miércoles, 25 de febrero de 2009

Fantasía

Por: Eddy Ulerio

Cuántas veces he querido ir a tu encuentro
y abrazarte tan fuerte; que tu cuerpo se ciña
al mío, como la hiedra a la pared.
Pero te noto distante y fría.

Mis deseos se truncan obsesivos
al volverte inaccesible a mi querer.

Con impotencia, te veo desaparecer
en la sombra de la noche, como el rocío
al advertir la presencia del Sol.

Yo, en cambio, te sigo esperando
en mi soledad de siempre;
inventando excusas,
en mi intento de justificarte.

Despierto a la realidad y no encuentro
satisfacción a este amor sin razón;
qué pena que sólo existas, en mi imaginación.

sábado, 21 de febrero de 2009

25 de Febrero

Por: Franklin A. Peralta E.

A Vladi


Una oculta alma de todólogo
un código genético para servir
marca innegable de tu homólogo
padre y amigo que te dio el vivir.

Buscar sentido al misterio de gritar
quién soy de dónde vengo adónde voy
te trajo a la orilla a completar
un Buendía una familia donde hoy

después de muchas risas, llantos, cantares,
malos ratos, potes, finales, fracasos,
mujeres, vainas, bailes, enojos, andares,

muertes, exámenes, logros, soledades,
hermanos probados en todos los trances,
has de hallar quizás... inciertas verdades.


(Para su cumpleaños del 2003 y del 2009)

lunes, 16 de febrero de 2009

Despedida

Por: Héctor Martínez D.

Cual horizonte perdido en un día gris
en un atardecer sin sol
y en una noche sin estrellas,
se disuelve tu presencia
y sin más, desvelas nuevos ímpetus
y libera mi afectiva conciencia

Horizonte de constante posibilidad,
ímpetus de esperanzas por construir
y conciencia de pertenencia y raíz
que convocan a nueva verdad.

Sólo semblantes anonimizados
entre quejas y existenciales letargos
yacen en la memoria de nuestras miradas,
por la pena y el desinterés arrastradas
a la confirmación de un nosotros
resituado en posibilidades negadas.

jueves, 12 de febrero de 2009

Digo amor

Por: Jean Suriel

DIGO amor
y se detiene el tiempo en mi boca
se reduce el espacio a tu piel
digo amor
y repetidas veces
hago el amor con tu recuerdo
tan sólo digo amor
y recreas los conjuros
de todos los amores
siempre digo amor

domingo, 8 de febrero de 2009

¿Evangelio apócrifo… o vivencias de gente sencilla?

Por: Rafael Álvarez de los Santos

Me lo contó mi amigo, hermano y compadre Francis Franco. El caso de un señor que le dijo “no sé cómo es que las personas ahora leen dizque la Biblia, no sé de dónde apareció eso. En mi tiempo se leían las sagradas escrituras.” Y a continuación pasó a narrarle los episodios que se podían leer en sus sagradas escrituras.

En ese libro usted encontraba las historias de Pedro el Cruel, Vaiga Vila y Dima. Cuando habla de Vaiga Vila supongo que hace referencia a José María Vargas Vila, un polémico pensador del siglo XX que se caracterizó por sus ardientes críticas al clero católico de esa época, cuestión que le mereció la excomunión por parte de la Iglesia Católica.

Pues me lo contaba este hermano. Decía que Pedro el Cruel fue una persona que le negó un vaso de agua a Jesús y este le preguntó ¿cómo le vas a negar un vaso de agua a tu señor Jesucristo? Y él le contestó “Se lo niego a Jesucristo y a quien sea”. De inmediato vino la sentencia “Por haberle negado un vaso de agua a tu Señor Jesucristo, estás condenado a cargar una cadena mientras las mujeres paran”. A partir de ahí Pedro el Cruel ha arrastrado una cadena por el resto de su vida. Se dice que si en algún momento aparece un hombre que pregunte ¿Y todavía las mujeres paren? Se le debe de contestar “paren y parirán”, porque de contestarse que sí entonces la maldición pasará a la persona que haya contestado.

Sobre Dimas contaba que era una persona que comía carne humana y que vivía en una cueva junto a otras personas que también se alimentaban de lo mismo; aunque parece que entre ellos existía algún código de ética porque no se comían el uno al otro. Resulta que cuando José y María tuvieron que huir a Egipto porque habían promulgado el decreto de que mataran a los niños menores de tres años, cruzando frente a la cueva donde vivían los antropófagos. De inmediato uno de los que estaban en la cueva dijo “me huele a carne humana”, a lo que Dimas ripostó “Tengan mucho cuidado que ese es mi señor Jesucristo que va en brazos de la Virgen María” y protegió a la familia de Nazaret de que no se lo comieran. Cuando Jesús fue crucificado, a su derecha estaba Dimas a quien Jesús reconoció y como premio le dijo “hoy estarás conmigo en el paraíso”.

Esta historia de alguna manera viene a contradecir lo que históricamente ha sido dicho por estar narrado en la Biblia de que quien estaba a la derecha de Jesús era un ladrón a quien se le ha catalogado como “el buen ladrón”. Además, tampoco sería cierto las palabras de este al lado de la cruz de Jesús cuando el ladrón que estaba a la izquierda increpó a Jesús diciéndole “si en verdad eres el hijo de Dios sálvate tú y sálvanos a nosotros”.

Es bueno destacar que en este texto está esa creencia supersticiosa de la izquierda y de la derecha. Si se fijan el buen ladrón (en este caso Dimas el que defendió a Jesús de que no se lo comieran) estaba a la derecha y el malo estaba a la izquierda. Inclusive nos encontramos que en un diccionario la siniestra (mano izquierda) tienes todos los significados malos habidos y por haber, pero no así la derecha o la diestra como se le ha de llamar.

Lo cierto es que la gente va construyendo sus historias, sus creencias y adaptándolas a sus vidas hasta el punto que las predican como verdad. ¿Quién no ha escuchado un refrán muy popular que reza: “Dios dice ayúdate que yo te ayudaré”? Se pueden leer la Biblia del Génesis al Apocalipsis y no encontrarán la tan sabia sentencia.

Es simplemente esa fe de la gente sencilla que es capaz de hacer vida lo que cree y su fe no la complican con estudios teológicos ni dogmas, sinceramente creen y eso les hace felices.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Escorpión de Botero

Por: Nicolás Guevara

Enigma del zodíaco, atrevimiento del deseo
fidelidad de noviembre en el silencio del agua.
Ola y arrecife durante y después de la tormenta.
Fuerza, iniciativa, desquite, acertijo de la entrega
impacto del cielo en el corazón:
es la escorpión de Botero atravesando mi vida.