lunes, 17 de diciembre de 2012

A destiempo



Por: Jean Suriel

La tarde empieza a morir antes del ocaso
las golondrinas aturdidas huyen del estío
el sol se refugia en los abrazos gélidos de la penumbra
huyo asido de un rayo de sol con deseos de regresar a los destiempos
sólo la memoria sabe mi dialecto
sólo las pupilas reflejadas en las aguas pasadas entienden mi murmullo
sonidos sin palabras
quejidos sin aliento
mis dedos tocan la distancia trazando la ruta del antaño
mis manos conversan con la ternura
fluye el caudal reservado para momentos amargos
otra golondrina inyecta el sabor del ahora
y el último rayo de luz hizo retornar mis andanzas
a destiempo se marcharon los recuerdos
a destiempo me fugué a hurtadillas
a destiempo volví de los días transitados.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Un nuevo sol para brillar

Por: Jacinto Sención Mateo

En la espera de la luz
consciente y sediento
sin que los días por venir
consumieran la emoción
ni el deseo al corazón.

Más cerca de ti
impaciente en la esquina
sin que las primaveras
cambiaran la ilusión
ni el ardor del corazón.

Rostros encontrados
deseos compartidos
alegría por vivir
todos a la misma suerte
agradar al esperado.

Ya es posible la luz
que ilumina corazones
renueva la esperanza perdida
y las razones
lo eres tú.

Bienvenido Esteban
a la vida que te espera
que entre gozo y la alegría
vemos brotar la vida…
de un nuevo sol para brillar.

sábado, 1 de diciembre de 2012

Ausencia sentida



Por: Albania Camacho

Esta mañana es más fría y larga porque estoy sin ti. Las horas en las que no estoy a tu lado se hacen eternas en estos días grises en los que tú no estás junto a mí.

Mientras sueño al abrazar mi almohada, te siento a mi lado. Pero es terrible despertar porque no te encuentro junto a mí… ¿hasta cuándo será este sufrir en el que en hermosos y fríos amaneceres no enloqueces mi cuerpo?

Cuando me entero que sólo estaba con mi almohada, se altera mi piel al irse la calma de la profundidad de tus miradas. En las madrugadas estás en mi soledad, en el bullicio de mi ser que pide a gritos tu compañía para desnudar nuestras almas.

El sol sale sobre el horizonte llegando a mi cama con su calor, despertándome del hermoso sueño de tenerte a mi lado. Sin embargo, la vida es hermosa y placentera mientras repaso mis sueños y deseos más añorados. Tu sonrisa enloquece mi alma en esta hermosa alborada.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Don supremo



Por: Nicolás Guevara

Canto tierno de esperanza
tócame el sueño en las mañanas
sin pensar en lo imposible de la hora
tócame la distancia, el tiempo, la angustia
con el gesto tuyo de mujer
toca con tu piel madura
esta piel que espera.

Voz cortada en la tibieza
tócame el alma…
con sonrisas, miradas, manos
y la respiración quebrada en el momento.
Echa tu gracia a volar como paloma
y déjala posar sobre mi pecho
tocándome el silencio maltratado.

Tócame
con el don supremo de la vida:
el amor.


(Tomado del libro: Después de un cuarto de siglo. 1989)

lunes, 12 de noviembre de 2012

Las nostalgias del fogón

Por: Rafael Alvarez de los Santos

Cuando escuchamos la palabra sabio por lo general nos viene a la cabeza un señor muy viejo con barbas grandes y descuidadas sentado sobre sus piernas entre cruzadas y que habla en aforismos.

Pero ese tipo de sabios jamás se han sentado al lado de un fogón de leña a contar historias o chistes mientras se hierve el café que compartiremos en una fría mañana de diciembre o en una noche sin luz después de una larga faena de trabajo en el conuco.

Para mí, los verdaderos sabios eran nuestros viejos y viejas en el campo cuyas historias y compañía disfrutábamos todas las noches como un ritual.

Nos sentábamos a la orilla del fogón en unas noches que sabían a café recién colado o se alegraba el paladar con el jengibre ardiente, como nos gustaba. Noches alumbradas por luciérnagas y estrellas y ambientadas por el canto de los grillos o alguna bachata de Radio Guarachita en el radio de pila de la casa o de algún vecino.

En estas noches se entretenía el olfato con el olor de las chulas, planta de follaje amarrillo y amplio,  que impregnaba todo el lugar de una fragancia tenue y sutil.

Cada noche acogía los cuerpos cansados y escrutábamos el recuerdo, exprimiendo la memoria de unos padres que tenían mucho qué decir y unos niños con deseos de escuchar sin sospechar que dichas veladas salvarían las historias de no morir en la memoria de unos viejos en el ocaso de sus vidas y que han sido bien retenida por nosotros.

Una enramada techada de yagua, con el piso de tierra y un fogón de leña era el escenario; el pilón de majar el arroz, acostado, nos servía de asiento mientras escuchábamos atentos las historias del abuelo o el vecino.

Sentados en círculo, pasándose el cachimbo los adultos y el jarro del té o el café los demás, escuchábamos el cuento de camino, las mil historias que entretenían el alma taciturna de unos cuerpos cansados del trabajo.

Íbamos tejiendo la noche de recuerdos, historias y risas sobre lienzos de afectos, apego, añoranzas de adultos y esperanzas de niños. Esperanzas asidas a manos encallecidas y ásperas sin importar la edad; esperanzas que, entre bocanadas de humos del tabaco y sorbos de café o té, nos permitían soñar.

En el fuego del fogón se fue consumiendo la tristeza de la realidad vivida sin más riqueza que el ejemplo y la pasión por el trabajo. Se fue acrisolando la reciedumbre de una personalidad con valores, con la honestidad como antorcha que iluminará toda una vida.

Se formó la pasión por la palabra y la veneración de la escucha. El fogón era el escenario escogido por unos padres a quienes no les importaba el tiempo para dedicarlo a unos hijos que crecían y a quienes debían inculcar el testimonio y ejemplo de vida que hoy exhibimos ante una sociedad que languidece.

En las cenizas del fuego se acunó nuestra nostalgia, y aún queda de ella los valores y enseñanzas. Hoy, ante una tecnología que acentúa la distancia y entorpece los encuentros sin dejarnos advertir su importancia, ofrezco una oda a las nostalgias del fogón.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Celos



Por: Albania Camacho

Sentirte lejos es la niebla de mis momentos más serenos. Al mirar el néctar de tu hermosa sonrisa, siento la furia infernal de no poderte acariciar. 

Siento celos de ella, de sus besos y de sus versos. Porque no soy yo quien despierta las más profundas emociones en tu cuerpo, no es mi piel la que bebes en las madrugadas; mientras con estrofas ella acaricia tu cuello calentándote antes que el sol entre por tu ventana.

La brisa acaricia las sonrisas de tus más ardientes pensamientos, cuando sus mejores versos te excitan a las más sublimes entregas, mientras el viento se desliza por tu cuerpo. 

Siento celos cuando le entregas tus sonrisas a esos labios que no son los míos, cuando le entregas el amor que junto a mí no puedes vivir. Y es entonces cuando mi alma te sigue, te llama, te busca.

martes, 23 de octubre de 2012

En París



Por: Franklin A. Peralta E.

Tu herida se renueva
en cada café que bebo
en cada siglo que pasa
en cada mujer que veo.

En ocasiones me cuesta
descifrar tu misterio.
Miras de frente
y me sugieres
una lágrima
un viaje
un veneno.

Las luces de París
los puentes del Sena
fueron esta vez tu excusa
para volver a herir.


(París. Agosto)

martes, 16 de octubre de 2012

La vida



Por: Humberto Rivas

Brillan los cálidos rayos
sobre bostezos aún dormidos mientras baila 
con hojas verdecidas de  rocío 
la translúcida mañana.

La naturaleza amanecida
vibra en éter vital de existencia
en un cúmulo de emociones que 
explotan y se expanden por los huesos.

Allí todo corre y vuela
todo duerme y se despierta
en una furia festiva por vivir.

Despertar y dormir
dormir y despertar
pero nunca abrimos los párpados
en el mismo lugar.
Es otro mundo
al otro día.

Y luego de las sombras del descanso
renacer reconfortados en la vida misma
dando brillo a la plata gastada
por roces cotidianos carnales y necesarios.

Pero hay vidas zarandeadas cual hojas al viento
que se van perdiendo en el camino; 
yo las recojo y trato de reconstruirlas con la mía. 

Porque sé que vivir es la meta de la existencia
la vida es presencia presente y futura
la vida es espera de lo que llegue
para hacerla más plena.

lunes, 8 de octubre de 2012

Mirada hacia el éxito



Por: Sandy R. Genao Cruz

Con la frente erguida miro hacia el futuro
con los pasos firmes camino hacia él
ya veo la luz al final del túnel
ya veo asomarse el amanecer.

¿Quién dijo que es fácil realizar los sueños?
¿Quién dijo que es fácil la meta alcanzar?
¿Quién triunfó sin llanto, sin pena y desvelo?
¿Quién alguna vez lo pudo lograr?

Soy el resultado de muchas batallas
de muchos regaños y muchos consejos
de gente sincera que estuvo conmigo
de manos amigas que me protegieron.

Parte de mi vida queda en el camino
parte de mis sueños que jamás realicé
subí otro peldaño, hoy estoy feliz
no me fue tan fácil, pero lo logré.

Hoy veo el esfuerzo coronar mi triunfo
hoy veo la vida con más claridad
hoy que todo es bello, que todo es alegre
veo el resultado de perseverar.

jueves, 27 de septiembre de 2012

El retorno de las olas



Por: Nicolás Guevara

Conmoción y dilema en el vaivén de las olas.
Súbito abandono que dejó dormida la ilusión
sin palabras ni presencia en el tiempo
sin rumbo fijo para un dolor de mundo en precipicio.
Sabios pasos de redención
pero imposible de avanzar sobre las aguas
donde los milagros evaporan su virtud. 
Conmoción y dilema en el retorno de las olas
cuando no puedo contener el llanto
frente del mar.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

El calor de tus miradas


Por: Albania Camacho

El calor de tus miradas me dejó sonrojada. Tu sonrisa me cedió momentos inolvidables en los que temblaron mis huesos al saber que estabas allí junto a mí. Entonces pude disfrutar la desnudez de tu alma en una mirada.

Junto a ti se esconden mis fortalezas. Me dejas aludida cuando contemplo tu belleza. No me dan las fuerzas para expresarte que eres inquilino en mi corazón, en el que sueño ser tu alma gemela.

Sé que eres un amor imposible. Sueño que cuando sientas tristezas entiendas que puedes contar con mi sincera amistad. Si me dejas, estaré siempre cerca de tu corazón para calmar tus tristezas mientras disfruto tu belleza interior; soñando cuidarte en los días que te sientas solo. En mí tienes apoyo. Eternamente seré tu amiga. Cuenta conmigo cuando quieras desahogarte.

Eres alimento de mi ser. En un desierto de secretos, en el mar de mi corazón, despiertas en mí deseos que crecen en las olas de nuestro amor; olas inciertas e irrealizables que alimentan mis más profundos placeres. Descansar encima de tu deliciosa sonrisa es el anhelo de mi ser. Negro, eres sencillamente tierno, inmensamente hermoso, tan fuerte como un metal que resuena en la profundidad.

lunes, 3 de septiembre de 2012

La ofrecida promesa


Por: Jacinto Sención Mateo

Un nuevo día sobre la mar
sin el deseo de navegar
sin sentir la brisa
sin la prisa del ayer
de ese ayer que no llegó.

Continúo y fuerte te siento
a los cuatro vientos
dando golpe en el tiempo
entre las fuertes lluvias
cobijado por el miedo
en medio de la desolación.

Cuestiono a mis entrañas
un frío nocturno nos saluda
nos acompaña sin prisa
pero siempre a nuestro lado
a la espera del dolor.

Siento  hundirme en él
con ella
soporte de mis viajes
navegando a la deriva
sin que la mar
retirara sus enojos.

Toda la noche vigilante
sitiando la cercanía
del amanecer
tan deseado como nunca
a la espera
de la ofrecida promesa
que se nos prometió.

Un nuevo día nos saluda
radiante de sol
entre la suave brisa
la mar serena
armonizadas las olas
los pájaros cantan
llegamos al puerto
de una nueva eternidad.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Re-Creación


Por: Franklin A. Peralta E.

Escribo luna
y otro lucero aparece en el cielo
y otros rayos se reflejan en tu pelo.

Nombro tus labios
y otra sonrisa abre las puertas
a este prisionero
hasta ahora sin compañero.

Pienso tu espalda desnuda
y otras partidas
se mueren de repente
y a otras siluetas
se las lleva la corriente.

Deseo tus pechos
y otros aguaceros
y otras lluvias
y otro golpe de acero
me derriba a tu cintura.

viernes, 10 de agosto de 2012

Volar sobre el acantilado


Por: Humberto Rivas

No sé si fue tu sol o la espera
que tostó mis frágiles sueños.
No sé si fue tu frialdad o tu desdén
que  paralizó mis pasos ante
el umbral del perdón.

Pero una cosa sí sé,
que mis llagas aún frescas están
ante un borroso semblante que inquieta
los mares de mi interioridad.
Que el fantasma de tus besos
muerde mi sombra
y no me deja reposar.

Que duele cada rincón donde
estuviste tú, y que duele más la vida
atascada en ausencias.
Pero más me duelen los ojos cerrados
a otras presencias, ya que quizás otros
habrá que quieran bailar la danza
de la hospitalidad.

Duele, a decir verdad,
el simple hecho de amar.
Porque, ¿qué es el mundo sino un
vuelo sobre acantilados?

¿Qué es la vida sino desplegar las alas,
acurrucarlas, extenderlas nuevamente y volar hacia
el infinito empapado en miedo?
Soñar contigo y despertarme de golpe sin ti
bajo la lluvia en una mañana fría.

miércoles, 18 de julio de 2012

Llanto al amor perdido


Por: Sandy R. Genao Cruz

Quisiera volver a sonreír
pero me faltan tus besos.
Quisiera volver a sentir pasión
y se me escapó tu cuerpo.

Quiero salir de la oscuridad
pero tus ojos no me alumbran.
Quiero volver a ser feliz
pero sin ti sólo hay bruma.

Quisiera encerrarme a solas
para probar el llanto amargo.
Quisiera amar a alguien más
pero en mí sólo existe  llanto.

Quisiera convencerte amor
que me amas como ayer.
Y si no puedo me queda decirte 
que esperaré tu volver.


(Dedicado Nancy, el amor de mi vida, en mi intento desesperado por no perderla).

lunes, 9 de julio de 2012

Doscientos Trabajos en Naiboa Literaria


Por: Equipo de Naiboa Literaria

Saludos queridas y queridos,

Un domingo de finales de agosto del 2008, el poeta Héctor Martínez nos entregaba "Sensaciones", el poema inaugural en Naiboa Literaria. Muchas sensaciones han corrido por este blog desde entonces; y bien merecería la estrofa final de aquel poema:

Gracias por a mi lado querer estar
pues aunque nunca te has ido
te siento cada día encontrada.

Gracias Naiboa Literaria. Gracias a la docena de asiduos colaboradores y colaboradoras de este espacio para declamar la vida y desplegar el corazón. Gracias a todas y todos los que casi como contrabando nos han hecho llegar sus trabajos para unirse a esta gran familia que cruza fronteras de países, continentes y hasta de lenguas.

Con casi 8,000 visitas desde que empezamos a contar, en esta peña virtual literaria hemos asistido a grandes pérdidas para la literatura y otras artes, y hemos llorado por heridas incurables para nuestras almas. Le hemos sacado la lengua al sistema. Y hemos escrito a la defensiva y para absolvernos, practicando una escritura de guerrillas.

Pero también hemos reído y dado la bienvenida a aquellos que nos inspiran a escribir y a compartir. Es por ellos y ellas que estos doscientos trabajos son sólo el principio. Porque a través de estas palabras, a veces verso a veces prosa, podrán reconstruir tantas vidas.

Y qué forma más idónea para completar este ciclo que cediendo la palabra a quien lo empezó: del poeta Martínez a Naiboa Literaria:


A la familia Naiboa Literaria

Por: Héctor Martínez D.

Silencio
no ausencia.
Calma
no tristeza.

Conciencia siempre
de lo que somos
sin despedidas
sólo algunas escisiones.

Presente madurado
por pasados entrañables
futuros posibilitados
y este constante ahora complejizado.

Silencio ante la contradictoria grandeza
de este ser que somos
inapreciable en la hondura del universo
percibido en las profundidades de nuestros afectos.

Aunque a veces distantes
nunca ausentes
siempre agradecidamente conscientes.

jueves, 5 de julio de 2012

Mi observación electoral: El día del juicio final


Por: Rafael Alvarez de los Santos

Aclaro, de entrada, que no soy observador acreditado por la OEA, la JCE y menos por Participación Ciudadana. Bueno, por esta última instancia tendría que pensarlo dos veces, pues es posible que la Junta Central Electoral, en su afán de desacreditar la única institución que por más de 20 años ha observado las elecciones, me formule un expediente en el que me vinculen con Pitingli o Cacavila dos ladrones muy reconocidos de Cevicos; o en su defecto me acusen de tener una madre llamada Corina. (Esto último es cierto sólo que para los fines de lugar puede retorcerse esta verdad y hacerla ver como una acusación porque no me cabe la menor duda que hasta de eso serían capaces). 

Comenzó mi día por terminar de decidir a quién endosaría mi voto pues, aunque no me sentía identificado con las opciones presentadas tanto en blanco como en morado, tenía que votar. Una vez tomada la decisión me apersoné al colegio donde debía ejercer el sufragio y como buen ciudadano hice una fila de aproximadamente hora y media, en realidad casi dos horas para ser más exacto y dramático. 

Quizás les interese saber por qué tanto tiempo en una fila de un colegio electoral de apenas 500 votantes y en las que, al llegar, sólo habían 13 personas delante de mí al menos en la fila de los hombres. Por cierto, elevo mi protesta por haber dividido la fila; me parece que reburujados es mejor por razones que no expondré en este informe, quizás en otro boletín lo haga. 

La cuestión es que tardé demasiado tiempo cuando votar me pudo haber tomado 30 minutos con fila incluida y la chercha armada al momento de entrar con amigos que hacía tiempo no veía y que fungían como delegados de partidos y personal de la junta en la mesa electoral. 

Ahora paso a contarles lo que observé porque de eso se trata y ya he dado demasiadas vueltas. Les contaba que tardé más tiempo del previsto en la fila pues por cada tres mujeres dejaban entrar un hombre. No sé si este procedimiento era igual para todos los colegios electorales o una decisión tomada por este en particular. No vayan a cuestionar mi labor de observador por no tener claro este dato, la cuestión es que nadie me supo informar y de lo que sí tengo precisión, según me informaron en la misma fila, es que se priorizaba a las mujeres pues las mismas debían ir a cocinar.  

Comenté que también yo sabía cocinar y no faltaron las miradas que cuestionaban mi orientación sexual por el solo hecho de emitir un juicio que, a mi entender, no tenía nada de malo; al menos pensaba que un hombre que cocine debe ser más atractivo para una mujer, pero mis compañeros de fila me hicieron entender con argumentos contundentes que cocinar no es para hombres. Aclaro que en realidad no sé cocinar, a lo más lejos que he llegado es a unos plátanos ahogados en agua con postura de gallina al aceite caliente. 

La otra razón por la que tardé tanto en una fila obedece al sentido solidario y caritativo de quienes representaban los partidos políticos y me explico: cada cinco o diez minutos aparecía algún dirigente con alguna persona envejeciente con dificultades motoras para ejercer por sí mismos el sufragio y cuyo dirigente se había prestado para servir de lazarillo. 

La verdad es que quedé conmovido con semejantes gestos pues, pese a la intención de los dirigentes que la de ayudarles a votar por el partido representado, pude reencontrarme con personas a quienes daba por muerta hacía mucho tiempo pero ese sentido de compasión de los dirigentes políticos me hizo revivir sonrisas y recuerdos. 

El orden era el siguiente: tres mujeres, un hombre y algún envejeciente con dificultades motoras. A veces se interrumpía el orden dependiendo de la condición del envejeciente pues, el nivel de urgencia lo iba a determinar el sentido de dramatismo que pusiera el dirigente y que evidentemente sería corroborado por la persona que se sentía ayudada. Es así que, en lo que dicen berenjena, habían desfilado más envejecientes y personas enfermas que casi todos los que estábamos en fila. Aclaro que en esta categoría entraban, inclusive, personas cuya única dolencia podía ser haberse quitado una cutícula de la uña del dedo índice de la mano derecha lo que dificultaba para agarrar el lápiz y poner en riesgo un voto que bien podía declararse nulo a no ser por el gesto solidario de los lazarillos perredeístas y peledeístas que justificaban ante el guardia que custodiaba la fila su labor altruista. 

Hasta el momento todo iba bien e inclusive un servidor había reconocido y felicitado a quienes habían realizado semejantes acciones hasta ver llegar a un señor a quien minutos antes lo había visto en un colmado bajándose una fría, hecho que cuestioné por la hora en que lo hacía. Este señor, acompañado de un dirigente bonachón, entró al recinto con visibles problemas para sostenerse sobre sus piernas por lo que el dirigente le servía de soporte.  

Escuché cuando el lazarillo comunicaba a la vocal que recibía las cédulas en la entrada que este señor había sufrido un accidente hacía unos meses y que se encontraba en estado de recuperación, razón por la que estaba impedido de hacer la fila. 

Reitero que todo iba bien hasta ese momento pues resulta que no sólo yo había visto al susodicho empinando el codo a tempranas horas, lo que motivó la queja de mis compañeros de espera a la que particularmente me sumé. 

Pasado este suceso, y aclaro que pese a nuestras quejas al señor se le permitió votar antes que a todo el mundo, un señor que estaba detrás de mí en la fila pronunció la sentencia del día: “Coño, a mí ta’bueno que me pase. Tantos viejos que andan por ahí haciendo nada y yo no pude coger uno de esos para venir a votar”. La amarga reacción de este señor obedecía a que, todo el que traía alguna persona impedida de ejercer por sí mismo el voto aprovechaba la coyuntura para votar al mismo tiempo. Fue aquí cuando me enteré que algunos dirigentes sorteaban a los envejecientes asignándoles a otras personas que debían llevar y a qué hora.    

El suspiro desalentado junto a la frase que expresaba el desaliento del señor colocado justamente detrás de mi oreja izquierda me hizo entender todo lo que allí había sucedido en esa mañana. Pudiera terminar diciendo las viejas palabras con que se concluía un cuento al que no se encontraba un final “Y colorín, colorado…” pero como el colorado es uno de los colores de uno de los partidos prefiero no usar la frase para que no se me juzgue. Sencillamente, y con esto termino, lo que observé es que las votaciones revelan el profundo drama humano por la que atraviesa esta sociedad. Una persona significa un voto y esto es lo único que justifica y motiva el trabajo de los partidos, lo demás es pura teoría.   

lunes, 11 de junio de 2012

Los heraldos negros


Por: César Vallejo

Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé.
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... Yo no sé.

Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre... Pobre... pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como un charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé!


(A Joaquín S. Mateo.
Que ahora sabe cuánto pesa una ausencia).

lunes, 28 de mayo de 2012

Gotas de metal


Por: Nicolás Guevara

¡Ay
si pudiera

tocarte
en el momento preciso

en el lugar
más frágil

donde más
te duela:

ahí, en esa
esquina del alma

donde no llegan
mis lamentos

y tu angustia
se destila

como gotas
de metal!


(Tomado del libro: Las piernas de mi poesía. 1987)

miércoles, 9 de mayo de 2012

Mi ser desnudo ante ti


Por: Albania Camacho

Desnudas mi ser ante la profundidad de tu mirada.

Al mirarte me estremezco de tantas hermosas emociones que agitan mi ser.

Tu presencia es la espada victoriosa de nuestras entregas a las llamas del amor que arde en nuestras almas, mientras quemabas mi piel con las caricias más ardientes de tus besos en mi mirada.

El deseo de estar junto a ti adorna la ternura de mi ser, mientras sueño en los besos que nunca me has dado.

La realidad se escapa, mientras mis placeres recorren tus fantasías. No quiero pausas en tu amor. Cuando ya no existan las distancias que hoy nos separan, entonces entregaremos nuestros cuerpos a los deseos más profundos de nuestras almas.

martes, 1 de mayo de 2012

La gente que me gusta


Por: Sandy R. Genao Cruz

Me gusta la gente sencilla
y la gente emprendedora
gente que mira el futuro
la gente trabajadora.

Me gusta la gente alegre
y la gente que sonríe
la gente que es realista
la gente que lucha y vive.

Me gusta la gente honesta
y la gente que es sincera
la gente que hace el bien
la gente que persevera.

Me gusta la gente que sueña
y que cree en la utopía
la gente que da la mano
y ayuda a curar heridas.

Soy amigo de la gente
que quiere cambiar el mundo
la gente cuyo ejemplo
es inspiración de muchos.

En fin, me gusta la gente
que es feliz, sonríe y sueña
a esa gente van dedicados
los versos de mi poema.

domingo, 22 de abril de 2012

El mercado político


Por: Eddy Ulerio

El cansancio del medio día
aprisiona la espontaneidad
y suele reavivar utopías
en lides politiqueras.

El sueño revolucionario
encuentra su paga en la
oferta clientelista de
un reconocimiento tránsfuga.

La coherencia ideológica se hace
añicos en el mercado de las ofertas
de campaña y el dinero termina
siendo el único ideal de lucha.

Viejos esquemas éticos se abandonan
por la seducción de la dirección
de un ministerio,  en el posible
gobierno del partido en que se milita.

La lucha por el poder,
ahoga el grito de los marginados,
en el despliegue desmedido de
vallas publicitarias, en promesas
electorales, en mediciones de fuerzas.

Sin principios ideológicos firmes
el celo patriótico se desvanece
y los valores morales del ayer
se convierten en referentes inviables
para la competencia política de hoy.  

Lo que da satisfacción es el servicio
a la causa común sin trueques,
 sin prostituir nunca  los principios
de  una coherente  moral práctica.

jueves, 12 de abril de 2012

Contigo Amor

Por: Jacinto Sención Mateo


Tras de ti una vez más

de nuevo te siento como otros días

de tristeza, de alegría

pero siempre a tu lado

contigo siempre Amor.


Hoy me persiguen tus pasos

tus besos, tu aliento me persiguen

tu mirada perdida en mis recuerdos

sonrisa que alivia el alma

sólo tú y nadie más.


Sueño despierto y te encuentro

dormido sueño y estás tú

sin reproches, sin mentiras

sólo la cálida sonrisa

que armoniza el corazón.


Labios compartidos sin prisa

sin la prisa del ayer perdido

entre el canto del deseo

bailando como otros tiempos

al ritmo de los enamorados.


Ven y sácame del profundo sueño

de nuevo ven conmigo amor

dale vida a mis sentidos

al corazón reprimido

de un hombre que quiere amar.


Pero ven conmigo Amor

que quiero vivir contigo

una nueva eternidad

pero ven conmigo Amor.

lunes, 2 de abril de 2012

Por: Franklin A. Peralta E.


Tú escoges reír dormida

a llorar despierta.

Y en tu risa se enciende

la única verdad que importa.


Tú optas por luces apagadas,

diccionarios, caminatas.

Y tus opciones

descoloran retiradas.


Tú prefieres la desnudez

a vestir de Calvin Klein.

Y sólo robas rosas

del cuartel.


Tú quieres hojas blancas,

hojas verdes.

Y me regalas

un verso nuevo

por el que perdí anteayer.


Tú decides si en dos años,

en mayo,

habrá Primavera.

Y si en navidad

celebraremos una nueva Hera.



(El último día de la Esperanza del 2009)