viernes, 9 de enero de 2009

Tierra Santa

Por: Humberto Rivas

¿Por qué, por qué entre desiertos, pueblos y valles
donde ayer se cantaron los Cantares y salmos de consolación,
donde voces proféticas exaltaron la vida
y conjuraron la injusticia y la violencia,
hoy, como hongos malditos,
crecen prepotentes los cañones?

Con sangre, fuego y dolor se siembra odio,
se siembra muerte
en una tierra de seres de huesos secos,
tierra de hombres y mujeres sedientos
de paz y un trozo de tierra prometida.

¿Será que ya no somos hermanos,
o es que sólo la carne humana del otro,
del de la otra orilla y otro mundo ajeno al mío,
nos puede saciar esta hambre perpetua de
dogmas, tierras, promesas y bendición?

Hoy Dios vuelve a preguntar:
¿Dónde está tu hermano?
Pero bajo la cabeza con vergüenza
porque yo sí sé donde está:
en cualquier lugar del mundo
donde se eleva un grito de desesperación,
ahí entre llagas, bajo las bombas, condenado por
el pecado de vivir.

Ese, el que me mira desde la lejanía
de su alteridad e inquieta mi existencia
con sus angustias,
congojas
cadenas
y ganas de redención.

Pero al fin de cuentas
Las conciencias históricas
descansan impávidas
quizás aletargadas por la antigua y siempre nueva
respuesta de Caín:
¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?

2 comentarios:

Franklin P dijo...

Paren, por dios, paren.

Gracias Humberto por darle palabras a lo que sentimos.

Joaco dijo...

“Desde lo hongo grito a ti Señor”, y el silencio seguía tan presente como en aquel momento en que los judíos caminaban hacia el calvario de los campos de concentración. Y ahora ¿quién escucha a los palestinos en su clamor de dolor?, que a una voz imploran, defendiéndose de sus hermanos, que ayer fueron corderos llevados al matadero y hoy son verdugos de la inquisición. Pero el Señor se hizo eco del clamor y nos invita a denunciar las tantas injusticias que en nuestro mundo practicamos hoy. Bienvenido Hmberto a Naiboaliteraria.