Por: Sandy Genao
Cuando salga del cuerpo mi alma y el azul cielo me tienda la mano,
cuando vuele mi espíritu cual mariposa hacia el horizonte, y me pierda en el crepúsculo,
cuando el último suspiro me deje, y me haga dormir en profundo sueño,
traten de no hacer ruidos con estrepitosos llantos, porque no estaré, en mí se habrá hecho el silencio eterno.
Y es mi último deseo descansar en paz, así que sólo pediré lo necesario, sólo exigiré mi libertad:
No quiero lamentos ni llantos,
ni flores cortadas,
siembren sólo un árbol por mí,
al pie de mi última morada.
Y no pierdan tiempo tratando de resaltar lo bueno que fui,
o de mi hacer buenos cuentos,
yo sólo he vivido como cualquier otro,
y al irme quedaré, de errores y virtudes por completo exento.
Cuando en mí se haga la oscuridad eterna,
siembren en la tierra mi cuerpo desnudo,
y márchense en silencio, no digan palabras,
yo no escucharé y nada diré, si después de muerto es que los escucho.
Olvídenme pronto, no pierdan su tiempo recordando a alguien que no volverá,
y vivan felices, hagan siempre el bien porque también a ustedes un día la muerte los sorprenderá.
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