Por: Eddy Ulerio
A oscuras dejamos la casa
con los pies de algodón
entre las hojas caídas del cafetal y el murmullo de los grillos
Escondidos de los centinelas
cruzamos el cerco de alambre de púas.
El ojo biónico
escrutaba los predios
quedando ciego todo lo captado
Bajar la decencia hasta los pies
entre arbustos,
perder la inocencia.
Mimetizamos el instante
hurgamos en el nido
las horas se derriten de sudor
mientras los ojos palpitan
vuelve la luz sobre nosotros.
Saltamos de nuevo el cerco de púas
pisamos con sigilo las hojas secas del cafetal
regresamos a la casa
sin los pájaros.
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