Por: Héctor Martínez D.
I
Experimentar el sufrimiento del infierno
se hace más llevadero
si nuestras expectativas al respecto
coinciden con su cerril dolor,
que un cielo de sufrimiento con camuflaje de gloria
y alimentando expectativas susceptibles de frustración.
II
Cada vez que el Sol cristaliza lo que soy
Y la noche me redescubre en mis propias sombras,
agradezco sin regateo
la oportunidad de pagar el precio de ser yo mismo.
III
Compartir y caminar contigo,
construir mis sueños y expectativas,
en ti me resignifican
y no puedo ser sin saberme ni dejarme acoger
en la necesidad de esa otra que me confirma: tu.
IV
Hasta las diferencias que como atentado a lo propio, se asumen
son también otras posibilidades
de hacer de nuestras existenciales cicatrices
ventanas a la libertad
y caudales de nuevos horizontes de ser y estar.
V
Lo que hoy siento por ti
es más que necesidad de tenerte,
es la confirmación de que nuestras individualidades
lo seguirán siendo
si somos el uno para el otro,
y agradecemos reconocer cada día
que la fragilidad toca nuestras puertas
y nos recuesta en su pecho
cada vez que sin soledad sospechamos
vacíos de amorosa presencia.
VI
Siempre escuché que la filosofía es para insatisfechos,
con el Orden Sistémico-Real,
pero cada vez que me tocas con el brillo de tus ojos
me salpicas la vida con cuestiones sin respuestas,
motivándome a no sólo preguntar.
VII
Mierda parece la vida cuando se ahogan sueños,
talentos, esperanzas y deseos de andar.
A mierda sabe la vida cuando en nombre de ella
se atrincheran las posibilidades de saltar.
Y en mierda nos convertimos
cuando simulamos acompañar
a alguien su vuelo iniciar,
mientras lo utilizamos
como montículo para sólo nosotros despegar.
1 comentario:
Poeta Martínez,
hay que tener mucho valor para desnudarse de esta manera.
Las últimas dos estrofas no las entiendo. Parece como si hubieras cambiado de interlocutor/a.
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