domingo, 22 de diciembre de 2013

Feliz Navidad



Por: Jacinto Sención Mateo

Cada año a la espera
tan deseada espera
que nos trae la Navidad.

Llega el Adviento sin verlo
el frío con  noticias llega
mientras estamos en la espera
del que falta por llegar.

¿A quién espera?
¿Qué espera de quien llega?
Tal vez a quien espera ya llegó.

Sí, llegó la Navidad
triste y sola, pero a la espera,
de tu amor y tu tristeza
que contigo quiere esperar.

De la espera ha llegado
con noticias de la mano
un regalo sólo trajo
digno de felicidad.

Es Jesús la Navidad
trajo amor y prosperidad
la  tan deseada paz
justicia en la libertad.

La espera del niño
que por ti y por mí
quiso venir al mundo
con el único deseo:
darnos la Felicidad.

lunes, 9 de diciembre de 2013

Patria


Por Eddy Ulerio

Senténciame sin piedad
por pretender vivir a tu lado.
Juzga con criterios presentes mi pasado,
borra mi historia y mi identidad.

Organiza como quieras nuestro espacio
involúcrame en esas decisiones,
no deseo estropear tus elecciones
quiero quererte en la cercanía sin plazo.

Ponle fronteras a nuestro amor
prescinde si quieres de mi compañía,
pero no negocio derechos por soberanía;
regula las pulsaciones de mi corazón.

lunes, 25 de noviembre de 2013

El agua y tu mirada



Por: Humberto Rivas

El cántaro que trae agua del río 
está ahora ahuecado
de tantos besos al agua dar
como de tanto vivir
la vida descosida  
como de tanto sentir
los sentidos trasnochados. 

Así como mis ojos abrumados 
de perderse en los tuyos
tan hondos, tan negros 
como la tierra de un huerto 
de alucinaciones.

El cántaro que trae agua del río 
riega sin querer el sendero y lo deja florecido.
Cuando llega a su destino llora por el agua derramada
pero al mirar atrás ríe, y sabe que no todo está perdido 
al contemplar el efluvio humedecido del destino.

Asimismo mis ojos miran de los tuyos un mirar
y como el cántaro van y vienen 
pero están agujereados de tanto amar.
Y van derramando también en su camino
tu imagen en la retina plasmada
y van bordando también el camino
con el olor de tu piel indomable
como la corriente del río 
que arrastra no sé adónde
cenizas de besos calcinados.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Apología de mujer chismosa


Por: Rafael Alvarez de los Santos

El chisme como práctica ha sido satanizado por quienes osan decir que no apelan a dicho recurso para saber la vida de otras personas.  Hasta nuestros días el arte de darle al pico y la lengua es considerado pecado y atribuido solamente a las mujeres.

Observando un programa de facturación local, en uno de sus segmentos llevaron un grupo de mujeres que, a decir de ellas mismas, se autodefinían como chismosas y afirmaban que no podían vivir sin chismear porque eso se lleva en la sangre.

De entrada, el perfil de las mujeres entrevistadas era de personas empobrecidas,  cuestión que confirmé cuando dijeron las comunidades de procedencia: Capotillo, Gualey, Villa Altagracia y Los Minas. Con esto se reafirma el imaginario de que el chisme sólo es posible en personas, y por demás mujeres, de barrios cuyo único oficio, aparentemente, es “llevar la vida de los demás”.

Al entrevistar la primera panelista se le preguntó ¿qué es una persona chismosa, a lo que ella respondió? “Una persona que no le gusta lo mal hecho y por eso lo saca al aire”.

No pensaba que semejante respuesta sería tan clarificadora para mí y a raíz de la respuesta de esta mujer es que logro entender por qué las mujeres suelen ser menos corruptas que los hombres al momento de administrar fondos que envuelven responsabilidades públicas. El 98% de los escándalos de corrupción son protagonizados por hombres.

Como no les gusta lo mal hecho y prefieren sacarlo al aire acuden con frecuencia a fiscalías a denunciar el maltrato de algunos hombres que  arremetieron contra ellas o contra sus hijos con intenciones viles.
Que no crean los hombres que las mujeres quieren hacernos algún mal cuando son capaces de denunciar que no estamos siendo responsables con mantener el hijo que hemos procreado con ellas, lo que pasa es que, movidas por ese ímpetu humano de no gustarle lo mal hecho y de sacarlo al aire, prefieren decirlo aunque muchas veces no les hagan el caso que amerita la situación.

Ese morbo intrínseco de sacar todo al aire es lo que hace de la mujer un ser humano más libre, capaz de llorar sus penas y disfrutar las alegrías y hasta los chistes sin gracia de alguna amiga que la ha llamado para sacar sus asuntos al aire.

Es más, me atrevo a pensar que la razón por la que decidieron ir al programa es, precisamente, porque no le gusta lo mal hecho, porque de seguro no estaban de acuerdo con que se siga acrecentando el imaginario barrial negativo y su sola presencia es una denuncia de programas que aprovechan las condiciones de empobrecimiento de la gente para ofrecerles unos míseros doscientos o trescientos pesos para que asistan a un programa a sacar sus cosas al aire, con una imagen que denuncia sus condiciones, que contrasta con el progreso que tanto se exhibe, que pone en entredicho el crecimiento económico. Su voz es una denuncia de la inequidad, pues sólo había que contrastar su imagen con la imagen de quien les entrevistaba ¿Me di a entender?

sábado, 2 de noviembre de 2013

Sueño olvidado


Por: Nicolás Guevara

He cerrado los ojos
para verte

he olfateado flores
para sentirte

he retornado al pasado
para tocarte

he despertado repentinamente
para perderte

he muerto ayer
para olvidarte hoy.


(Tomado del libro: Las piernas de mi poesía. 1987)

domingo, 20 de octubre de 2013

Monólogo


Por: Eddy Ulerio

Te busco
te escondes
me miras
sin verme
te miro
mirar.

Me siento
a tu lado
te digo
verdades
tú quieres
mentiras.

Me hablas
con enojo
te escucho
en silencio.

Me juzgas
sin pena,
cierras
el diálogo,
me condenas.

miércoles, 2 de octubre de 2013

O todos somos legales, o todos somos ilegales

Por: Sandy R. Genao Cruz

Siempre he dicho que si el caribe fuera un hombre entonces fuera una especie de mujeriego, ya que tiene hijos con nacionalidad de todos los continentes del mundo, de todos los colores y tamaños.

El archipiélago de las Antillas, la zona del mundo en la que esta enclavada la Republica Dominicana, es sin quizás una de las zonas del mundo en que más se destaca las consecuencias de la migración. Todos los que aquí habitamos, sin excepción, somos descendientes de alguien que en una época u otra llegó a estas tierras por diferentes circunstancias. Eso en suma nos lleva a tener representación de todos los continentes del mundo. Y no me vengan con que la globalización, porque no es desde ahora que pasa esto. Si hay algo claro en el caribe es que  ningún grupo nativo aborigen de los que habitaron primero estas tierras pudo sobrevivir a los embistes de los ilegales que nos colonizaron; así que eso convierte a la zona del caribe en tierra de ilegales.

No sé cual es el origen de mi apellido, tampoco me interesa saberlo, pero estoy seguro de algo, no es un apellido autóctono. Y no lo es por varias razones: los originarios de esta isla no tenían apellido, a los que habitaban esta isla los exterminaron sin dejar un solo descendiente directo, por tanto concluyo que mi apellido lo debió portar algún ilegal de los que, a lo largo de nuestra historia llegaron aquí. ¿Será mi apellido de origen europeo como los que irrumpieron en las Américas de forma ilegal? ¿Será de origen Africano como los negros ilegales que los blancos ilegales trajeron amarrados de pies y manos para que hicieran el trabajo que ellos no querían hacer? Como dije al principio, no sé.

La sentencia que acaba de evacuar el tribunal constitucional (usé la palabra evacuar y que se sepa, no soy abogado. Para mí evacuar tiene otro significado.), como decía, esa sentencia es peligrosa. No sólo para los dominicanos de origen haitiano, sino para todo el que lleva esta nacionalidad. Porque quién sabe si mañana este mismo tribunal evacua otra sentencia, que sé yo, declarando apátridas a los feos, por ejemplo.

Ricardo Arjona en su canción Mojado dice: “el mojado (El inmigrante) no es de aquí porque su nombre no aparece en los archivos, ni es de allá porque se fue”.  Esta canción que el guatemalteco le dedica a los inmigrantes mexicanos y de su propio país que día tras día arriesgan sus vidas tratando de cruzar la frontera para llegar a los Estados Unidos, es poco comparado con el drama que está viviendo un grupo de dominicanos de origen haitiano. Este caso es mucho más desgarrador porque ellos, según las autoridades, no son dominicanos ya que sus nombres no aparecen en los archivos; pero tampoco son de Haití, porque no nacieron allá.

Cada país tiene derecho a aplicar las leyes migratorias que necesita. Ese es un derecho de cada nación del mundo; y nosotros los dominicanos hemos sufrido mucho por esta causa. Pero lo que han hecho las autoridades de nuestro país nada tiene que ver con control migratorio. Nuestro Estado le ha dado poder a un grupo de racistas para que tomen decisiones con relación a la migración, y lo que han terminado haciendo estas personas es perjudicar a un sinnúmero de dominicanos que no tienen la culpa de ser descendientes directos de personas llegaban a nuestro territorio; casi siempre traídos ilegalmente por el mismo Estado o por empresas que se dedicaban y siguen dedicándose al corte de la caña.

Insisto en que no es control migratorio lo que se está aplicando, sino una medida racista que afecta a miles de dominicanos cuyo único pecado es no tener un apellido de origen español. O en su defecto, no tener un apellido que suene también extraño, pero que evoque oligarquía, dinero o status. Vuelvo a indicar, no soy abogado, pero si poseo el suficiente sentido común para darme cuenta que una ley como la que se le quiere aplicar a los dominicanos de origen haitiano es racista y al mismo tiempo lesiva, no sólo para las personas que hoy están siendo afectadas, sino para los que hoy nos creemos dominicanos y que mañana quizás no los seamos.

Hoy más que nunca se hace necesario recordar aquellos versos que rezan:
Los nazis vinieron a buscar los homosexuales,
pero como no soy homosexual, no me importó.
Los nazis vinieron a buscar a los minusválidos,
pero como no soy minusválido, no me importó.

Los nazis vinieron a buscar a los católicos,
pero como no soy católico, no me importó

Los nazis vinieron a buscar a los judíos,
pero como no soy judío, no me importó.

Por ultimo, los nazis vinieron a buscarme,
pedí ayuda, pero ya no había nadie que me defendiera.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Esclava



Por: Franklin A. Peralta E.

Esclava
que esclavizas al amo
con rosas amarillas
con lluvias de noviembre
y le ordenas en tres lenguas distintas
que te sirva.

Cuando no me llamas
te escucho
cuando no me escribes
recibo tus cartas.
Te crees libre
porque no portas la marca.

Sigo tu boca maldiciendo cadenas
tu boca que me mira y me respira
pero no me besa
pero no me nombra.

Hágase en mí según tu mirada
mapa de un laberinto
donde todas las salidas son entradas.

martes, 3 de septiembre de 2013

Mal, pero en la capital



Por: Rafael Álvarez de los Santos

Cuando en la década de los noventas se popularizó la frase “mal, pero en la capital” Pedro entendió que era verdad y motivado por tan incierta sentencia decidió marcharse a la capital porque de igual manera estaba mal en su campo.

Un buen día se despertó con el corazón malherido, había soñado con condiciones diferentes para su familia, un sueño que interpretó como un sermón del pensamiento. Se incorporó, se miró al espejo y dijo para sus adentros -“la vida se me pone vieja, ya tengo tachones en la frente”-. Con el puño cerrado golpeó en la mesa y tomó la decisión: -“me voy a la capital”-. Y aquí empezó una experiencia que transformó para siempre su visión del vivir.

Salió abrazado a los recuerdos, empacó una maleta de esperanzas y de dudas. No estaba del todo tan seguro, pero sí decidido a que no esperaría que un día le marcara la vejez obligatoria y verse en la situación de no tener nada. Pensaba que con el deseo de echar pa’lante en la capital -“donde se firman los cheques y se fabrica el dinero”- sería todo diferente.

Aunque Pedro era pobre en el campo, no había experimentado la pobreza hasta vivir en la capital. Pobremente tenía una casita de madera, techada de cana, con una enramada en el patio trasero donde cada noche se sentaba con su familia. Él acostado en una hamaca que había tejido con nylon, los demás en sillas de madera forradas con guanos.

En la capital comenzó sus labores como cobrador de guagua de la ruta Guandules-Gualey; dentro de los múltiples oficios que realizó se encontraba el de gomero, una fritura, vendedor ambulante de helados, bollitos de yuca, tenía un punto de vender víveres  en el mercado de los Guandules y  un amplio etcétera para acortar el extenso currículum de chiripero que le adornaba.

Pedro no hacía nada más que trabajar, no obstante sus múltiples trabajos, vivía en condiciones de pobreza extrema.

Un día Pedro decidió abrir su catálogo de ausencias cual fantasma sediento de vivir y entendió que, pese a las vivencias del barrio, cargaba su soledad en las entrañas. Ahí fue donde entendió que  existe otra forma de pobreza que es estructural, una pobreza que consiste en la insatisfacción de necesidades básicas debido a la ausencia de servicios  que no padecía en su campo.

Ser pobre no es absolutamente no tener empleo, no saber qué se va a comer el día de hoy, no tener casa. Ser pobre es también ver el mundo desde la impotencia, perder aprecio por la propia identidad, enfrentar la vida como un callejón sin salida.

Pedro terminó humanizando su vida. Cuestionó que cada conquista del progreso no puede estar por encima de la vida humana. Que se puede avanzar considerando que la prioridad absoluta debe ser el ser humano y que no todos los lugares donde viven las personas son siempre humanos. En lo adelante se mantendría en permanente vigilia contra la resignación.

Terminó conociendo la instalación del hombre en la sobrevivencia y la solidaridad… en fin se terminó de entender a sí mismo. Entendió que uno tiene que vivir y encontrar en lo más hondo de ese vivir razones que nos permitan mantenernos vivos y en pie.  Pero esta sentencia Pedro la podía entender desde su campo, posiblemente sus condiciones no eran muy distantes de las que vivió en el barrio, pero los motivos de su felicidad sí.

viernes, 23 de agosto de 2013

Preguntas a un amor ausente



Por: Sandy R. Genao Cruz

Camino por las calles
por las mismas calles en donde un día te encontré.
No sé que ha sido de ti, ¿dónde te has metido?
Aún no lo sé ¿será que nunca lo sabré?

Unos negros ojos sobre mí se posan
busco tu mirada en medio del gentío
¿Estoy enloqueciendo? ¿Eres tú mi amor?
¿Sentí tu presencia, o sólo lo imagino?

¿Dónde posarás tu hermosa mirada?
¿En que otro lecho descansa tu cuerpo?
¿Quién ahora será dueño de tu amor?
¿Dime por qué diablos te marchaste lejos?

¿Volverán mis ojos a verte algún día?
¿Volverás llorando a decirme te quiero?
¿Volverá tu luz a iluminar mi vida?
¿Comprenderás amor que sin ti me muero?

¿Cuánto tiempo más tendré que esperarte?
¿Cuántas noches largas de angustia y desvelo?
¿Cuántos estrechos caminos recorreré por ti?
¿Cuántos largos siglos soñaré despierto?

¿Es tu amor lo mismo que mancha indeleble?
¿Será tu silueta constante en mis sueños?
¿Son tus lindas manos prisión de mi alma?
¿Serán imborrables tus caricias, tus besos?

Pena, angustia, llanto y desesperación
me acompañan siempre cuando estoy despierto.
Pero en mis sueños guardo una ilusión,
que es la esperaza de verte de nuevo.

lunes, 19 de agosto de 2013

El cosmos, el amor y yo



Por: Humberto Rivas

El amor infinito viene de más allá

 el amor sustancial que sustenta lo existente en la existencia 

fuego astral que se derrama por el universo con el temple de metal bruñido que atraviesa la estratósfera y con la suavidad de miel que escurre de fuente imperecedera 

y nos hace uno con el cosmos 

y crea la vida cada día 

y retoza de planeta en planeta

y de estrella en estrella

y de alma en alma 

hasta la vastedad del océano interior también infinito.

Y se vuelve abrazo incandescente 

que abrasa mi nada haciéndome todo

 se vuelve sonrisa humana 

y acto de compasión

mano amiga humedecida de aladas palabras 

que vuelan a la caverna de mi soledad

se vuelve pedazo de pan de vida 

que corre por las venas.

Luz, ascua, centella, energía tierna sideral 

vienes del más allá, te posas en el más acá. 

Guías mis manos para recrear contigo la creación 

recrearme yo en una expansión eterna de la bondad, ungir heridas y remendar las ropas rasgadas del peregrino universal.

Y que no se vaporice, como el hielo glacial, la misericordia de unos hacia otros plasmada en nuestros corazones como polvo de estrellas, y si se evapora, que caiga otra vez como alegres moléculas de hidrógeno y de paz, de helio y de perdón que alegren la nueva creación que ya en mí empezó. 

viernes, 9 de agosto de 2013

Lamento del vendutero



Por: Nicolás Guevara

Este viento
que me azota

me lleva
me trae

me palpa y me deja
me muerde y me arrastra

este viento
que me azota

que me azota
este viento.


(Tomado del libro: Breves motivos, 1985)

domingo, 4 de agosto de 2013

Inventario



Por: Eddy Ulerio

El recuento de los años
remite a las luchas,
al abandono personal
por el desafío de ser más.

Deseos truncados
por el tedio de
esta rutina milenaria.

Pasión desbordante
que crispa la piel
evidenciando
el desajuste personal.

Locura que nace de
este silencio
poblado de palabras,
de culpas y promesas.

Dilemas que dialogan
entre sí, en la banca
del porvenir robado.

Miradas que se pierden
en el horizonte gris
de la crisis del mediodía.

Individualismo que cabalga
a toda prisa con el
sentido común acuestas.

Esclavitud de agenda,
desazón incesante
que añora libertad
de horarios y discursos.

Laberinto sin final
de caminos y ofertas
ambiguas.

martes, 30 de julio de 2013

¡Despierta negro despierta!



Por: Jacinto Sención Mateo

Hoy que olvidas tu raíz perdida
pateada año tras año
ultrajada y subastada
al postor sin corazón
que el tuyo suplantó.

Hoy que te refugias en otros rostros
entre el veneno del amo
que ayer inspiró tu traición
golpeando tu alma desnuda
reflejada en tu razón.

Hoy que niegas tus pasos
ignorando y ocultando
niegas al negro y al mulato
a la tierra y al tabaco
al eco del canto
al grito de libertad.

Hoy te siento perdido
triste y oscuro de razón
fuera de los tuyos
tu raíz perdida
ocultándote de ti.

¡Negro despierta negro!
busca tu razón perdida
llena de primaveras
entre el canto y el tambor
ese ayer de libertad.

¡Negro despierta negro!

martes, 25 de junio de 2013

Sólo un sueño



Por: Franklin A. Peralta E.

Anoche soñé
con verdades muertas en la playa
pasiones mil veces prohibidas
y otras tantas buscadas.

Soñé con el niño que soy
diciendo que no lo quiero.
Con cadenas
con flores que florecen
con maltratos
con intentos de huidas.

lunes, 17 de junio de 2013

Y usted cuero



Por: Rafael Alvarez de los Santos

“Que nos gobiernen las putas porque sus hijos nos han decepcionado”.

Cada sábado en la noche, o domingo por la tarde, andaba yo con mi limpiabotas a cuestas. Ejerciendo un trabajo que retribuía el completivo de un sueldo de mala madre ganado en los campos de piñas del pueblo. Por no tener la edad indicada siempre estaba en el lugar equivocado. Se trataba de  un prostíbulo ubicado a escasos metros de mi casa y al que solía frecuentar con mi limpiabotas.

Mi intención no guardaba relación con querer aprender nada de la vida como solían decir las prostitutas, sino que obedecía al hecho mismo de prestar un servicio, más que pedir un servicio para el que yo, por mi condición de menor, estaba vedado.

Visitaba este lugar porque había descubierto la psicología de un hombre en conquista. En el burdel, los hombres pagaban más caro y las propinas solían ser significativas.
En una ocasión pude presenciar una discusión sostenida entre una de las prostitutas y un cliente que se negaba a pagar alegando no estar satisfecho con el servicio. Como si fuese la única palabra que se sabía, repetía al cliente con insistencia:
-“A mí tú me pagas maldito político”-.
La discusión ocurrió en plena calle. Conocía al señor de la discusión,  pero desconocía que fuese político. Cuando le dijo al señor “Político” este, visiblemente enojado, le dijo: -“Y usted cuero”-.
Ante la expresión del cliente de acusarla de cuero, ella atinó a decir:
-“Pero yo sí tengo de donde justificar lo que me gano y no le robo a nadie ni tengo que andar escondiéndome de nadie”-.

Hasta escuchar esto reparé en por qué le llamaba político, no obstante me parecía injusto de su parte. Al día siguiente pregunté a la prostituta por qué le llamaba político a un señor que no lo era y cual Jesús con sus discípulos, perdón por la irreverencia, me explicó su parábola:
-“Lo que pasa es que estos tipos vienen, te ofrecen una vaina y después te salen con otra. Te usan  cuando quieren y después ni se acuerdan de ti; creen que tienen derecho a hacer contigo lo que le dé su maldita gana y para colmo ni pagan, que se vayan pal`carajo”-

Según la teoría del Eterno Retorno formulada por el filósofo Alemán Friedrich Nietzsche, las cosas vuelven a aparecer de forma distinta como las conocemos. Es como si cada uno de los instantes de nuestras vidas se repitieran infinitas veces.
Como el eterno retorno tuve la oportunidad de recordar esa discusión entre la prostituta y su cliente.

Transitando por la avenida del Puerto, unas trabajadoras sexuales esperaban el cliente de la noche. Al advertir mi presencia una de ellas vociferó a todo pulmón: “República Dominicana”. Al escucharla sentí un miedo que inhabilitó mis sentidos deteniéndome por momentos ante la desfachatez de una mujer que mal usaba la patria para ofertarse.
Pero apelé al pasado y al recuerdo. El pasado y el presente hicieron su trabajo, un pasado que trasladó al presente la discusión de una prostituta con un cliente. Un pasado que trajo al presente la explicación de aquella parábola surgida de la impotencia de una mujer que para vivir tenía sólo su cuerpo y su sexo. El detalle exhaustivo del por qué se sentía que estaba ante un político al reclamar su derecho. El escalofrío que sentí, al escuchar a esta mujer llamarse como la patria, obedecía a aquel símil y nada más, y nada más.

viernes, 7 de junio de 2013

Volver a empezar



Sandy R. Genao Cruz

Volver a empezar…

Es volver a vivir
comenzar de cero
y reorientar la vida 
por nuevos senderos.

Es plantar el futuro
con la frente erguida
el corazón dispuesto
y la mirada fija.

Abrir nuevos surcos 
planear nuevas metas
dejar el pasado
tocar nuevas puertas.

Es trillar los caminos
intentar de nuevo
es abrir las alas
es volar más lejos.

Volver a empezar…

Es abandonarse a sol
dejar detrás los problemas
disfrutar el nuevo día
romper los viejos esquemas.

Es tararear un canto nuevo
recitar un nuevo poema
navegar en las limpias aguas del amor 
sin temor, ni angustias, ni penas.

domingo, 2 de junio de 2013

Como el río



Por: Nicolás Guevara

Me eché andar con un canto dormido
en la memoria. Llevaba una flor en los
labios callando el silencio que gritaba
mi nostalgia. Iba sobre mi sombra al
horizonte, mordiendo palabras, emoción
y llanto. Iba con la certidumbre de que
no volvería atrás; como el río, es siempre
imposible.

(Tomado del libro: Un hombre en silencio. De Próxima aparición)
 

miércoles, 22 de mayo de 2013

Ángeles de paz



Por: Humberto Rivas

En el espacio sórdido del silencio lúgubre
que cae pesadamente
entre la ausencia de bondad
relumbran todavía ángeles de paz
sobre nuestras cabezas ennegrecidas 
por las llagas del fuste hostigador de bárbaros
que asedian la civilización de la ternura
haciendo de la vida más dura
pero a la vez más merecedora.

El amor omnímodo del universo
sostiene mis pasos en el bien, rompe mi yugo
y más allá de los gruñidos
de guardianes de campos de concentración
que nos concentran en el terror,
se posan sonrisas perfumadas sobre
nuestra existencia como piel desnuda
pero no desamparada
y nos cubren con el polvo primigenio de la creación
y auscultan la inocencia perdida en los laberintos
de nuestro mundo interior.

martes, 14 de mayo de 2013

Trivialidades



Por: Eddy Ulerio

Cae de bruces el velo
de la apariencia,
sin encontrar asidero
ni escondite en la ciencia.

La tormenta ha dejado
a la intemperie las miserias,
naufraga el diálogo
fraterno en evasiones.

El encierro personal
aniquila las relaciones.
Desordena la vida,
descontrola las emociones.

La confrontación
se vuelve inevitable.
Se levanta el individualismo
grupal esquivo,
la solidaridad se
ausenta en la calle;
el bien común languidece
sin sentido.

La rivalidad irracional
se vuelve mezquina,
se aferra a lo banal;
Suelta veneno en las esquinas.

Lo vulgar se viste de seda,
Peleas de quijotes contra molinos.
La pobreza personal todo lo enreda,
la mediocridad lidera el camino.

miércoles, 8 de mayo de 2013

Los miserables



Por: Jacinto Sención Mateo

Un nuevo atardecer, sí
entre la confusión del día
el cansancio del jornal
a la espera el descansar
anhelando la ducha fría.

Se camina de prisa
tan aprisa como el día
que vio transcurrir la vida
entre el canto y la alegría
con amor en el trabajo.

Pasan las horas inquietas
quieren calmar la fiesta
del que viene de prisa
suyos los que esperan
la brisa que refresca.

Rostros sorprendidos
miradas tiernas
que ajenas al olvido
ven llegar la esperanza
con la ausencia del pan
perdido en el camino.

Hoy como ayer en lutos
por caminos oscuros
despertando a la tristeza
al hambre que siempre aprieta
y sobre sus hombros tendidos
el carnaval de  miseria.

sábado, 4 de mayo de 2013

Sobras



Por: Franklin A. Peralta E.

Me sobran un par de pies
y sus zapatos
y sus medias.
Me sobran un par de piernas.
Me sobran un par de brazos
y su reloj
y su anillo.

Me sobran un par de ojos
cuando los quieras
te los dono.

sábado, 27 de abril de 2013

Extrana añoranza



Por: Rafael Alvarez de los Santos

¡Mañana viene el botellero! se rumoraba entre los niños del barrio mientras correteábamos y explorábamos los montes en busca de alguna botella para venderla por unos escasos centavos.

Una vez recogida las botellas las colocábamos en fila a orilla de la calle y nos sentábamos a esperar impaciente el botellero desoyendo las múltiples voces que nos conminaban a no exponernos al sol y a retirarnos de la calle.

¡Botellero, botellero! se escuchaba en el arto parlante de una camioneta destartalada. Unas palabras que, como el cristal en que estaban hechas, hacían salir nuestras sonrisas infantiles.

Los pocos centavos que recibíamos no cubrían nuestras necesidades, pero alivianaba la dura carga de la familia ante el dinero diario de la merienda de la escuela.

El destino de la botella como la ganancia que obtuvieran los botelleros en más de una ocasión ocupaban gran parte de nuestras conversaciones.

-“Cuando esa gente llegan a la capital le pagan más de cien pesos por todas esas botellas”- afirmaba Efraín, un vecino que tenía unas tías en la capital y que, según él, les proporcionaban la información.

Han transcurrido los años, y las inquietudes y especulaciones sobre el negocio de las botellas estuvieron a punto de esclarecerse, si hubiese andando el botellero solo, una mañana de octubre.

El mufler de mi vehículo se había desprendido y me encontraba en la calle sin idea de qué  hacer al respecto. De repente llegó él; arrastraba un triciclo cargado de incertidumbres.

-“Usted debe amarrarlo con alguna soga hasta llegar donde un mecánico”- comentaba mientras buscaba entre sus múltiples cosas alguna cuerda para ayudarme a resolver.

- Por lo que veo vive usted de vender botellas-, comenté de inmediato mirando en aquel señor la oportunidad de resolver los enigmas de mi infancia acerca de este negocio.

-Sí, señor”- comentó medio sonriente. -“llevo catorce años comprando y vendiendo botellas;-. ¿Y deja algo vender botella? Pregunté buscando respuesta a mi principal interrogante. -“A veces sí, y a veces no, en esto se coge lucha”- contestó mientras seguía buscando entre las tantas cosas que llevaba en el triciclo la cuerda para amarrar el mufler de mi vehículo.

- ¿Está usted casado?”- Pregunté con cierta intriga porque le acompañaba un niño de algunos seis o siete años de edad. -“Claro que sí”- contestó con cierto orgullo. -“Este es mi hijo más grande y tengo tres”. “Me lo traigo con migo cuando no está en la escuela pa’que no se me vaya a volver un delincuente, y así  va aprendiendo del negocio”-.

Por un momento mientras el señor intentaba sujetar el mufler, contemplé al niño quien, a su vez, miraba detenidamente cada movimiento de su padre sin dejar escapar un solo detalle.

Era de piel negra, llevaba pies descalzos, pantalones cortos y una camisa  desabotonada hasta la mitad.

Extraña añoranza llegó a mis recuerdos porque no miré en aquel niño un futuro negociante, sino retratada la realidad de tantos niños que deambulan por doquier arrastrando sus pies descalzos por calles pavimentadas tan duras como la realidad en que viven.

Cuando concluyó de sujetar el mufler  agradecí el gesto de aquel señor y su hijo. Les vi alejarse, el niño asido al brazo de su padre como quien, orgulloso, había aprendido algo nuevo. Con la otra mano ayudaba a empujar el triciclo.

Supongo que, en otro momento, algún otro niño dirá ¡mañana viene el botellero! Y, quizá, se repita la misma historia, aunque tal vez el protagonista sea otro que arrastrará el mismo triciclo y las posibles penurias de su progenitor mientras recorre las calles con el pregón que delata su presencia ¡botellero, botellero!

sábado, 20 de abril de 2013

Ven



Por: Albania Camacho

Esta noche te siento cerca. Pero a la vez tan lejos… que me dejas sumida en la desesperación y desesperanza de saber que no estamos juntos, obedeciendo los más profundos deseos de nuestros seres, los sueños más calientes que nos hacen disfrutar cada momento como si fuera el último.

Por alguien como tú vale la pena amar, entregar los sentimientos más hermosos, desatar los placeres más profundos de nuestros cuerpos, siendo dueños el uno del otro mientras hago tu cuerpo mío.

Porque eres el buen amor que con sus tiernas sonrisas y cálidas miradas hace que cada día sea una experiencia inolvidable lleno de oportunidades para disfrutar lo maravilloso que es vivir.

Negro mío, ven para que nos entreguemos al erotismo y sensualidad de nuestros sentimientos; para que caminemos juntos y entre caricias, besos y placeres nos conduzcamos a saciar nuestros deseos más secretos.

Mientras llegas, te sueño cuando estoy despierta. Añorarte me eleva a las nubes más hermosas del amor. Sentirte lejos me corta la respiración. Negro, tú eres mío aunque sea sólo en mis sueños; porque tu sonrisa mueve mis pasiones y enciende mi corazón.

miércoles, 3 de abril de 2013

Lunes 16



Por: Nicolás Guevara

Cuando la muerte sorprende
en medio de las flores, siempre
me lleno la boca de alfileres y preguntas.
Luego, no vuelvo a ser el mismo:
un pedazo de optimismo se me ha ido.



(Tomado del libro: Poetidiario. 1998)

sábado, 9 de marzo de 2013

El comandante eterno



Por: Sandy R. Genao Cruz

Hijos de Latinoamérica, no lloren,
el comandante eterno no ha muerto,
sólo se ha multiplicado.

Los hombres como el comandante eterno no mueren,
sólo se ausentan para mirar mejor los frutos de su esfuerzos.

Los líderes como el comandante eterno nacen cuando todos los creen muertos
porque en su supuesta ausencia es cuando más presente se les siente.

El comandante eterno no ha muerto
mientras haya un latinoamericano que recuerde su obra
mientras haya un ser humano que celebre su vida
mientras haya un pobre que mantenga la esperanza
su enérgica voz resonará y hará latir los corazones de quienes lo admiramos y lo quisimos desde el momento en que decidió que su Venezuela querida tenía que cambiar de rumbo.

martes, 5 de marzo de 2013

Perdóneme Tío Juan



Por: Los Guaraguao

Perdóneme tío Juan pero se ve que
no sabe nada, las cosas que yo le digo se sienten
en carne propia. En tierra venezolana el
imperialismo yanqui hace lo que les da la gana.

Viejo, uste’ no se a paseao’ por un campo
petrolero, uste’ no ve que se llevan lo que es de
nuestra tierra y sólo nos van dejando miseria y
sudor de obrero, y sólo nos van dejando miseria y
sudor de obrero.

Los niñitos macilentos que habitan
allá en los cerros mas que vivir, agonizan
entreteniendo sus sueños, mas que vivir,
agonizan entreteniendo sus sueños.

Contésteme tío Juan, no se me quede
callao’ conteste si no hay razón en que
sigamos luchando por echar de nuestra patria al
yanqui que nos la quita y al lacayo que lo tapa.

Viejo, uste’ no se ha fijao’ lo que pasa con el
hierro, nos pagan la tonelada por menos de tres
centavos, ay! vamos a luchar caramba o nos
quedamos sin cerro, vamos a luchar caramba o nos
quedamos sin cerro.

No te dejes engañar cuando te hablen de
progreso, porque tú te quedas flaco y ellos
aumentan de peso, porque tú te quedas flaco y
ellos aumentan de peso.

Contésteme tío Juan, no se me quede
callao’ conteste si no hay razón en que
sigamos luchando por echar de nuestra patria al
yanqui que nos la quita y al lacayo que lo tapa.

Viejo, uste’ no se a paseao’ por un campo
petrolero, uste’ no ve que se llevan lo que es de
nuestra tierra y sólo nos van dejando miseria y
sudor de obrero, y sólo nos van dejando miseria y
sudor de obrero.

Los niñitos macilentos que habitan
allá en los cerros mas que vivir, agonizan
entreteniendo sus sueños, mas que vivir,
agonizan entreteniendo... sus sueños.

domingo, 3 de marzo de 2013

Breve ensayo sobre el amor



Por: Sandy R. Genao Cruz

El amor es comparable con un frondoso árbol de grandes hojas  verdes, lleno de  jugosos y apetecibles frutos. Ese árbol se levanta majestuoso en medio del espeso bosque protegiendo con su sombra una gran parte de éste; pero hay un solo problema, es que a pesar de ser inmenso el espacio que ocupa el árbol, sólo hay cabida para dos.

El amor, al igual que el árbol, sufre cambios dependiendo la estación del año en que se encuentra. En primavera (comienzo de la relación) se presenta verde y lleno de vida, la pasión inunda el espacio, luce imponente, invencible, las lluvias (planificar una vida juntos) hacen que los  frutos (los hijos) crezcan llenos de salud y que nos alegremos porque hay  retoños en nuestras vidas. El otoño (la rutina) hace que el árbol luzca feo y seco, que llegue incluso a parecer que caerá, pero lo que éste hace nos es más que un ritual de renovación, preparándose para florecer con mucho más fe en la próxima primavera.

Al amor, igual que al árbol, no le faltarán las aves de paso que pretenden asentarse en sus ramas y roer sus frutos; incluso, una que otra de esas aves, logrará llegar hasta las ramas y picar las flores (la confianza, el respeto, la fidelidad). Pero no son más que eso, aves de paso, gorriones que llegarán, intentarán dañar el árbol (el amor),  pero si las raíces son profundas esto no podrá pasar. 

El amor, al igual que el árbol, envejece; pero los lazos que se van tejiendo con el tiempo son mucho más fuertes que cualquier viento de tormenta. Cuando el árbol envejece, al igual que el amor, luce más débil, pero sólo en apariencia; ya que con el paso del tiempo no sólo cuenta el te quiero, también cuenta el te necesito, el me haces falta, el cómo sería mi vida sin ti, él te conozco como a mí.

lunes, 18 de febrero de 2013

Infierno de alegría



Por: Humberto Rivas

Cuando pase por aquí  el infierno
avísame para entregarle
algunos recuerdos, sentimientos,
y seguir de largo en mi carrera de versos.

Avísame para hacer de él una lumbre
donde se cuezan las  nostalgias
y se calienten nuestras
frialdades.

Para que no queme más almas
y arroje a las que ya cayeron
incomprendidas por su mundo
o por la piromanía de un prelado.

Cuando pase por aquí el infierno
que se quede con su odio
pero me dé su fuego
para crear llamitas de utopías
para los que viven a oscuras
de ilusión.

Y que las lleve cada quien
por las calles de sus pueblos
las siembren en los campos
las rieguen con buenos deseos.

Y cosechen hogueras de fantasías
alrededor de las cuales esperen
un cielo nuevo y una tierra nueva
donde reine un reino de Dios
en medio del reino de este mundo.

domingo, 3 de febrero de 2013

Caminos

Por: Franklin A. Peralta E.

Se me están muriendo los caminos
en vísperas de los cuarenta
años en el desierto.

Unos se mueren de a poquito
y crece la hierba
donde antes había piernas.
Otros se mueren
en una curva cualquiera.

Unos se mueren
a la altura de las veredas
otros ya vueltos carreteras.

Se me mueren nuevos
sin recorrer
y otros de tanto ir y volver.

Pero hubo uno
viejo
que se me murió
camino al cielo.


(Sin fecha. Por si resucita).