viernes, 16 de marzo de 2012

¿De qué partido es usted?

Por: Rafael Álvarez de los Santos.

La creciente situación bipartidista que vive la República Dominicana debido al poco progreso que han tenido las opciones denominadas emergentes o alternativas, nos ha puesto a todos y todas ante la difícil situación de pensarlo dos veces a la hora de emitir algún juicio que vaya a favor o en detrimento de uno de estos dos partidos.

El chantaje es la nueva forma de hacer política, convirtiendo la opinión pública casi en monotemática ante una clase periodística que ha sucumbido a los cortejos del poder y han roto filas a favor de algunas de estas fuerzas políticas sin importarles el futuro de la patria.

Es así como hemos llegado a la difícil situación de que sólo se acepta como opinión responsable lo que venga de algunas personas identificadas con el pensamiento de uno de los partidos mayoritarios; pero si usted no se ha definido y emite alguna opinión, prepárese para coger su cuerda cuando le hagan la misma pregunta: ¿De qué partido es usted? Y ay de usted si no pertenece a ninguno de los partidos establecidos, porque vendrá la sorna, la burla en su propia cara y hasta la desconsideración.

Estando en una fila en un banco conocido del país se debatían los recientes hechos de la política dominicana: que si la cuenta de la Primera Dama, los funcionarios que han hecho fortuna sin poder justificarlas, que si hay o no hay corrupción y bla, bla, blá.

Ante cada tema que se abordaba procuraba dar una opinión que, por no identificarse con ninguno de esos partidos, no estaba ni a favor ni en contra de ellos y ni cerca ni lejos de las opiniones de las demás personas en la fila.

Ante la imposibilidad de contradecir mis argumentos, hubo asomo de ceño fruncido como señal de aparente enojo y fue ahí donde vino la pregunta: “Pero, ¿de qué Partido es usted?” Guardé la forma y la compostura, porque recordé que su madre no tenía nada que ver con la conversación ni las posiciones.

El problema radica en que, al identificar de qué partido es usted, esto automáticamente lo descalifica para opinar a favor o en contra. Si es a favor del oficialismo, usted es del PLD, y si es en contra, usted es del PPH.

Aún recuerdo la señora aquella que enfrentó a Vincho Castillo cantándole unas cuantas verdades en un video ampliamente difundido por las redes sociales y que éste minimizó las palabras de aquella doña visiblemente enojada con una simpleza: “es que a ella le gusta Hipólito”; y los periodistas que allí estaban coronaron el final con la maldita pregunta: ¿De qué Partido es usted?

¿Pero es que acaso no se puede opinar sin pertenecer a algún Partido? Supongo que, al no identificarte con partido alguno, no cuentan con argumentos suficientes para descalificar tu opinión, porque en el fondo es lo que se busca.

Recuerdo que en algunas ocasiones escuché el Gobierno de la Mañana y me irritaba cuando algún ciudadano emitía un juicio y el equipo terminaba preguntando ¿de qué partido es usted?, provocando la risa y burla en caso de contestar: de ninguno.

Pero al mismo tiempo esto deja otra lectura: nos dice qué tan deteriorado está nuestro sistema de partidos, que el solo hecho de pertenecer a alguno de ellos le inhabilita y descalifica para opinar.

Una de dos: o ellos se creen tan todopoderosos y excelentes que nadie puede cuestionarles (sobre todo si es opositor), o son conscientes de sus tantas maldades e iniquidades y creen que por disfrutar de la misma condición, el otro no tiene moral para enfrentarles.

Pero la preguntita esa surte su efecto, porque cada denuncia que se hace, cada nuevo caso de corrupción que aparece, si pertenece a uno de estos partidos, esa denuncia pasará a formar parte del rumor de las esquinas, terminará en la última gaveta de un archivo y a lo sumo será difundida por algún que otro medio digital; que de igual manera le dará importancia dependiendo de cuáles intereses represente, por no decir a qué partido represente.

Y es así como vamos “avanzando” en nuestro Nueva York chiquito, en el Santo Domingo grande, en esta selva con asfalto dirigida y gobernada por una fauna tan dotada de argumentos que sus propuestas de campañas guardan estrecha relación con lo mismo que expelen por donde la espalda pierde el nombre y con tanto honor por defender que sólo alcanzan a preguntar: ¿de qué partido es usted?

No hay comentarios: