Por: Rafael Álvarez de los Santos
A raíz de las fotos que les envié por correo de mi primera experiencia en un estadio de béisbol, recibí la reacción de mi estimada Álbida, quien me decía que tenía cara de mal humor y que debí salir más sonriente. Pues les digo que, a pesar de la experiencia, sí estaba de mal humor y paso a contarles por qué. Tómense un café que el cuento es largo.
Cuando se nos informó que iríamos al estadio en Washington inmediatamente apelé a mi sentido patriótico y dije “qué bueno, porque el manager y algunos jugadores son dominicanos. Intentaré tomarme algunas fotos con ellos.” Mis compañeros venezolanos me hicieron la petición inmediata: “pues péganos a nosotros ahí para salir en esa foto”. De manera que el escenario estaba dado para yo brillar y comérmela ese día.
Por razones que no vienen al caso, mis compañeros desistieron de ir a la sección de fotos que yo habría de protagonizar y me fui solo, primero que todo el mundo para tomarme las fotos. Ya había ensayado la sonrisa sarcástica con que me burlaría de mis compañeros.
Cuando llego al estadio me atiende una mujer de ojos grandes y cara de ñame. Le hice la pregunta con la que introducía toda mínima conversación en ese país: ¿you speak Spanish? Dependiendo de la respuesta yo hablaba en el poco de español que ellos sabían o en el poco inglés que yo sabía.
Su respuesta fue negativa, o sea, no hablaba español. Con mi poco de inglés intenté explicarle lo que deseaba y ante la imposibilidad de entenderme sólo me dijo: “Follow me”; y por si acaso no había entendido lo que esto significaba, me hizo una seña con las manos que la siguiera. Me llevó a una oficina donde otra mujer, quien yo pensaba que sabía español. Le hice la pregunta de rigor (ver diálogo con la mujer de ojos grandes y cara de ñame). Ella también me respondió que no sabía español. La verdad que me pregunté para qué diablos me llevó a esa oficina.
En mi poco de inglés le expliqué a la señora lo que quería. Esta sonrió por un momento y les juro que pensé que Balbuena era un chivito jartoe’jobo delante de mí cuando escuché su respuesta: “I an de estein” (no sé cómo se escribe pero entendí que me dijo que no entendía) y me invitó a sentarme.
Mientras esperaba llegó un periodista que tenía que cubrir el juego, no sé qué me hizo pensar que este tipo podía ser mi solución. Me le acerco y le hago la pregunta de rigor (que ya les he dicho dos veces cuál era). Este me respondió “un po qui to” (imagínense la pronunciación). En su poco de español y mi poco de inglés intento comunicarle lo que quería; después de un largo intento el tipo me responde “no com pren do” (la misma pronunciación), sacó su celular e hizo una llamada. A quien llamó fue a un panameño que sí sabia español; el panameño me dice que le comente qué es lo que quiero, bueno por cuarta vez decía lo que quería. El panameño me pidió que le pusiera al periodista y le dijo en inglés lo que yo quería, el periodista se lo dijo a la mujer de ojos grandes y cara de ñame y esta a su vez se lo dijo a la otra mujer. (En verdad no sé por qué había que hacer todo este show si estábamos en la misma oficina).
La segunda mujer le respondió en inglés a la de ojos grandes y cara de ñame, ésta a su vez se lo dijo al periodista quien a su vez se lo dijo al panameño que aún aguardaba del otro lado del auricular. El panameño me dijo lo siguiente “lo que ellas le recomiendan es que espere a que los jugadores terminen de jugar y los espere afuera para que así le diga lo que usted quiere, pero es bueno que sepa que cuando terminan el juego, primero tienen que bañarse y no salen al autobús hasta que no están todos listos”.
Agradecí al panameño su gesto y después al periodista y me dio deseos de decir en español hijoe’su m…. pero me contuve.
Llegué a mi asiento que echaba chispas. Pero mi ira se acrecentó cuando vi que los peloteros estaban dando por terminada una sesión de firmar autógrafos y de tomarse fotos con los fanáticos. Maldición, ¿y así pretenden que saliera sonriente? Por Dios, creo que sólo a mí me pasan estas cosas.
3 comentarios:
Jajaja, repíteme la consabida pregunta, por favor.
Tenía mucho que no me reía como lo hice cuando leía esta aventura del hermano Rafael. Por eso tenemos que aprender por lo menos “un po qui to” de ingles, para que podemos” speak” con nuestros vecinos del Nortes.
Hablamos luego Rafael....
me re i mu cho con tu cuen to
;)
Jana
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