domingo, 10 de mayo de 2009

Derecho a ser hombre

Por: Héctor Martínez D.

Notas de un “vía crucis”

I
Hoy he despertado con un nuevo reclamo,
con una nueva esperanza,
con un nuevo canto:
el derecho a ser hombre,
a liberar mis lágrimas fermentadas,
por las posibilidades reprimidas
de sentir con otras
sin atrincherar la vida.

II
Una vez más me reclamo,
el derecho a sentir
a vivir en ternura
a compartir la vida sin desnudar la esperanza,
transitar por los sentidos del placer
sin cosificarme ni prostituir la belleza

III
Quiero sentir que tengo derecho,
derecho a ser hombre
a enternecer mi mirada,
a suavizar mi voz,
frecuentar abrazos

IV
Derecho a redimir ese sentido de firmeza
que confusamente me reclaman
esta necesidad de conciencia
de un ser que vive y en amor se recrea.

V
Necesito que se me dé el derecho a mí mismo
a no perderme en el abismo
de una hombreidad
que me niega la humanidad
y dolorosamente surca mi alma,
mi espíritu y mi corporeidad.

VI
Quiero ser hombre, ya.
Despedir este ser donado
y permanentemente confirmado
en la negación de la propia libertad
de compartir la vida
sin negar a otra su posibilidad.

VII
Libertad de ser padre sin relegación
libertad de amar sin miedo,
de entregarme sin duda
de encontrar en la paternidad
otro de los misterios que sanan mis contingencias.

VIII
Derecho a renacer,
reencontrar mi gen de vida,
de sensatez,
sensibilidad
y sabiduría,
irrumpidas por las imágenes sociales
de ese hombre que para ser
en la negación de sí necesita albergarse.

IX
Sueño contigo mujer,
con tus sueños
con tus anhelos,
que lloran la necesidad de hombres verdaderos.

X
Pero sufro el vacío de mí,
la escisión de lo que soy y para lo que nací,
el dolor de las historias que parieron
este hombre que no quiero,
pero que soy
y que en la búsqueda de ese otro, sigo siendo.

XI
A grito reclamo a mi género
que no me reclame que le avergüenzo
pues sólo quiero sentir que no sólo sueño,
que esta sed es de posibilidad,
de realidad que día a día estamos construyendo;
que estos anhelos no son por pendejo,
que puedo ser hombre,
que puedo sentir que estoy viviendo.

XII
Hoy te pido también a ti mujer
que me permitas ser
eso que ambos necesitamos reconstruir,
ese hombre que relegó el amor y el sentir en ti
y que en tus deseos domesticados
a veces extrañas y añoras.

XIII
Reconóceme tú también ese derecho,
sin hacerme sólo victimario
Pues también siento en mis texturas personales
la subyugación de mis ánimos
cada vez que me busco,
y que de ese hombre viejo quiero sanarme.

XIV
Hoy quiero reconocerme el derecho,
el poder y la capacidad
de sumar esfuerzo,
y de abrirme a nuevas experiencias
que trastoquen estos viejos sentidos de virilidad.

3 comentarios:

Mía dijo...

Gracias por pasar por mi blog y gracias por comentar, puse a la derecha un link con el tuyo para tenerlo cerca.

Saludos

Mía

Franklin P dijo...

Mía, sea usted bienvenida.

Poeta Martínez, por difícil que fue creerlo, el vía crucis terminó en exaltación. Sigamos sembrando, otros recogerán.

Joaco dijo...

Me siento más humano después de leer estos párrafos de mi hermano Héctor. Reafirma una vez más mi masculinidad, que de negarlo no seria lo que soy, un persona libre, que soy, hoy, mañana y siempre. Gracias poeta.