domingo, 29 de abril de 2018

Los núcleos de mis sintagmas

Por: Humberto Rivas

De la totalidad de la gramática
un solo verbo me basta para darle sentido a mis enunciados.
Un verbo en infinitivo que tiene sentido completo en sí mismo
sin importar la persona, el tiempo, el número, el modo o el aspecto.
Es siempre indicativo porque pertenece siempre a la realidad,
es siempre subjuntivo pues siempre es eterno anhelo del que busca,
es siempre un eterno presente si bien se conjugue
en pasado o en futuro.

Palabra gastada que rueda de boca en boca
como botella de alcohol entre borrachos,
y a la vez vislumbrada lejana como la muerte
y tan desconocida como el idioma marciano.
Es concepto atascado en la garganta y que luego se esfuma
como bocanada de humo de tabaco.
A pesar de que en los labios no sea más que una palabra,
cuando cala en las entrañas
crea una revolución de paradigmas
en las más recónditas fibras del sistema solar
y todo lo cambia
y todo lo remueve
y todo lo derrumba
y todo lo levanta
y todo lo sana
y todo lo renueva.

El verbo más conocido y universal,
del que más se escribe, como yo ahora,
del que más se canta,
y del que en cuyo nombre
más se promete y se regala.
Estas cuatro letras, no obstante, sólo son
mendrugos de pan que caen de la mesa del alfabeto.
Ese verbo es amar.
Ya lo sabían, ¿verdad?
Y su sustantivo se ha transformado en mí,
como resultado de la revolución, en el núcleo
de todas mis oraciones.
Ojalá que algún día
también en el núcleo de mi vida.

miércoles, 18 de abril de 2018

Rebelión del sujeto

Por: Nicolás Guevara

Estoy cansado de escuchar voces en la noche
de hacer lo mismo al levantarme
de mirarme al espejo y descubrir mi rostro
arbitrario siempre a la defensiva
de mantener en silencio mi cansancio
de ver la Mona Lisa siempre sonriendo
de la gente que me mira
sin saber que llevo la muerte
congelada en los zapatos
de mi cuarto y sus afiches
con mis penas colgadas de la pared
cansado…
de pensar en “ella”
como si fuese difunta
o estatua de bronce abandonada.

Estoy harto de tantas cosas
de buscar sinónimos
para no escribir “mierda”
de ver golondrinas
y no saber quién corta su vuelo

¡Carajo!

           Una vez más

                               ¡Carajo!

por las veces que me lo he tragado
ya no resisto mi humildad
arrodillada a la ventana.
Estoy cansado
de mis camisas y de quien las vende
de no asesinar el quebranto
de no recibir noticias gratas
de no triturar esta rutina

cansado del mismo gesto al hablar
de ver una rata triste en la cocina
de que el sol me queme la esperanza
como hoja que desprecia la rama
o doncella desvalida en el desierto.

Estoy cansado
pero estas manos cansadas
que sólo escriben versos
no son suicidas.

(Tomado del libro: Breves motivos, 1985)

lunes, 9 de abril de 2018

Tú mi lienzo y mi pincel

Por: Jean Suriel

TÚ mi lienzo
sagrado y amplio en dimensiones
donde trazo mis caricias
y mis besos
mis ternuras
se graban con la tinta
del deseo

Tú mi pincel
de todos los tamaños
a quien recurro
de quien guardo
las reglas y las normas
para pintar amor
para trazar el esqueleto
la piel
los poros y contornos

De ti aprendí a amar
y a ti retorno para amar

Tú mi lienzo y mi pincel



Tomado del libro: Tránsito de Venus. 2014