jueves, 27 de septiembre de 2012

El retorno de las olas



Por: Nicolás Guevara

Conmoción y dilema en el vaivén de las olas.
Súbito abandono que dejó dormida la ilusión
sin palabras ni presencia en el tiempo
sin rumbo fijo para un dolor de mundo en precipicio.
Sabios pasos de redención
pero imposible de avanzar sobre las aguas
donde los milagros evaporan su virtud. 
Conmoción y dilema en el retorno de las olas
cuando no puedo contener el llanto
frente del mar.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

El calor de tus miradas


Por: Albania Camacho

El calor de tus miradas me dejó sonrojada. Tu sonrisa me cedió momentos inolvidables en los que temblaron mis huesos al saber que estabas allí junto a mí. Entonces pude disfrutar la desnudez de tu alma en una mirada.

Junto a ti se esconden mis fortalezas. Me dejas aludida cuando contemplo tu belleza. No me dan las fuerzas para expresarte que eres inquilino en mi corazón, en el que sueño ser tu alma gemela.

Sé que eres un amor imposible. Sueño que cuando sientas tristezas entiendas que puedes contar con mi sincera amistad. Si me dejas, estaré siempre cerca de tu corazón para calmar tus tristezas mientras disfruto tu belleza interior; soñando cuidarte en los días que te sientas solo. En mí tienes apoyo. Eternamente seré tu amiga. Cuenta conmigo cuando quieras desahogarte.

Eres alimento de mi ser. En un desierto de secretos, en el mar de mi corazón, despiertas en mí deseos que crecen en las olas de nuestro amor; olas inciertas e irrealizables que alimentan mis más profundos placeres. Descansar encima de tu deliciosa sonrisa es el anhelo de mi ser. Negro, eres sencillamente tierno, inmensamente hermoso, tan fuerte como un metal que resuena en la profundidad.

lunes, 3 de septiembre de 2012

La ofrecida promesa


Por: Jacinto Sención Mateo

Un nuevo día sobre la mar
sin el deseo de navegar
sin sentir la brisa
sin la prisa del ayer
de ese ayer que no llegó.

Continúo y fuerte te siento
a los cuatro vientos
dando golpe en el tiempo
entre las fuertes lluvias
cobijado por el miedo
en medio de la desolación.

Cuestiono a mis entrañas
un frío nocturno nos saluda
nos acompaña sin prisa
pero siempre a nuestro lado
a la espera del dolor.

Siento  hundirme en él
con ella
soporte de mis viajes
navegando a la deriva
sin que la mar
retirara sus enojos.

Toda la noche vigilante
sitiando la cercanía
del amanecer
tan deseado como nunca
a la espera
de la ofrecida promesa
que se nos prometió.

Un nuevo día nos saluda
radiante de sol
entre la suave brisa
la mar serena
armonizadas las olas
los pájaros cantan
llegamos al puerto
de una nueva eternidad.