lunes, 20 de enero de 2020

Lenguas

Por: Camelia Michel

Me encontré hablando miles de lenguas contigo: las romances y las sajonas, las hijas del sánscrito antiguo. No quedó lugar sin recorrer en la música, en el gesto silente de los mudos. Hablamos el lenguaje de las bestias y toda suerte de sonidos no articulados: de la brisa que cantaba y del hipnótico mar. Pero me ha quedado la duda: por ventura, ¿alguna vez entendiste el esperanto de las almas? ¿Alguna vez sentiste guijarros en el estómago y un nudo en tu plexo solar? ¿Alguna vez supiste el idioma quebrado y angustioso del amor? ¡Ay, vida mía! Y si nos secuestra la aurora, ¿hablaremos el lenguaje de los cuerpos, o habrá alguna boca que clame por auxilio?

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