lunes, 19 de agosto de 2013

El cosmos, el amor y yo



Por: Humberto Rivas

El amor infinito viene de más allá

 el amor sustancial que sustenta lo existente en la existencia 

fuego astral que se derrama por el universo con el temple de metal bruñido que atraviesa la estratósfera y con la suavidad de miel que escurre de fuente imperecedera 

y nos hace uno con el cosmos 

y crea la vida cada día 

y retoza de planeta en planeta

y de estrella en estrella

y de alma en alma 

hasta la vastedad del océano interior también infinito.

Y se vuelve abrazo incandescente 

que abrasa mi nada haciéndome todo

 se vuelve sonrisa humana 

y acto de compasión

mano amiga humedecida de aladas palabras 

que vuelan a la caverna de mi soledad

se vuelve pedazo de pan de vida 

que corre por las venas.

Luz, ascua, centella, energía tierna sideral 

vienes del más allá, te posas en el más acá. 

Guías mis manos para recrear contigo la creación 

recrearme yo en una expansión eterna de la bondad, ungir heridas y remendar las ropas rasgadas del peregrino universal.

Y que no se vaporice, como el hielo glacial, la misericordia de unos hacia otros plasmada en nuestros corazones como polvo de estrellas, y si se evapora, que caiga otra vez como alegres moléculas de hidrógeno y de paz, de helio y de perdón que alegren la nueva creación que ya en mí empezó. 

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