Por: Héctor Martínez D. 
Cada día te recuerdo como promesa,
como esperanza,
y desde la fe, como certeza; 
como historia continuada 
con el cuerpo y el alma transparentada
y las pasiones ordenadas. 
Te atisbo y te confieso 
cual posibilidad innegable
como fuente de sentido
como razón de lo relativizable
Tú que eternidad eres
ensayando tránsitos
probando contingencias, 
modelando lo humano 
te aguarda como salida 
y donada recompensa, 
equiparando lo eterno 
a la inconclusa síntesis 
de esta vida pasajera. 
Si irreverente no fuera
injusto, contradictorio y arbitrario de llamara
por la sádica mezquindad 
que parece esta estadía por la tierra 
matizada por la premura, 
sacrificada por la espera. 
Espera de Gloria y Quietud
de juventud eterna
de recompensa no ganada
de un pasaje sin vuelta. 
Si pudiera también te acusara
por tu bondad naturalizada 
que abrió sé y libertades, 
y por  hacer antídoto el perdón
motivando reencuentros, 
pudiendo hacer de la vida 
sólo eterna celebración. 
Si auténtica bondad no fueras
estas mis quejas e injurias 
de tu infernal ausencia mi condena hicieras. 
Por ello fortalezco mi confianza
para acusarte, 
buscarte, 
darme
y exigirte, 
hasta que esta mi limitada conciencia 
explore sin orillas 
Su eternidad plena.
 
3 comentarios:
Estimado poeta Martínez, me ha gustado mucho tu poema; especialmente este verso:
"ensayando tránsitos".
Me pregunto si todos estos desgarramientos han sido provocados por la misma ilusión.
Mis saludos poeta!
Mi gran amigo.
Aunque son experiencias distintas, todas han convergido en la misma sed y los mismos desdenes. Estos son versos autoexocizantes, por la posibilidad de desahogo y liberación del espíritu que me posibilitan.
Después y cada vez que estos versos me permiten instrumentalizarlos como medicación de autocomprensión apofática, inicia una nueva vida, una nueva y más ratificante conciencia del ser y la nada, del todo y las partes reclamándose sistemática y dialécticamente.
SEUJAJH
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