lunes, 7 de agosto de 2023

Hermanecer

Por: Franklin A. Peralta E.

La primera noticia
que tuve tuya
fue cuando me salvaste la vida
protestando mi muerte.
Entrabas y salías
tan deprisa
que no podía verte.

Las alambradas dejaron
su escritura roja
en mi pecho
y te convertiste en ungüento.

La fortuna te sonrió
con rosas blancas
en la consumación de los tiempos.
Fin de la historia.
Hijos, casas, la Señora.
Pero no era tu hora.
Era la de ellos
tan caballeros.

La suma de las batallas
no ganó la guerra
y volviste a lo que eras.
Ahí fue,
en tu abismo,
cuando me salvaste
la vida por segunda vez
haciendo de mi pecado
tu bautismo.

Quería que te fueras
pero te instalaste
con gritos desesperados
de nacimiento.
Hasta aquí
había sido todo un juego.
No conocías el dolor.
Estaba reservado para ti
todo, completo, entero.
¿Te duele?

¿Que si te agradezco?
Me voy a anunciar a todos
con banderas amarillas 
que no te merezco.

No hay comentarios: