domingo, 28 de agosto de 2011

Futuro de una noche

Por: Héctor Martínez

Te busco
pero no te encuentro.
Sin escondite,
te pierdes en el acelerado paso a tu propio más
delatando la vaga posibilidad de alcanzarte.

Pero sigo tras de ti,
tras un instante más que me sane.
Me sane de la necesidad de ti,
de esta soledad que has dejado en mi vientre,
de esta sed por sentir tus dedos
clavados en mi espalda,
reclamando que nos fusionemos.

Y sufro cada vez tu distancia,
sufro tu presencia inconstatable,
tu búsqueda, casi resignada,
acariciándote sólo en el milagro.

Dudo que pueda al menos dudar tu ausencia.
Si no estás, te recreo, te encuentro,
hasta que, sabiendo que nunca te fuiste,
vuelvas y vitalices mis deseos, mi espera.

En este inventado encuentro,
acaricio cada noche tu espalda,
salpico de besos tus labios soñados;
trasciendo tu piel cada vez que te pienso
y bebo en tu conciencia corporeizada
leche y miel,
turbias y amargas,
nutriendo esta sin razón
de tu presencia inventada,
tu ausencia sospechada
de tu vuelta, como reclamo, casi llorada.

Y para no morir
en esta insoportable espera
te despierto cada día,
y en mi memoria en ti perdida,
te arropo cada noche el alma,
te penetro cada mañana,
aunque los límites de la física
disipen tu presencia en mi almohada.

Te espero, cual futuro
hijo de un pasado
en una noche nacido y culminado,
y en este presente,
inexplicablemente ansiado.

jueves, 25 de agosto de 2011

Caprichosa mariposa

Por: Eddy Ulerio

Eres la musa que inspira mis pasos.
En este recorrido terrenal en el que
persisto a pesar de mi desaliento,
te nombro guía de mi porvenir.

A pesar de mis desvaríos y del
manjar de besos que me robó el hastío,
no concibo verte en otros brazos.

Mi amor reclama tus caricias de verano,
tus celos desmedidos
y tu inseguridad extrema,
justamente ahora que he envejecido
en la espera de un nuevo otoño contigo.

viernes, 19 de agosto de 2011

Los sueños de la niñez

Por: Sandy R. Genao Cruz

Los sueños de la niñez llegan fulgurantes a mi mente. Luego se diluyen como el perfume al ser tocado por el aire. Sólo quedan los recuerdos y añoranzas de lo que no pude ser; soñar lo que sería en el futuro.

No queda nada de aquella figura infantil que recorría las polvorientas calles del barrio todas las mañanas, saltando y cantando rumbo al colmado. Compra pan, mantequilla y chocolate, decía mi madre, me miraba y miraba a mis hermanos, luego hablaba sin hablar; su mirada se perdía en el horizonte pleno de nuestros ojos. Mi madre veía en ellos y en mí la esperanza de un mañana mejor.

Todas las tardes volvía a recorrer las calles de mi barrio, esta vez rumbo a la escuela, lugar donde depositaba mis sueños de futuro. También lugar al que mis padres confiaron mi preparación para enfrentar los obstáculos que nos pone la vida cuando adultos.

Por las noches, sentado en la esquina, jugaba con mis amiguitos a inventar el futuro. Compartíamos los sueños de nuestras vidas cuando tuviéramos el privilegio de ser adultos. Porque para nosotros el ser adulto no era sólo crecer o tener más edad, más bien era ser libres y felices… en fin, era poder ser.

No supe leer los signos de los tiempos y el advenimiento del futuro me sorprendió sin estar listo para afrontar su embestida. De la noche a la mañana mi vida cambió, me descubrí adulto, pero no libre, mis limitaciones siguen siendo las mismas y lamentablemente ya no sueño igual que antes.

viernes, 12 de agosto de 2011

Atentado terrorista

Por: Rafaél Alvarez de los Santos

Una verdad indeleble atrapada en la esfinge de un refrán dice lo siguiente: “cuando la barba de tu vecino veas pelar, pon la tuya a remojar”.

Cuando los atentados contra las Torres Gemelas el 11 de septiembre del 2001 en EE.UU. pusieron al mundo en vilo y sin voltear la mirada para ningún otro lado, jamás pensé que en algún momento en nuestro país seríamos presa de un hecho que, aunque no sea parecido, me parece ha sido perpetrado por las mismas personas, o sea por terroristas.

No me importa si sean hindúes, musulmanes, católicos o quizás estadounidenses, la cuestión es que son terroristas y me refiero a lo siguiente: caminando por las inmediaciones del populoso sector de Villa Juana observé un letrero en la pared del cementerio que rezaba: No más moteles, No más cabañas, No más corrupción, queremos un barrio sano.

Respeto la decisión de quienes aspiren a un barrio sano, pero mezclar semejantes hechos: moteles, cabañas y corrupción me parece un vil atentado terrorista. Nadie más, con su cabeza bien puesta, sería capaz de hacer semejante mezcla.

Me opongo a que se relacione la muerte con la vida, el cielo con el infierno, la basura con el jardín, lo bueno con lo malo, el olor con el hedor, lo sublime con lo ridículo.

Sólo terroristas, para quienes lo malo es bueno y por eso no les importa mezclarlo, serían capaces de unir el pecado con el perdón, la verdad con la mentira, la vergüenza con el dinero, el mal con el bien, la pasión con el deseo, lo adecuado con lo inadecuado.

No es posible que se atrevan a poner juntos a Dios con el diablo, a la verdad con la mentira, el amor con el odio, la cizaña con el trigo.

El problema ha estado en querer deshacernos de la corrupción sin terminar con los corruptos. Por eso ellos se mueven en todas partes y de ahí, supongo yo, que se genere esta confusión perversa, malsana, hiperbólica hasta lo último.

Ni siquiera hay una situación de compage léxico que por lo menos se parezca a diego por decir digo, la gimnasia con la magnesia, la mantequilla y la vaselina, corroboro por corro y robo; o sea, ni siquiera se parecen.

Cabañas, moteles y corrupción no pueden aparecer juntos a no ser que algunos terroristas quisieran aprovechar la ignorancia del pueblo. Y si es así supongo que serán los mismos corruptos para confundir las cosas.

Todavía me niego a creer que se quiera mezclar lo bonito con lo feo, el sarcasmo con la verdad, la generación de vida con la creación de la muerte, la verdad con el olvido, la querida con la esposa, al ladrón con la justicia… es más, para darle nombres, a Paris Hilton con Maridalia Hernández.

Pensándolo bien, ¿y si son los mismos corruptos intentando despistarnos? De ser así, se reafirma mi tesis: es un atentado terrorista.