Por: Franklin A. Peralta E.
Noches que prohíben el amanecer
hasta convocar al Poeta.
Sepámoslo o no,
nos espera detrás de la puerta.
No importa si subimos o bajamos
él mueve su jardín botánico
y lo planta en medio del camino.
Antes de aprender a contar
ya contaba contigo.
Volé en busca del exilio
y lo encontré en una mujer
desnuda y entregada.
Pero regresé a tiempo
a la cordura de la patria.
Después de dar la vuelta al mundo
renuncié a ser pordiosero
y traduje a sagrado himno
tu Te Quiero.
Hay muchos poetas.
Algunos hasta nóbeles.
Pero tú abres las puertas
A los nóveles.
Poeta
ahora que te has ido
heredamos cantar tus amores.
Noches que prohíben el amanecer
hasta convocar al Poeta.
Sepámoslo o no,
nos espera detrás de la puerta.
No importa si subimos o bajamos
él mueve su jardín botánico
y lo planta en medio del camino.
Antes de aprender a contar
ya contaba contigo.
Volé en busca del exilio
y lo encontré en una mujer
desnuda y entregada.
Pero regresé a tiempo
a la cordura de la patria.
Después de dar la vuelta al mundo
renuncié a ser pordiosero
y traduje a sagrado himno
tu Te Quiero.
Hay muchos poetas.
Algunos hasta nóbeles.
Pero tú abres las puertas
A los nóveles.
Poeta
ahora que te has ido
heredamos cantar tus amores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario