielo profundo hacia lo desconocido que no encontré. Seguía ahí en el mismo punto de partida, alejado del tiempo, sobre un espacio inagotable. Sólo Sísifo podía entender lo que sentía, pero él no existía, ya está en mí, y no era yo, era el horizonte que no venía; más bien se alejaba aun más, llegando a pensar que era un invento y nada más. Pero de una cosa estaba seguro, que la confusión estuvo presente en todo momento, llegando a ser mi única compañera en la soledad infinita, mortificadora, que no me permitía alejarme de ella por un segundo. Sólo hacía de mí un fantasma de mi propio ser. El miedo hacía su entrada triunfal, tomando el control, y la desesperación le daba la bienvenida.

Ya no ignoro la existencia, ni recuerdo el olvido de lo que no existió, pero sé que existo con mis dudas, que siempre han estado y estarán, que las hago mías hasta el final. Un final que no acaba de empezar.

Es el horizonte, lejano, distante, perdido, que sólo él se toca, que sólo él se encuentra, que sólo él existe lo mismo que yo, sin lograr unirnos por siempre jamás. Sólo las dudas salen a mi encuentro, inspiradoras de mi caminar. Donde estoy ahora se lo debo a ellas, y con ellas siempre, caminando juntos hasta el final.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Pasión de tempestades

Por: Humberto Rivas

De repente me levanté sin sol
y me acosté sin estrellas;
se quedó mi playa sin agua ni arena.

De repente la dulce brisa
olvidó sus caricias
y se quedó dormida con
un verano cualquiera.
También se quedó sin cuerdas
mi guitarra y sin espectadores
mi canción.

Pero no importa, seguí cantando.
Pero no importa, así sin sol me levanté
y me acostaba sin estrellas.
Así seguía bajando a mi playa
y me daba baños de ausencias.

De repente me despedí
de las penas y me fui volando
en un velero de esperanza.
Entonces nada me importó
ni lluvias, ni sequías,
ni heroísmos, ni cobardías
ni las noches ni los días.

Un día me quedé abrazando al aire
y hablando con el silencio;
me encontré atravesando en soledad
un ancho río turbulento.

Pero aun así seguí amando,
aun así seguí con las sombras
conversando. Y llegué solo
a la otra orilla y llegué sólo
agarrado a una promesa.

Allí para nada me importó
la tristeza de la noche
o la soledad del medio día.
Pues había llegado a comprender
las profundas cavernas
que surca el corazón
en la trayectoria del amor.

sábado, 20 de febrero de 2010

Alma y cosecha

Por: Genoveva del Orbe

Esta alma llena de fragancias y melodías de amor
no necesita la tristeza a su lado,
en caso de que esta alma se acongoje
y sufra con la falsedad del mundo,
le busco paz,
sueños, amigos, caminos

Porque esta alma no puede descender
a los espacios del extravío, tampoco la insensibilidad
puede hacerse su dueña

Esta alma necesita evocar amaneceres de ternura,
pintar con palabras la alegría de sus días,
arrancar la ira del maltrato,
quebrantar el paso de la ceguera colectiva,
despertar a los sordos de afecto

Esta alma jamás olvida
que ella lleva consigo una cobija
de esperanza,
un saco de trigo y fe
para alimentar
con la mejor cosecha de humanidad y armonía
a los ávidos de amor.

martes, 16 de febrero de 2010

Boca de Luz

Por: Nicolás Guevara

Una sonrisa solidaria
una pisada fina en el aposento
un vestido colgado junto al pantalón
una uña rascándome el alma
una nariz profanando mi oreja izquierda
un ojo tuyo mordiéndome los pasos
un cuerpo paralelo junto al mío
un gesto cálido en mi tristeza
una boca amplia repleta de luz
eso espero de ti…
mujer.


(Tomado del libro: Las piernas de mi poesía. 1987)

viernes, 12 de febrero de 2010

Destiempo

Por: Argénida Romero

A resucitar mariposas
has vuelto
¿Las recuerdas?
Solían salir por mis poros
y colgarse en el segundero del reloj.
Uno, diez, treinta, sesenta.
Reiniciaban su juego, puntuales,
me ataban los cabellos a los ojos
confundían mis dedos con el vacío.
Pero crecí de repente
el día que las mataste
deshaciendo sus alas en el minuto sesenta
cuando te dio por quebrar su vuelo.
Y ahora
¿Cómo las hago regresar?
Ya no hay reloj.

(Tomado del libro: Mudanzas. 2009)

Argénida es periodista y poeta.
También presenta sus trabajos literarios en su blog: El Diario de la Rosa

martes, 9 de febrero de 2010

La danza

Por: Jean Suriel

AMO ESE ESPACIO que define tu trayecto hacia mí
y apenas recobro el aliento,
te haces cuerpo desnudo.

Amo la posibilidad de tenerte cerca, tan cerca
y amo cuando caminas suavemente,
cuando atribuyes a tu cuerpo el don de seducirme.

Amo el paso firme de tus pies de seda
cuando te encaminas sin fronteras
hacia lo que defines mi lecho.

Amo eso que haces con tus manos, con tu boca,
amo el ritmo que contiene tu cintura,
la danza de tu cuerpo.

Amo también cuando te vas
y fulminas el marco de la puerta con tu presencia;
no me dejas vacío, te quedas en mi cuerpo.

sábado, 6 de febrero de 2010

Confesión de una decepción

Por: Rafael Álvarez de los Santos

La década de los 80tas fue la época del boom de las vedettes; aquellas mujeres que solían presentarse en la televisión con muy pocas ropas, o ropas que sólo se usaban en la intimidad, acompañadas de unos movimientos pélvicos, lo más parecido a la realidad del erotismo, por no decir otra cosa.

Cuando las veía en la televisión no les miento que se me hacía la boca agua y me preguntaba hasta qué punto era cierto que estas mujeres bailaban semidesnuda. Se podrán imaginar lo que implicaba eso para un tipo de un campo de Cevicos que nunca había ido a una playa, no había visto una mujer en bikinis y que el único placer que conocía era el de mis manos.

Mis ojos se abrieron como dos bombillos cuando en el programa de las fiestas patronales de 1988 leí que se presentaría, en un club del pueblo, Francis Santini, una de las pocas vedettes que llamaba mi atención.
Froté mis manos y dejé viajar, por un momento, mi imaginación hasta donde el morbo alcanzara. Como era menor de edad sabía que no me dejarían entrar a la presentación de la felicidad de mis sueños y desde mucho antes comencé a maquinar el plan para colarme en la fiesta.

No podía salirme mejor todo; como en el club no había camerino la llevaron, para que se preparada, a casa de un amigo muy cercano que sabiendo mi interés me llamó de inmediato. No podía creer cuando me dijo “loco la tipa ta’en mi casa. Sal pacá pa’ presentártela”. Salí en bola’e humo y llegué a esa casa, que quedaba a una distancia de un kilómetro y medio, en cuestión de tres minutos.

De camino iba maquinando lo que le diría, pero también pensaba qué pasaría cuando la viera de cerca pues me imaginaba encontrarla como yo quería que estuviera.
Apenas llegué a la casa, incluso sudoroso, mi amigo me recibió en la puerta conduciéndome de inmediato a la habitación donde se encontraba la susodicha. Con la misma velocidad con que llegué a la casa, con esa misma velocidad comenzó mi primera, pero no única, decepción: la tipa estaba sentada en una cama con un traje blanco por cierto bastante largo.

Me presenté ante ella como el presidente de un fans club masculino que recién pude crear en el trayecto a la casa de mi amigo. La idea del fans club buscaba que me dejaran entrar gratis a la presentación. Precisamente ésta fue mi segunda decepción, porque cuando dije eso en la puerta, la respuesta de un tipo negro, alto y con la cabeza raspada por completo, fue la siguiente “Si no desapareces en dos segundos de mi vista el fans club lo vas a formar en la puerta del cielo”. Ante tal cortesía no me quedó otra alternativa que salir como el perro arrepentido.

No conforme con esto decidí buscar una manera de cómo entrar y en eso se acercó uno de los organizadores y me dijo “tíguere no te vayas que en el menor descuido te meto por la puerta de atrás”. Permanecí hasta mediado las 10:30 de la noche, hora en que casi se iniciaba el show y en la que el amigo pudo cumplir su promesa.

Ya en el lugar, observo que estaba abarrotado de un público mayormente masculino que, como yo, había ido haciendo un cocote fuerte. Llegó la hora, presentaron la artista y el sueño de verla como en la televisión me hizo mantenerme en el lugar a pesar de mi primera y mi segunda decepción. Al salir al escenario trajo consigo mi tercera decepción, pero en esta ocasión me sentí mejor porque hubo un consenso colectivo en cuanto a la misma sensación.

Ahí fue cuando me di cuenta que debajo del famoso traje de baño y poca ropa usaban unas medias color carne que no dejaban ver absolutamente nada. Les confieso que hubiese preferido verla con el traje blanco que tenía cuando la saludé. No faltaron quienes comenzaron a vociferar “pero y este engaño” “no quedamos que la tipa bailaba encuera”. En cuestión de 15 minutos el lugar estaba vacío. La actuación que estaba pautada para durar hora y media no pasó de 45 minutos. Al día siguiente no se hablaba de otra cosa en cada esquina del pueblo, en los parques, las oficinas…

Estábamos algunos amigos conversando sobre el fiasco cuando se acercó un miembro del comité pro-fiestas patronales a quien no tardamos en expresar nuestra queja. Su primera expresión, dirigiéndose a mí fue “yo no sé qué hacías tú en ese lugar siendo menor de edad” y refiriéndose a mis amigos sus palabras fueron “nosotros cumplimos con invitarla, desnudarla le correspondía a ustedes”.

Se pusieron la mano en la cabeza al momento que expresaban “Por qué no nos lo dijeron antessssss”.

lunes, 1 de febrero de 2010

El amor en los tiempos de los OCD, las depresiones y los GPS

Por: María Ovalles

-Hola.

-¿Clara?

-¿Quién es?

-¿Dónde estás?

(Ella con voz de asombro).

-¿José?

-Si, soy yo.

(Ella con voz quebrada)

-Ay, José.

-¿Dónde estás?

-No puedo decirte.

-¿Cómo que no puedes decirme?

-Créeme, no puedo decirte.

-Me estás asustando Clara. Además tus cosas han desaparecido, alguien se las ha robado.

-Nadie se las ha robado José.

-¿Cómo lo sabes?

-Porque las tengo yo.

-Pero, ¿qué ha pasado?

-Que te abandoné, ¿qué más podía haber pasado?

-¿Por qué? ¿Qué hice?

-No has hecho nada. Soy yo. Debía irme. Ya no soportaba el miedo.

-¿El miedo a qué?

-A que me abandonaras.

-¿Te fuiste porque tenías miedo de que te abandonara?

-No sabes lo que es vivir con la incertidumbre de si volverías a casa, con la certeza de que un día despertaría y ya no estarías a mi lado.

-Clara, pero te has llevado todo. Te llevaste hasta el efectivo que tenía en la casa.

-Es que tenía que echarle gasolina al auto.

-¿Tenías que echarle 700 dólares de gasolina al auto?

-Es que me voy a México.

-¿A México?

-Si, a México.

-No entiendo nada.

-Es mejor así. No hay nada que entender. Perdona, no era mi intención hacerte daño... ¿Qué fue ese ruido mi amor?

-He derramado sin querer la taza de café, con la noticia que me acabas de dar hasta las fuerzas he perdido... Espera un momento, voy a buscar el mapo.

-No lo busques José, también me he traído el mapo.

-¿Te has llevado el mapo?

-Y también el Windex y el Clorox y las toallitas desinfectantes. ¿Con qué piensas que voy a limpiar los moteles donde voy a dormir mientras viajo a México? Ya sabes que no puedo dormir en ningún sitio que no haya limpiado yo.

-Pero Clara, ¿por qué no me dijiste que querías abandonarme? ¿Por qué irte así?

-Es que lo decidí esta mañana.

-¿Esta mañana?

(Ella empieza a llorar)

-No llores mi amor, junto le buscaremos una solución a todo esto.

-Ay José, José, tenía tanto miedo.

-¿Pero miedo de qué, mujer?

-Ya te lo he dicho, de que me abandonaras, de que te fueras con otra, de que me pusieras los cuernos, de todo José, tenía miedo de todo.

-¿Y por eso te has largado cargando hasta con el gato?

-¿Teníamos un gato?

-Es una forma de hablar mujer. Claro que no teníamos ningún gato. Pero escúchame, yo nunca he tenido intenciones de abandonarte.

(Ella con voz de asombro)

-¿No?

-No. Si hasta aparté en la tienda la televisión que tanto querías.

-¿En serio hiciste eso mi amor?

-Por ti eso y más. Pero no he podido traerla hoy a casa porque no encontré mi tarjeta de crédito. Creo que la olvidé en el banco.

-¿José?

-¿Si?

-La tengo yo.

-Dios, mujer, ¿también te llevaste mi tarjeta de crédito?

-Ya te dije que tenía miedo.

-¿Y qué tiene que ver el miedo con la tarjeta de crédito?

-Tenía miedo de quedarme sin dinero y verme en una situación difícil, ya sabes, de esas que ponen a una contra la espada y la pared.

-A ver, ¿cómo cuál?

-Como tener que llamar a mamá para pedirle dinero. Si eso pasara entonces también tendría que contarle todo y ella terminaría diciéndome que siempre me lo dijo.

-¿Que te dijo qué?

-Que tú me abandonarías, que eres un desconsiderado, que nunca supiste como tratarme. Y yo no aguantaría escuchar a mamá hablando mal de ti, se me partiría el alma si me viera en esa situación.

(El en tono irónico).

-Hummm, ya entiendo.

-Ay José, no pienses mal de mí. No sabes como sufro. No me eches la culpa por favor, sabes que siempre he vivido con el trauma del abandono de mi padre.

-No te estoy echando la culpa mi amor. Sólo te estoy pidiendo que regreses. Además no metas a tu pobre padre en esto. Hace apenas cinco años que se divorció de tu madre. Y tú ni siquiera vivías con ellos cuando eso pasó.

-Pero igual me dolió. ¿Qué, crees que soy una desarmada sin sentimientos a la que no le afectan los problemas de sus padres?

-No he dicho eso, mi amor. Vamos, regresa a casa, ya te dije que yo no tengo ninguna intención de abandonarte.

-Pero si regreso, ¿quién va a poner todas mis cosas en su lugar?

-Eso es lo de menos. Si no lo quieres hacer tú ya buscaremos a alguien que lo haga, no te preocupes mi amor.

-¿Y dejar que otra persona toque mis cosas? Jamás. ¿Ves? Esto no tiene solución. Creo que es mejor que siga mi viaje a México.

-¿Clara?

-¿Si?

-Te has olvidado el GPS.

(Ella llorando aún más fuerte)

-Ay José, ¿y ahora cómo llego a México?

-¿Por qué no regresas a casa y con calma hablamos sobre esto? ¿Si?

-Está bien. Pero ven a buscarme.

-No puedo.

-¿Cómo que no puedes?

-Es que se te olvidó que también te llevaste el auto?

-Upps. Ok. Pero antes de llegar a casa pasaré por el Dunkin', ya sabes que cuando me deprimo necesito algo dulce. ¿Te llevo algo mi amor?

-No, creo que por hoy ya he tenido suficiente.

viernes, 29 de enero de 2010

Muerte

Por: Franklin Peralta

Muerte
estás siempre ahí
esperando a que te tema
para rejuvenecer,
y en medio de un aullido caliente y verde
hacerme enmudecer.


(Sept. 2003. Silencio.)

viernes, 15 de enero de 2010

A mis Hermanos del Oeste (Haití)

Por: Sandy R. Genao Cruz

Hermano, vecino del oeste,
mi corazón hoy se aflige,
mis ojos lloran tu tragedia
mi alma hoy se siente triste.

Hermano, vecino del oeste,
tu dolor también me duele,
tu tragedia es mi tragedia
es que soy lo que tú eres.

Hermano, vecino del oeste
de nuevo has sido golpeado,
pero sabrás levantarte,
porque luchas sin cansancio.

Hermano, vecino del oeste,
no desmayes en este instante,
las tragedias te han diezmado
pero ¡sigue hacia delante!



Este escrito es un llamado a la solidaridad. Pero también es una llamado a muchos dominicanos que de una forma irracional se dejan llevar por un falso nacionalismo y pretenden negar la realidad… Somos dos alas del mismo pájaro, lo que le sucede a Haití nos sucede a nosotros. Este terremoto lo sentimos todos. A ellos y a ellas por desdicha le tocó la peor parte, pero pensemos: como fue a ellos pudo haber sido a nosotros.

domingo, 10 de enero de 2010

Al compás de una canción

Por: Jacinto Sención

Con amor y por amor
quisiste que yo estuviera
en tu vientre de a de veras
al compás de una canción.

Mis latidos delataban
ese amor que iba germinando
en las venas floreciendo
y sentía que me amaba.

Día a día trascurrían
sin dejar de enamorarte,
y la cuenta no perdía
ya quería que fuera el día
para así poder amarme.

Por fin llego la hora
de la realidad sonora.
De prisa que ya está cerca,
traigan agua pura y fresca
lávenlo de pie a cabeza.

Llantos, gritos y alegría,
confundido por el parto,
la razón ya se sabía,
nació negro, también macho.

Ese amor se fue sintiendo
día tras día floreciendo
sin cesar por un momento.
Y lo digo bien contento,
en tu amor estoy viviendo.

Tú eres amor y soy amor
con cariño definido
quisiera vivir contigo
al compás de una canción.

martes, 5 de enero de 2010

Breves motivos

Por: Nicolás Guevara

Mi voz espesa como tamarindo
se derrama lícitamente en la razón
porque mi canto es un árbol
preñado de motivos
motivos que salen de un sudor callejero
y recubren los poros y me llenan de llanto
motivos hay que como fantasmas
están en todas partes:
me asaltan en las calles
brotan de una mirada agria
y se incrustan en mi lápiz
saltan de un pecho de algodón
que abierto a mis labios me frota la nariz
del rincón desierto de mi hogar
del bostezo programado al meridiano
motivos saltan… motivos
que crecen como pinos
o piernas de la vida
y sustentan este canto.


(Tomado del libro: Breves motivos, 1985)