lunes, 24 de abril de 2023

Vigilia

Por: Nicolás Guevara

Dormir, anoche no pude. Sobre mi techo un doloroso gemido se hizo perenne. Alguien se quejaba ¿una niña caída del cielo o fue espejismo, sueño, acaso delirio?... No, pues ojos clavados, antorcha en mano palmoteé mi cara y subí al tejado: - ¡Eh, soltadla, Benjamín. Ella se erizó al verme. Apenas tiene seis meses, ya conoce los techos y la luna y sabe quejarse muy bien, mi gata de madrugada.


(Tomado del libro: Las piernas de mi poesía. 1987)