domingo, 30 de octubre de 2011

Seres trascendentales

Por: Sandy R. Genao Cruz

Que cada paso que demos deje una huella eterna en el espacio y el tiempo,
y cada mirada sea una fulgurante luz que traspase muros y fronteras.

Que cada sonrisa sea el inicio de una interminable carcajada,
y cada palabra penetre en los oídos del mundo ávido de un mensaje nuevo.

Que cada gesto provoque en los demás inesperados gestos de solidaridad y agradecimiento, y cada acción convoque al compromiso.

Que cada encuentro con el otro se convierta en una celebración por la vida, y el respeto hacia el prójimo devuelva a este mundo la paz, la justicia y el amor.

martes, 25 de octubre de 2011

Un Boxeador al Congreso

Por: Rafael Álvarez de los Santos

Siempre he creído que la política que se hace en nuestro país es hasta cierto punto folclórica. Creo que somos el único país del mundo donde los candidatos se hacen llamar por su apodo y lo reflejan en los carteles que contaminan la imagen visual del entorno.

En mis recorridos por la ciudad he ido observando cantidades de apodos como: El Chato, Patica, Pirulito, Fiquito, Ito, Lila, y un amplio etcétera para no saturar el escrito.

También hemos visto integrarse al quehacer político partidista a figuras del arte y la televisión cuyo liderazgo ha estado cimentado en haber practicado algún deporte, específicamente la pelota, ser figura de algún programa de espectáculos, algún o alguna cantante o simplemente reina de belleza. Si se observa el oficio que realizan ninguno tiene nada que ver con la política.

Otra práctica que se ha ido poniendo de moda es la de anteponer la profesión o el oficio como garantía de que el cargo a que se aspira será realizado con cierto apego a grandes valores. Por eso no nos extraña que algunos carteles digan: “Un educador al congreso” “Una mujer al congreso” “Una mujer que sabe ser madre, por eso sus hijos estarán en buenas manos”.

Es en este último renglón donde quiero detenerme. Caminando por el Ensanche Luperón observé un afiche de un candidato a diputado cuyo nombre no aparecía en el cartel, sino su imagen acompañada de unos guantes de boxeador de color azul y de marca reconocida y un título que rezaba “Un boxeador al congreso”.

Me detuve por un momento para apreciar de cerca aquella tan llamativa novedad en el ejercicio de la política nuestra. Después de observarlo reparé en la necesidad de que exista un boxeador en el congreso, aunque no sé si este señor habrá sido consciente de su importancia.

La manera en como se hace política en este país conlleva a que constantemente tengan que defenderse de los ataques que el pueblo suele hacer hacia quienes no han manejado la responsabilidad depositada en ellos con pulcritud.

También hemos visto ciertos conflictos escenificados en el congreso en donde se ha recurrido a métodos muy peligrosos, por ejemplo pistola en manos, interrupciones de la energía eléctrica para poder golpear a otros sin que pueda identificarse quién lo hizo, discusiones acaloradas cuando existen posiciones encontradas ante determinados temas.

Un boxeador en el congreso permitiría que aprendan a utilizar los puños pues hasta el momento sólo han sabido utilizar las manos. Para utilizar el puño hay que cerrar las manos. Mientras éstas permanecen abiertas es muy fácil que cualquier bien común pueda quedarse entre los dedos de algún congresista, de quienes sabemos, a decir de su campaña, son honestos, nobles, trabajan por ti, hacen que avancemos hacia el progreso… aunque se observe en la población prácticas primitivas como la de aplaudir cuando llega la energía eléctrica.

Un boxeador en el congreso ayudaría a diversificar el espectáculo, pues hasta el momento sólo tenemos diputados que cantan, modelos de belleza y peloteros. Me imagino que estas personas han sido integradas a la política porque el show que suelen escenificar los congresistas y demás personajes suele ser monótono y de mala calidad, pero la nueva casta política sí saben cómo organizar un evento y brindar un buen espectáculo.

Un boxeador en el congreso agrega otra manera de divertirnos, en un país donde cada día crece la conspiración para negarnos ese derecho. Entiendo que incluida esta figura “peleará” para que ese derecho no se nos niegue.

En EE.UU. existe la figura de un congresista denominado “El látigo”, porque está encargado de llamar la atención a congresistas que hayan cometido actos indecorosos o que hagan poner en tela de juicio la reputación de este estamento del estado.

Supongo que un boxeador en el congreso podría cumplir esta función de maravilla. Ahora bien, también presento las posibles situaciones que puedan darse. Una condición que debe cumplir el látigo estadounidense es que sea imparcial. Sabiendo cómo se maneja nuestra política no podemos inferir hasta qué punto el boxeador pueda serlo.

De no ser imparcial, y sólo llamar a capítulo a quienes no respondan a los intereses de su partido, podría provocar una situación peor; porque me imagino que la oposición entonces contactaría los servicios de Bruce Lee y presentaría su candidatura como “Un karateca al congreso”. Ante esta situación podrían formarse dos bandos (que de por sí ya existen) lidereados por estos dos profesionales de las patadas y los puños. Lo que permitiría que ahora se haga con cierta destreza y maestría lo que hasta el momento se hace sin saber lo más mínimo de cómo se tira una patada, cuáles son los nombres de los golpes, etc.

Aunque pensándolo bien, creo que no estaría mal que semejante situación pueda darse; porque de todos modos ya ellos nos tienen acostumbrados a estos espectáculos. Un boxeador y un karateca es lo mejor que podría pasarles, y si tenemos suerte, terminarían por eliminarse ellos mismos. Y no nos forzarían a utilizar mecanismos para salir de ellos como la abstención al voto, por ejemplo.

viernes, 21 de octubre de 2011

Su recuerdo

Por: Humberto Rivas

Se quedó prendado de mis mejillas
el ímpetu de su fragancia,
Todavía las niñas de sus ojos cuelgan
de mis pensamientos como relámpago
que levanta polvos de tristeza.

Se llevó en su maleta mi sonrisa
y observé desde el balcón cómo ella se
iba desvaneciendo con el atardecer, y cómo
caían a uno y otro lado del camino
los recuerdos.

Se marcharon tras de ella las coplas
de los grillos de la noche, y espantadas
del silencio me negaron las luciérnagas
su luz dejándome en penumbra.

Se llevó de mí muchas cosas y golpeó mi
mundo por completo; como un trompo
quedó mi destino, girando sin rumbo fijo.

Como una nave a la deriva que
espera divisar tierra en la lejanía,
como una isla silente que intenta
recuperar la calma después del vendaval.
Se llevó… en fin… se llevó hasta mis ganas
de llorar.

domingo, 16 de octubre de 2011

Gratitud III

Por: Nicolás Guevara

No es mujer desprendida de un costado
ni objeto de cupido en la vitrina
sólo anda tejiendo voces, atrapando sueños
en mi horizonte de papel.
Y la pasión inesperada
como poesía en la mañana sin dueño
o la tarde que desciende frente al mar.
No es patrón de seda en pasarela
ni plasticidad congelada en la pantalla
vive intensa, natural,
como si presintiera el misterio
de los pasos y los días
entre los dos.


(Poema perteneciente
a una publicación de reciente aparición).

miércoles, 12 de octubre de 2011

Otra insinuación

Por: Franklin A. Peralta E.

Hoy he intentado vestirme de negro,
hoy cavando he decidido
tomar por asalto el cielo.
Quizás me lleve la insoportable
sorpresa de su inexistencia.

La acalorada vía hacia lo inefable
me presenta cada vez más resistencia.
El vacío coloca las señales del regreso
y yo me dejo llevar por ellas
con la seguridad propia del ciego.

Hoy he sido premiado con otra insinuación.
Una vez más he visto su celaje.
Puede por fin tornarse posible la navegación.
Los vientos se tornan propicios
y está listo el andamiaje.

Es la angustia de hacerse a la mar
sin saber volar.
Es la complicada prohibición
de quedarse en tierra.

Sólo queda esperar en la bondad
de ángeles carniceros.
Sólo falta que me nieguen
el derecho a ser sincero.


(Nueve años después del 2002).

sábado, 8 de octubre de 2011

Siete pecados para el perdón

Por: Jacinto Sención Mateo

Cruz acuesta, alma de todos
pesada cruz sin evitar aún
soberbia la mía, fin del camino
sólo una luz para triunfar.

Fiesta a la muerte de ira
compañera de camino
ayer tan mía, hoy no estás.
A la cruz camino voy
pesada cruz para triunfar.

Sobre la avaricia tendía mis pasos
torcida para los viajeros
amiga querida del necio
caída del amor propio
cruz acuesta para los demás.

La gula sobre mis hombros
ni migaja para el hambriento
que nombró de burla su enojo
hoy firme con el hambre ajena.
Del pasado que no estás.

No podía evitar las caricias
manos ajenas para tocar
mirada de vergüenza
fuera la lujuria
un corazón para amar.

Miradas corrompidas
ayer dueña de todo
serena tan llena de sí
envidia en el pasado
hoy temerosa de Dios.

Ayer dormido del todo
cansado sin trabajar
última cruz en el sendero
digno el trabajo ajeno
hoy conmigo fin del camino
un futuro he de alcanzar.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Sueño vivido

Por: Albania Camacho

Esta noche no quiero pronunciar tu nombre, no deseo mirar tus fotos. Tengo hambre de ti, pero no estás aquí para comerme tu sonrisa mientras disfrutamos los más impetuosos placeres que gritan nuestras almas desde sus profundidades, mientras la noche se hace adulta. Eres mi más bella ilusión, mi sentir más apasionado, mi sueño más esperado. Mi cuerpo pide a gritos tu compañía. Tus caricias son las sublimes ansias de mi alma.

Mi negro, en noches como estas tú inspiras el inicio de las caricias más amorosas que pueden entregar mis manos. Una entrega en la que el olor de nuestros cuerpos materialice nuestro inmenso amor, mientras las nubes corren para esconderse y no ser testigos de tan sublime entrega de dos almas enamoradas; mientras nos arropamos de la fría noche con el calor de nuestros besos, encendiendo los fogones más ardientes de la profundidades de nuestro ser.

La luna esta borracha, bailemos plenamente. Serás mi compañero mientras explotamos nuestros más profundos deseos. Tendrás visa en mi cuerpo, cuando borremos las fronteras que separan nuestros cuerpos, pero unen nuestros goces. Al tiempo que nos rendimos ante el amor, delante de las pasiones más hermosas de nuestra piel ya una. Nos desenfrenamos, quemamos nuestros seres, mientras descubrimos nuestros secretos más hermosos.