lunes, 7 de octubre de 2024

SOS en un mundo que hace aguas

Por: Humberto Rivas

Estoy atrapado en medio del océano
en un barco de vela,
sin vela, sin timón, sin remo, sin botes salvavidas,
con sólo media botella de agua dulce que bebo
sorbo a sorbo en milimétrica medida.
Un pedazo de pan viejo y duro,
una bodega cargada de miedo e impotencia
y del agua salada que se cuela, atrevida,
por unas grietas que, como analogía de caóticos destinos,
profetizan un naufragio inminente.
Arriba en la cubierta miro adelante la línea del horizonte.
A estribor y a babor,
busco islas con la mirada que me salven de la muerte.
Abajo, el agua del mar va subiendo por la escotilla de proa,
arriba, en la cubierta, me voy tomando la última gota serenamente,
abandonado en los brazos del Creador, me quedan dos opciones:
morir con el rostro sereno o esperar un milagro en el último momento.
Mi mente se aclara y mi ánimo se sosiega,
elijo seguir esperando.

No hay comentarios: