lunes, 27 de junio de 2011

Llamadas sin dueño

Por: Franklin A. Peralta E.

Me siento
en el centro de mi ser
miro alrededor
y sólo veo
el verde olor
a hormigas muertas.
Contemplando sus cadáveres
descubro que no sintieron
las muchas llamadas sin dueño
anunciadas con melodías
llenas de tormentosas esperanzas.

El dolor a alcohol del deseo
da gritos de placer
ante el anuncio del exterminio
del francotirador de mi orgullo en recreo.

La cansada danza de pasión débil
es el preludio en palabras
de un llanto retrasado por la desgracia.

El desánimo de los moteles
se hace presente
por la prolongada ausencia
de los juegos infantiles
de este adulto que se conforma
con ofender a estos papeles.


(El final en el inicio del 2003)

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