domingo, 18 de diciembre de 2022

Y volvemos a empezar

Por: Franklin A. Peralta E.

Dices que te falté el respeto
como si mis cojones no tuvieran sentimientos.
Me siento libre, desatado
rotas todas las cadenas
y como Edipo
no hago más que sembrar penas.

Sé bien que no puedo
pero igual te prometo
bajarte una estrella.
Y tú que no la quieres
que me quede con ella.

Escucho la verdad de tus labios
pero me mientes con las manos.
Quisiera creerles / a ellas
pero ellos / nunca me han besado.

domingo, 6 de noviembre de 2022

Meditación

Por: Eddy Ulerio

(Soneto sáfico)


Tomo un sorbo de silencio puro
preparación cual espejo de babel,
para blindarme de sufrir oropel,
el propio ruido va y viene duro.

Igual librarme de esta cárcel mental
murmuraciones en el bosque triste,
para seguir como gorrión sin alpiste
y nadie perturbe mi estado frugal.

El cavilar en lo interior se impone
ante cualquier simulación de engaño,
de los sentidos que el oficio pone.

Para afrontar los desvaríos de antaño
cambiante viento preciso dispone,
el tiempo como los instantes de años.

martes, 4 de octubre de 2022

Adónde

Por: Nicolás Guevara

Adónde va el viento, mi palabra
y tu mirada cuando ya no estoy,
adónde el destino de mis pasos
y la elegante danza de las aves
en la conquista.

He visto la muerte vivir enaltecida,
la vida desechada en el pavimento
y un sol flameando sobre la tarde
que ha dejado de ser mía.

Adónde va la carne, la codicia y el mando fugaz,
adónde la alegría y los ojos que ya no están.

domingo, 11 de septiembre de 2022

Reptiliando

Por: Leonardo Nin

Tu presencia vale más
Que todos los delirios.
José Mármol


A quince horas de este enero
a traspié de un lagarto cojo
sorbo tus labios como una distancia.

Ni un árbol, ni un banco solo,
ni un invierno trémulo y confeso
borra este sabor a olvido
de la raída boca de un beso.

Traspongo las cosas,
procrastino,
pregunto tu nombre a una huella
borrosa en la nieve. Y aquí, sólo
llega la incertidumbre de un hueco
acorralado en las líneas agrietadas de mis córneas.

Circunspecto invento saudades,
hilvano hálitos
e ingiero de un sorbo
lo fortuito de la niebla de tu aliento
desvanecido en el blanco
de mis retinas de hielo.

Mientras yo, aquí silente,
te miro en el reflejo de mis pasos
como si en mis ojos
estuviera tu ausencia.


Tomado del libro: Espacio pagado. 2018.

lunes, 5 de septiembre de 2022

Ocho segundos

Por: Ariel Vargas

Mi corazón se detuvo cuando escuché tu voz, volteé para ver los ojos miel más bellos de la facultad, me sonreíste y te abracé, quise saber más de ti, pero sólo duró ocho segundos, nuestro encuentro sólo duró ocho segundos, ocho segundos que iluminaste mi vida, ocho segundos que pude oler tu perfume, te alejaste y al final te busqué entre la multitud y te vi a mil kilómetros, aunque podía oír tu voz, volví a ver tus ojos miel que se apagaron mientras te alejabas de mí.

Ocho segundos en que recordé cuánto me gustas, ocho segundos en que me di cuenta qué tan lejos estás, ocho segundos para volver a mi realidad.

domingo, 17 de julio de 2022

Faltan palabras

Por: Humberto Rivas

Decir un simple buenos días es tan poco,
que se queda la lengua sedienta por decir lo inabarcable
ante la magnitud de este amor,
decir te extraño no basta
ante el hecho apoteósico de nuestra chispa interior,
decir te amo
nos explota el corazón con
una explosión cósmica que nos mueve
el orden anterior de nuestros planetas y estrellas
antes de la llegada del uno para el otro.
Decir palabras es tan poco
y no basta, que es mejor la contemplación de nuestro propio amor en un silencio que atraviesa el universo
cual eje transversal que trasciende el destino.


Dedicado a mi esposa:
Yadhira del Carmen

miércoles, 27 de abril de 2022

Procuro

Sandy R. Genao Cruz

Procuro mantener una luz encendida en medio de tanta oscuridad, en esta sociedad que aborrece lo justo, que propicia la doble moral, que acaba con las sonrisas, que provoca tristeza, que premia un modelo de éxito basado en la vanidad, que castiga a quien no sucumbe ante el materialismo, ante lo falso, ante el egoísmo.

Procuro mantener la mirada fija en el camino, sin miedo, sin prisa pero sin pausa, sin miedo a la caída, porque si caigo sé que me levantaré, y también sé que los tropiezos te enseñan, que muchas más se abrirán después que se cierra una puerta, y que todas las preguntas alguna vez obtendrán respuestas.

Procuro hacer de la vida un recorrido fascinante, sin temor a la muerte, sin miedo del mañana, porque el hoy de mí siempre forma parte, porque no nací para el miedo, no nací para estarme escondiendo, ni para bajar la cabeza, ni para darle cabida a la tristeza.

domingo, 27 de febrero de 2022

Magdalena

Por: Jean Suriel


I. “María ha elegido la mejor parte”, Lc 10, 42

¿QUÉ HACES, Magdalena,
a los pies del nazareno?
La demanda candorosa
de tus pupilas
atizona el deseo revelador
en los labios flamígeros
del transformado Logos.
Sus gestos
denuncian la inclinación
de su naturaleza
y tus gestos, la aceptación infalible
de tu pecho
amasado por la confianza
y la confidencia.
Y tú, Magdalena,
escondes detrás de tus ojos acuosos
el arcano de tu espera.
El azar
exige coherencia
en ambas almas:
una
silente,
escuchante;
la otra, moldeando un interior descompuesto
por las conceptualidades temporales
y espaciales.



II. “María tomó perfume de nardo puro, ungió sus pies y los secó con los cabellos”, Jn 12, 3.

¿Qué haces, Magdalena,
a los pies del nazareno?
¿Acaso el nardo
no era tu afecto, Magdalena?
Afectos puros,
inmarcesibles
como las aguas gélidas
de un mar estable,
aroma desparramada
en la albura
de unas manos castas.
Desdibujada una sonrisa
ocultas, Magdalena, cándida Magdalena,
alguna remembranza
que quiebra el paso de tus facciones;
furtiva,
acaricias los pies del nazareno
con aire de pericia
innocua.
--Recurre, oh Magdalena, a tus cabellos
para desdeñar cualquier maquinación
inicua.



III. “Había allí muchas mujeres, entre ellas María Magdalena”, Mt 27, 55.

¿Qué haces, Magdalena,
a los pies del nazareno?
Pende
la figura desfigurada
de un madero curtido, burdo
y tú, Magdalena, yaces
arropada por la intriga,
la duda, el descreimiento,
a los pies del madero curtido, tosco.
Tu alma destrozada
cuelga
del envés de la morada última
del Logos.
Ya no miras al cielo,
pareces sucumbir
en las inmediaciones luctuosas
de un Calvario inexorable.
La beldad
que trotaba por tu rostro
no está, se ha vestido con los encajes
tétricos de la muerte.
¿Qué secretos brillan
en tus lágrimas agudas?
La hora de nona
te marchita el único hálito
de esperanza y de fe
que podrías soportar
a estas alturas.



IV. “Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?...”, Jn 20, 15

¿Por qué lloras, Magdalena,
en la sepultura del nazareno?
Como busca la cierva
corrientes de agua,

tú vienes, Magdalena,
al sepulcro
en la mañana opaca
del día tercero.
Sólo dos veces
he visto tus ojos
fundidos en llanto,
tan cristalinos
en los sucesos turbios.
No queda más pesar
que abandonarse a la vida.
Tu rostro palidece, Magdalena,
tu recuerdo se nubla, Magdalena,
tu presencia se agota, acabada Magdalena.

--No sé más de ti,
no sé si feneciste o si aún vives,
no hay más huellas de ti.
Quisiera
imaginarte en tierra desértica,
cubierta tu cara de un velo negro,
célibe hasta la parusía,
austera con rigor y reciedumbre,
con la esperanza reflejada en tu rostro
y una tablilla en tus manos:
“Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum”.

lunes, 21 de febrero de 2022

Por estas calles vacías

Por: Jacinto Sención Mateo

Hoy salí a caminar por estas calles vacías, salí en busca de alguien con quien compartir, así mismo como escuchan, con quien compartir estos sentimientos cargados de amor, queriendo realizar mis sueños de entregar estos deseos tiernos que conducen al amor, deseando sentir aquellas emociones que desde niño pude apreciar de aquellas gentes que me brindaron su amor, sin embargo hoy, sintiendo la necesidad de amar, queriendo encontrar a todas esas gentes que me enseñaron a querer la vida, pero ya no están, mientras yo aún sigo por estas calles vacías en busca de alguien con quien compartir mi Amor.

jueves, 10 de febrero de 2022

Canto apocalíptico para no dormir mientras dure la noche

Por: Humberto Rivas

Me preparo para el fin del mundo,
para la cruzada final, llevo indeciso
en la mano derecha un crucifijo y
en la izquierda sendos fusiles de asalto.
Se oculta el astro matutino, neblinas de tumbas tenebrosas
obnubilan las tomas de decisiones.
En el laberinto del juicio no sé dónde quedó una y la otra mano.
Bendigo y disparo, disparo y bendigo.
Acaricio y mato, mato y acaricio.
En la derecha llevo las bienaventuranzas,
en la izquierda El príncipe de Maquiavelo.
En la derecha la Suma Teológica,
en la izquierda El capital de Karl Marx y su otro escrito de la teoría del opio.
Mas a través de la claraboya del mundo la luz no llega clara para todos,
y cuando los rayos gotean lentamente espesos por las rendijas, las manos
se convierten otra vez en títeres de sórdidas ideologías.
Humildad y soberbia, soberbia y humildad.
Bendigo y disparo, disparo y bendigo.
Acaricio y mato, mato y acaricio.
En una mano fe que mueve montañas, en la otra, incredulidad
que despluma las alas de los ángeles.

En la derecha llevo una flor,
en la izquierda un puñal,
en la derecha el perdón,
en la izquierda la venganza,
en la derecha un cirio pascual
en la izquierda un portaviones.
Que lo que haga tu mano derecha
ahora lo sepa el mundo entero y si tu mano izquierda
te hace pecar, córtatela.
Se acerca el fin del mundo, debo tomar a tiempo una decisión.
Ojalá que el filo de uno de los diez cuernos de la bestia
no me corte de un tajo la derecha.

martes, 1 de febrero de 2022

Sueño

Por: Eddy Ulerio

Vivo sólo para verte
cuando pasas por mi calle
con ese vestido al talle,
¡he aprendido a quererte!
Aunque no puedo tenerte,
mi amor no tiene razón,
y no importa al corazón.
Saber que no serás mía
produce melancolía,
y terrible desazón.

sábado, 29 de enero de 2022

Caribe

Por: Nicolás Guevara

Mar de recuerdos inmortales
con tránsito de canoas y almas
en tiempos inmemoriales,
donde navegaron carabelas
esparciendo palabra cruz sobre puertos.
Mar que recibe el clamor eterno de Montesino
mirando desembarcar a Africa en cañaverales,
donde Francis Drake se paseó incendiariamente,
portaviones ofendieron la memoria del Patricio,
amantes nocturnos se exhibieron de la mano
y la infancia recibió la tarde entre globos y confite.
Aquí permanezco: en tu costa y tu orgullo,
en la mirada y el silencio, en el misterio y la ceniza.

martes, 25 de enero de 2022

Acordes

Por: Franklin A. Peralta E.

Desde un balcón
de truenos de timbal
veo mi ausencia
en medio de las cruces
y bachatas asesinas
que mueren al picar.

Un claroscuro
se desvive
en golpes de dos por cuatro
a veces dos
a veces cuatro.

Viento
suspiro por los dedos
puñal en el pecho amigo
verdad enmudecida
acierto desbocado.

Salto
de monte en monte
evitando valles
pisadas que van
pisadas que vienen
sin hacer camino.

Puente
entre caduco norte
y su hijo y salvador sur
entre lo concreto
y lo transparente.

viernes, 14 de enero de 2022

Trémulo de hojas para un poeta en lo oscuro

Por: Leonardo Nin


Lo sé. He muerto muchas veces.
No recuerdo lugares ni las fechas,
Pero he muerto muchas veces.
Lo sé. He muerto muchas veces.
No recuerdo lugares ni las fechas,
Pero he muerto muchas veces.
Lupo Hernandez Rueda


Cuando la nada sea la huella del intento
y la palabra un eco perdido entreliño
con mi voz desenterraré las cenizas soñolientas
de un idilio que una vez, enterrara yo de niño.

Cuando halle la verdad absoluta en un desierto
y alguien descubra las mentiras en mi diario
descenderé hasta las canas de un ocaso
a dibujar virtudes en mi obituario.

Cuando de mí no quede más que un soslayo
a un libro viejo perdido en un estante
volveré a tocar una mano entre las líneas
conversarán con el poeta que fui antes.

Y si alguno recordara sin quererlo
alguna prosa o verso mío que leyera,
yo también desde las páginas guardado
devolveré la dicha que la vida me trajera.

Y viviré, entre libro y materia
entre verdad y mentira, viviré…


(Tomado del libro: Espacio pagado. 2018)

martes, 4 de enero de 2022

Invocación al amor

Por: Sandy R. Genao Cruz

Convoco los amores perdidos
los amores que no llegaron
los que tuvieron sentido
y los que huellas nos dejaron.

Los que un día se acercaron
y se alejaron sin palabra,
los que nunca se vieron
pero llegaron al alma.

Los que desde lo lejos
sueñan con volverse a ver,
los que se quisieron tanto
y se dejaron perder.

Los que traspasan fronteras
los que vencen religiones,
los que no matan las guerras
los que acaban sin rencores.

Convoco los amores fuertes
los que trascienden el tiempo,
los que no tienen que verse
porque siempre son eternos.

A todos los amores convoco
los que son y los que fueron,
los que en el futuro serán
porque son todos verdaderos.