lunes, 27 de julio de 2009

De santidades

Por: Humberto Rivas

Mundanos, hay que ser más mundanos.
Basta de santidades fabricadas a mano y a barniz,
basta de las misticidades que calculan los movimientos
del cuerpo y el tipo de bebida en la copa.

Jesús fue muy mundano
y lo sigue siendo aún hoy;
rompió las paradigmáticas tablas, no las de la ley,
sino de la típica santidad de protocolo.
Y se fue a comer y a beber con todos.

¡Qué vida tan infeliz la de esos santos
que viven al asecho para condenar a un pecador!

- Gracias Señor – decía una vez un fulano –
porque no soy como el de al lado.
Todavía hoy muchos santos rezan con fidelidad
esta oración a la puerta de algún vecino.

El mundano, en cambio, oraba así:
No me dejes caer en la tentación,
en la tentación de la santidad.
Rompe esta caja de cristal y
que se esparza mi incienso junto
con el humo de la ciudad, porque
no sólo de velas de altar vive el hombre,
sino también de abrazos y tragos con amigos
en algún bar.

Que nos libre Dios del viejo dualismo de lo
Profano y lo divino que pervive aún hoy
¡Cuántos santos han alejado
a la gente de la santidad!
La verdadera santidad está
en la buena mundanidad.

Yo, de mi parte, quiero vivir con los publicanos.
Porque ellos me han enseñado a reír,
a amar, a ser feliz en este mundo,
nuestro mundo,
pues también yo soy parte de él;
o si no, ¿qué soy yo?
Amén.

miércoles, 22 de julio de 2009

Palabras inspiradas

Por: Néstor Sacavino

Es deber de la amistad
estar en la noche oscura
cuando se esconde la luna
y el sol no vuelve a brillar,
campeando la eternidad
con ese lazo que aúna.

En la alegría fugaz
puede no estar el amigo,
muchos llegan a hacer ruido
y el buen vino a saborear,
justito para separar
lo que es bueno de lo efímero.

Un Amigo, no hay otro igual
muchas veces he sentido
que el Tata manda un abrigo
hilado con amistad,
y en mi piel soportará
los azotes del destino.

Amigo, hoy que no estás,
una lágrima ha venido,
y el corazón me ha pedido
sonrisa y felicidad
porque desde él vos me hablas
amigo, siempre mi amigo.

sábado, 18 de julio de 2009

Añoranzas

Por: Francisco (Lulo) Pérez

Anteayer frente a un espejo
que en ocasiones me miro
con un tremendo suspiro
me dije: “Fran ya estás viejo”.
Pensé que fuera el reflejo
de mis noches de jarana
o tal vez la mala gana
que en otros tiempos viví
pero igual me vi
sí, viejo y peinando canas.

Y pensando tristemente
me remonté a aquel pasado
viendo que nada ha quedado
de aquellos mis años veinte.
Y suspiré nuevamente
agachando la cabeza
recordando con tristeza
mi fuerza, mi plenitud
mi lejana juventud
mis veinte años de grandeza.

Pero si todito aquello
con el tiempo se perdió
el tiempo también me dio
otros atributos bellos
el buen trato y el buen tino
pues aquellos desatinos
de mi vida disipada
fueron quedando en la nada
a lo largo del camino.

Hoy son menos mis aprietos
mis hijos ya son mayores
y el amor de mis amores
son mi mujer y mis nietos.
Hoy gozo de gran respeto
que me gané respetando
y así pues la voy pasando
como cigarra y hormiga
hasta que el bien Dios me diga
Lulo te estoy esperando.

domingo, 12 de julio de 2009

La breve y maravillosa vida de Oscar Wao

Por: Eddy Ulerio

La breve y maravillosa vida de Oscar Wao
Autor: Junot Díaz

Aunque no es propiamente un libro de historia, sino una historia novelada, esta novela recoge de un modo jocoso, los acontecimientos históricos relevantes de la historia política dominicana de los últimos sesenta años; al tiempo que narra ( con un lenguaje barrial) la vida del inmigrante dominicano en Los Estados Unidos.

Recomiendo su lectura.

domingo, 5 de julio de 2009

Haya allá

Por Franklin A. Peralta E.

Puede que haya vida
allá afuera.

Puede que haya…

Abejas sin miel
que me muerden la lengua.
Flores amarradas con cadenas
a las puertas del basurero.

Puede que haya…

La ironía de un águila
domesticada.
Un deseo verde
de escaparse de las sombras.

Puede que haya…

La rítmica cosecha
de besos bajo un farol.
Una esquina extraviada
a mitad de la calle
negando la elegancia de sus cabellos.

Puede que haya…

La laboriosa misión
de pintar de amarillo
el humo del cigarrillo.
Ambulancias que cuelgan
de los árboles
con miradas de venganzas inmemoriales.

… Puede ser.
Cómo saberlo.