Por: Humberto Rivas
Dame un corazón libre para amar
más allá de la tenue sensibilidad,
más allá de la ilusa superficialidad.
Penetrar donde la vista no puede llegar,
más allá de los rostros y de las palabras.
De lo accidental llévame a lo esencial,
de las apariencias a lo real.
Ojos de águila para ver en la oscuridad
el certero camino.
Y unas alas fuertes para llevar de paso
a algún peregrino.
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