lunes, 21 de diciembre de 2009

Meditación de una noche vieja

Por: Humberto Rivas

La noche apacible golpea mi memoria
y asoman a su puerta rostros del recuerdo.

De éstos unos hieren,
otros acarician con ternura.
Esta noche también desentraña
mi presente y me sugiere un
porvenir misterioso.

Todo eso soy yo, la suma del
ayer, del hoy y del mañana. Soy
lo que fui, lo que soy y lo que seré.

Pero mi yo más que totalización en
la historia, es incólume deseo de trascendencia.
Porque la vida es eternidad encerrada
en este pedacito de tiempo.

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