viernes, 12 de agosto de 2011

Atentado terrorista

Por: Rafaél Alvarez de los Santos

Una verdad indeleble atrapada en la esfinge de un refrán dice lo siguiente: “cuando la barba de tu vecino veas pelar, pon la tuya a remojar”.

Cuando los atentados contra las Torres Gemelas el 11 de septiembre del 2001 en EE.UU. pusieron al mundo en vilo y sin voltear la mirada para ningún otro lado, jamás pensé que en algún momento en nuestro país seríamos presa de un hecho que, aunque no sea parecido, me parece ha sido perpetrado por las mismas personas, o sea por terroristas.

No me importa si sean hindúes, musulmanes, católicos o quizás estadounidenses, la cuestión es que son terroristas y me refiero a lo siguiente: caminando por las inmediaciones del populoso sector de Villa Juana observé un letrero en la pared del cementerio que rezaba: No más moteles, No más cabañas, No más corrupción, queremos un barrio sano.

Respeto la decisión de quienes aspiren a un barrio sano, pero mezclar semejantes hechos: moteles, cabañas y corrupción me parece un vil atentado terrorista. Nadie más, con su cabeza bien puesta, sería capaz de hacer semejante mezcla.

Me opongo a que se relacione la muerte con la vida, el cielo con el infierno, la basura con el jardín, lo bueno con lo malo, el olor con el hedor, lo sublime con lo ridículo.

Sólo terroristas, para quienes lo malo es bueno y por eso no les importa mezclarlo, serían capaces de unir el pecado con el perdón, la verdad con la mentira, la vergüenza con el dinero, el mal con el bien, la pasión con el deseo, lo adecuado con lo inadecuado.

No es posible que se atrevan a poner juntos a Dios con el diablo, a la verdad con la mentira, el amor con el odio, la cizaña con el trigo.

El problema ha estado en querer deshacernos de la corrupción sin terminar con los corruptos. Por eso ellos se mueven en todas partes y de ahí, supongo yo, que se genere esta confusión perversa, malsana, hiperbólica hasta lo último.

Ni siquiera hay una situación de compage léxico que por lo menos se parezca a diego por decir digo, la gimnasia con la magnesia, la mantequilla y la vaselina, corroboro por corro y robo; o sea, ni siquiera se parecen.

Cabañas, moteles y corrupción no pueden aparecer juntos a no ser que algunos terroristas quisieran aprovechar la ignorancia del pueblo. Y si es así supongo que serán los mismos corruptos para confundir las cosas.

Todavía me niego a creer que se quiera mezclar lo bonito con lo feo, el sarcasmo con la verdad, la generación de vida con la creación de la muerte, la verdad con el olvido, la querida con la esposa, al ladrón con la justicia… es más, para darle nombres, a Paris Hilton con Maridalia Hernández.

Pensándolo bien, ¿y si son los mismos corruptos intentando despistarnos? De ser así, se reafirma mi tesis: es un atentado terrorista.

2 comentarios:

FM dijo...

Me gustiaria saber mi querido Rafael, donde está el acto de terrorismo.

Me gustó tu escrito, pero como no se leer entre linea, me quedé esperando la aclaración al final de las comparaciones.

Rafael Alvarez dijo...

Te recomiendo entonces que lo leas mas despacio, tómate tu tiempo y verás cuál es el atentado terrorista.

Ya el libro viene en camino. Me alegra que te haya gustado el escrito.

Rafael.