sábado, 9 de marzo de 2013

El comandante eterno



Por: Sandy R. Genao Cruz

Hijos de Latinoamérica, no lloren,
el comandante eterno no ha muerto,
sólo se ha multiplicado.

Los hombres como el comandante eterno no mueren,
sólo se ausentan para mirar mejor los frutos de su esfuerzos.

Los líderes como el comandante eterno nacen cuando todos los creen muertos
porque en su supuesta ausencia es cuando más presente se les siente.

El comandante eterno no ha muerto
mientras haya un latinoamericano que recuerde su obra
mientras haya un ser humano que celebre su vida
mientras haya un pobre que mantenga la esperanza
su enérgica voz resonará y hará latir los corazones de quienes lo admiramos y lo quisimos desde el momento en que decidió que su Venezuela querida tenía que cambiar de rumbo.

martes, 5 de marzo de 2013

Perdóneme Tío Juan



Por: Los Guaraguao

Perdóneme tío Juan pero se ve que
no sabe nada, las cosas que yo le digo se sienten
en carne propia. En tierra venezolana el
imperialismo yanqui hace lo que les da la gana.

Viejo, uste’ no se a paseao’ por un campo
petrolero, uste’ no ve que se llevan lo que es de
nuestra tierra y sólo nos van dejando miseria y
sudor de obrero, y sólo nos van dejando miseria y
sudor de obrero.

Los niñitos macilentos que habitan
allá en los cerros mas que vivir, agonizan
entreteniendo sus sueños, mas que vivir,
agonizan entreteniendo sus sueños.

Contésteme tío Juan, no se me quede
callao’ conteste si no hay razón en que
sigamos luchando por echar de nuestra patria al
yanqui que nos la quita y al lacayo que lo tapa.

Viejo, uste’ no se ha fijao’ lo que pasa con el
hierro, nos pagan la tonelada por menos de tres
centavos, ay! vamos a luchar caramba o nos
quedamos sin cerro, vamos a luchar caramba o nos
quedamos sin cerro.

No te dejes engañar cuando te hablen de
progreso, porque tú te quedas flaco y ellos
aumentan de peso, porque tú te quedas flaco y
ellos aumentan de peso.

Contésteme tío Juan, no se me quede
callao’ conteste si no hay razón en que
sigamos luchando por echar de nuestra patria al
yanqui que nos la quita y al lacayo que lo tapa.

Viejo, uste’ no se a paseao’ por un campo
petrolero, uste’ no ve que se llevan lo que es de
nuestra tierra y sólo nos van dejando miseria y
sudor de obrero, y sólo nos van dejando miseria y
sudor de obrero.

Los niñitos macilentos que habitan
allá en los cerros mas que vivir, agonizan
entreteniendo sus sueños, mas que vivir,
agonizan entreteniendo... sus sueños.

domingo, 3 de marzo de 2013

Breve ensayo sobre el amor



Por: Sandy R. Genao Cruz

El amor es comparable con un frondoso árbol de grandes hojas  verdes, lleno de  jugosos y apetecibles frutos. Ese árbol se levanta majestuoso en medio del espeso bosque protegiendo con su sombra una gran parte de éste; pero hay un solo problema, es que a pesar de ser inmenso el espacio que ocupa el árbol, sólo hay cabida para dos.

El amor, al igual que el árbol, sufre cambios dependiendo la estación del año en que se encuentra. En primavera (comienzo de la relación) se presenta verde y lleno de vida, la pasión inunda el espacio, luce imponente, invencible, las lluvias (planificar una vida juntos) hacen que los  frutos (los hijos) crezcan llenos de salud y que nos alegremos porque hay  retoños en nuestras vidas. El otoño (la rutina) hace que el árbol luzca feo y seco, que llegue incluso a parecer que caerá, pero lo que éste hace nos es más que un ritual de renovación, preparándose para florecer con mucho más fe en la próxima primavera.

Al amor, igual que al árbol, no le faltarán las aves de paso que pretenden asentarse en sus ramas y roer sus frutos; incluso, una que otra de esas aves, logrará llegar hasta las ramas y picar las flores (la confianza, el respeto, la fidelidad). Pero no son más que eso, aves de paso, gorriones que llegarán, intentarán dañar el árbol (el amor),  pero si las raíces son profundas esto no podrá pasar. 

El amor, al igual que el árbol, envejece; pero los lazos que se van tejiendo con el tiempo son mucho más fuertes que cualquier viento de tormenta. Cuando el árbol envejece, al igual que el amor, luce más débil, pero sólo en apariencia; ya que con el paso del tiempo no sólo cuenta el te quiero, también cuenta el te necesito, el me haces falta, el cómo sería mi vida sin ti, él te conozco como a mí.