lunes, 28 de enero de 2019

Hambre y eufemismo

Por: Humberto Rivas

Hambre de pan
estómagos vacíamente comprimidos,
simbólicamente falta de pan
es falta de los elementos primordiales
que hacen que estos cuerpos
no se pierdan en la brisa.

Falta de pan puede ser
falta de bocado para la boca
puede ser de techo, de salud,
de dignidad, de tantas otras cosas.

Falta de pan, eufemismo radical
que quiere decir que hay miseria,
que no hay motivos suficientes
para meter los pies bajo la mesa.
Que hay gente que no come
no es una figura literaria
es una literalidad sin alegorismo.

Para algunos es una metáfora,
un simbolismo.
Sí, es cierto, hay hambre de respeto,
de autoestima, de ego, de besos, de abrazos,
de carro nuevo, de sexo, de conocimiento,
incluso de fantasías y superficialidades,
de todo eso hay hambre.
Pero el hambre del pobre literalmente hablando
es de vivienda, salud, educación y alimento.
La falta de pan no es tan obvia para unos pocos
como lo es la falta de sol en un día nublado.
Para quien la padece, en cambio, sobre la piel,
es tan obvia y tremenda como una cotidiana redundancia
que borra sonrisas en los huesos,
y ara la piel como sembradío baldío
de terrones infructuosos.
Parece mentira,
en este mundo rico
hay un chorro de gente que vive
en el fondo de un cántaro vacío,
repasando los últimos granitos
de un rosario de un triste miserere
antes de caer con los brazos rendidos
con la cara hacia el olvido.