Por: Soyri Lebrón
Que sólo supo amarme,
desprenderse de lo suyo
para así cobijarme
Que nada era difícil
cuando se trataba de apoyarme
y con la dulzura de su voz
trataba de consolarme
Quién Madre quisiera tener
que se entregara en cuerpo y alma
y su rostro era un clavel
Con rostro que acariciaba mi tristeza
para convertirla en alegría inmensa
Con manos que reían
al ver mi superación
porque para ella mis logros
eran su emoción
Con cuerpo que cantaba
dando gracias a Dios
de haberle dado tres hijos
que con abnegación cuidó
Mis días ya no son iguales
mis noches están vacías
porque nada me hace feliz
como tú sólo lo hacías
Cuánto añoro nuestros retozos
que cualquier hijo anhela
porque son escasas las madres
que aman a tu manera
Aunque ya no estés conmigo
no me gusta hablarte en pasado
porque tú seguirás siendo
mi futuro más anhelado
Hoy no tengo tu presencia
por lo menos no en lo físico
pero tengo tu enseñanza
y tus valores magníficos
Hay quienes maltratan
a sus madres sin compasión
Hoy yo tengo el consuelo
que de mí te di lo mejor
Si he de terminar este escrito maternal
lo haré dando gracias por la dicha sin final
que me otorgaste Señor, porque disfruté su amor
2 comentarios:
"... porque tú seguirás siendo
mi futuro más anhelado".
Estoy muy de acuerdo poeta.
Los seres queridos nunca se van de nuestro lado, y siempre los encontramos en la siguiente puerta.
Decir madre es decir amor,
Ternura e ilusión,
Las caricias de una flor,
Principio y fin de una relación,
De madre e hijo, un solo amor.
Esa es tu madre poeta, es la mía también,
Y de todos los que tienen,
Un amor sin igual.
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