sábado, 31 de octubre de 2009

Gatuperio

Por: Héctor Martínez D.

Surge, crece y transforma,
sin miramiento tus toques haces espontáneos
levanta contradicciones
te haces necesario
resurge cada segundo diversificado

Sobre ti se legisla
se hace arte
catarsis
y empresas

Crece y ocupas atención
para unos como necesidad
para otros como temor;
gozas de enemigos,
de adeptos y promotores
recreándote en la contradicción

Tu agilidad vuelca esfuerzos
anhelos y utopías
en paréntesis de indignación,
en impotentes desconciertos
en penas y reclusión

Tu antítesis no es noticia
ni presencia concienciada
pues tu estar roba sacrificios,
trastorna nervios
enloquece miradas.

En la desobediencia naciste
y desde ese mito de tu nacimiento
te hace de muchos justificación.

Para uno eres dinamismo,
para algunos maldición
y para todos incertidumbre,
y de los íntegros desesperación,
solventándole, también, desilusión.

Eso eres tú,
mal,
vacío
sequedad
gatuperio
que al mundo ocupa en tu superación
y al cielo en ofertas de gloria
o aviso de perdición,
como si este inmediatismo
diera posibilidad a ejercicios de concienciación.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Soy...

Por: Sandy R. Genao Cruz

Soy de los que piensan que el mundo puede mejorar,
soy de los que sienten que las cosas tienen que cambiar,
de los que no toleran el abuso y la maldad,
de los que primero preguntan, para luego opinar.

Soy quizás, de los llamados raros en este mundo,
soy de los que ven la vida como un camino de frutos,
de los que piensan que todos tenemos algo que decir,
de los que ven más provechoso callar, observar y oír.

Soy de los que saben todo y al final no saben nada,
de los que llaman ignorantes a muchas personas "letradas",
de los que según el comercio, se han quedado en el camino,
de los que no se acostumbran a este mundo en que vivimos.

Soy un tipo no estudiado, sin costumbres ni complejos,
soy de los que reaccionan mal si me tildan de pendejo,
de los que precisan de poco para vivir esta vida,
de los que rechazan el odio, la falsedad y la mentira.

Soy sólo una persona con su manera de ser,
soy quien piensa en levantarse aunque vuelva a caer.

sábado, 24 de octubre de 2009

A él

Por: Soyri Lebrón

Lo quieres porque sí, porque siempre está contigo
a donde quiera que vayas, no importa el camino

En todos los momentos buenos y malos
a pesar del parentesco, lo consideras un hermano

Lo quieres por el cariño que siempre te ha brindado
que a pesar de cómo se siente, contigo es diferente

Por el grato sentimiento de tu amor hacia él
con tan sólo cinco letras lo remueves de placer

En la alegría ríe contigo, en la tristeza te sirve de abrigo
no olvides hermano mío que así siempre será un amigo

Si alguien ha encontrado esta grata compañía
considérese afortunado para toda la vida.

martes, 20 de octubre de 2009

Día Nacional del y la Poeta Dominicana: Los que nunca mueren

Por: Jacinto Sención

Escucho voces conocidas,
ayer, hoy, mañana también,
palabras que no caben en el papel,
volaron rumbo al sol,
rumbo al propio ser,
sin detenerlas tiempo y espacio,
navegando de puerto en puerto,
en la libertad de los vientos.

Tan sincero como Martí,
con la ausencia de Borges,
sin perder los sonetos de Neruda,
ni olvidar el pasado efímero de Machado,
hoy me gusta la vida mucho menos
al igual que Vallejo,
creo que el sur existe como Benedetti,
y me voy con la guitarra en duelo mayor de Guillén.
Por que sé que hay un país en el mundo,
que aunque en ruinas,
no deja de parir hombres y mujeres,
que como Pedro y Salomé,
vivieron en duelo el dolor,
de ver países pateados,
por botas negras no del negro,
sino del blanco que siempre aprieta,
hasta no ver la libertad.

Viva el poeta en la poesía,
viva el poeta la vida,
viva el poeta a la puerta,
para traspasar los muros,
que a través del tiempo,
han querido callar la voz,
de los poetas que nunca mueren.

domingo, 18 de octubre de 2009

Peripecias de un dominicano en un estadio de pelota

Por: Rafael Álvarez de los Santos

A raíz de las fotos que les envié por correo de mi primera experiencia en un estadio de béisbol, recibí la reacción de mi estimada Álbida, quien me decía que tenía cara de mal humor y que debí salir más sonriente. Pues les digo que, a pesar de la experiencia, sí estaba de mal humor y paso a contarles por qué. Tómense un café que el cuento es largo.

Cuando se nos informó que iríamos al estadio en Washington inmediatamente apelé a mi sentido patriótico y dije “qué bueno, porque el manager y algunos jugadores son dominicanos. Intentaré tomarme algunas fotos con ellos.” Mis compañeros venezolanos me hicieron la petición inmediata: “pues péganos a nosotros ahí para salir en esa foto”. De manera que el escenario estaba dado para yo brillar y comérmela ese día.

Por razones que no vienen al caso, mis compañeros desistieron de ir a la sección de fotos que yo habría de protagonizar y me fui solo, primero que todo el mundo para tomarme las fotos. Ya había ensayado la sonrisa sarcástica con que me burlaría de mis compañeros.

Cuando llego al estadio me atiende una mujer de ojos grandes y cara de ñame. Le hice la pregunta con la que introducía toda mínima conversación en ese país: ¿you speak Spanish? Dependiendo de la respuesta yo hablaba en el poco de español que ellos sabían o en el poco inglés que yo sabía.

Su respuesta fue negativa, o sea, no hablaba español. Con mi poco de inglés intenté explicarle lo que deseaba y ante la imposibilidad de entenderme sólo me dijo: “Follow me”; y por si acaso no había entendido lo que esto significaba, me hizo una seña con las manos que la siguiera. Me llevó a una oficina donde otra mujer, quien yo pensaba que sabía español. Le hice la pregunta de rigor (ver diálogo con la mujer de ojos grandes y cara de ñame). Ella también me respondió que no sabía español. La verdad que me pregunté para qué diablos me llevó a esa oficina.

En mi poco de inglés le expliqué a la señora lo que quería. Esta sonrió por un momento y les juro que pensé que Balbuena era un chivito jartoe’jobo delante de mí cuando escuché su respuesta: “I an de estein” (no sé cómo se escribe pero entendí que me dijo que no entendía) y me invitó a sentarme.

Mientras esperaba llegó un periodista que tenía que cubrir el juego, no sé qué me hizo pensar que este tipo podía ser mi solución. Me le acerco y le hago la pregunta de rigor (que ya les he dicho dos veces cuál era). Este me respondió “un po qui to” (imagínense la pronunciación). En su poco de español y mi poco de inglés intento comunicarle lo que quería; después de un largo intento el tipo me responde “no com pren do” (la misma pronunciación), sacó su celular e hizo una llamada. A quien llamó fue a un panameño que sí sabia español; el panameño me dice que le comente qué es lo que quiero, bueno por cuarta vez decía lo que quería. El panameño me pidió que le pusiera al periodista y le dijo en inglés lo que yo quería, el periodista se lo dijo a la mujer de ojos grandes y cara de ñame y esta a su vez se lo dijo a la otra mujer. (En verdad no sé por qué había que hacer todo este show si estábamos en la misma oficina).

La segunda mujer le respondió en inglés a la de ojos grandes y cara de ñame, ésta a su vez se lo dijo al periodista quien a su vez se lo dijo al panameño que aún aguardaba del otro lado del auricular. El panameño me dijo lo siguiente “lo que ellas le recomiendan es que espere a que los jugadores terminen de jugar y los espere afuera para que así le diga lo que usted quiere, pero es bueno que sepa que cuando terminan el juego, primero tienen que bañarse y no salen al autobús hasta que no están todos listos”.

Agradecí al panameño su gesto y después al periodista y me dio deseos de decir en español hijoe’su m…. pero me contuve.

Llegué a mi asiento que echaba chispas. Pero mi ira se acrecentó cuando vi que los peloteros estaban dando por terminada una sesión de firmar autógrafos y de tomarse fotos con los fanáticos. Maldición, ¿y así pretenden que saliera sonriente? Por Dios, creo que sólo a mí me pasan estas cosas.

jueves, 15 de octubre de 2009

Sabor de labios

Por: Nicolás Guevara

Un revoloteo de alas
eleva los sueños hasta la lluvia
en la calidez oscura.
Baile de siluetas:
redondez de la noche en el ombligo
sabor de cielo en los labios
libertad y juego en el instante
como lúdica fusión de dioses
que espanta la muerte frente a mí.

domingo, 11 de octubre de 2009

Mañana la aurora

Por: Humberto Rivas

Me quedé a la orilla del camino,
esperando,
no sé a quién ni por qué,
esperando
como se espera la salvación,
anhelando
como el Sahara
el beso húmedo
del cielo.

Mientras llega,
lloro, río, deshojo
el tiempo con serenidad
y entretengo al viento
para que nunca me abandone
o me despierte
si una silueta crece en el horizonte.

Y atardece ya pero nacerá un alba nueva,
y atardece ya pero mi espera espera
otros estallidos de alboradas.

Me quedé a la orilla del camino
entretejiendo
un nido de fuego,
de adoración
no sé para quién ni por qué,
pero sé que fulgurará
con una sonrisa de sol
después de este tenue anochecer

Mientras tanto yo, aprovecho
esta soledad provisoria
y persuadido por el viento
absorbo profundo
mi presente y mi mañana
escudriño mis recuerdos
y me voy limpiando
el corazón en lo que llega.