miércoles, 8 de abril de 2009

Otra canción del alma enamorada

Por: Humberto Rivas

!Cuántas horas he pasado pensando en ti!
¡Cuántas noches oscuras esperando
en el silencio la claridad de tu presencia
que me hace siempre decir:
lo mejor de mi vida eres tú.

En tus ojos vislumbro tu corazón.
Y en él, ahí estoy yo, y en el mío tú.
No sé qué has hecho de mí,
pues ante tu puerta he dejado mi libertad,
ya que no soy nunca más
propietario de mi voluntad.

Mis pensamientos se visten de alas
posándose en tu nido,
y hasta soy un extranjero en mi propio corazón.
Ya no sé ni quién soy.
Sólo sé que en ti tengo
un porqué para vivir y
una razón para morir por alguien.

Nada existe ya a mi alrededor
que me robe una mirada,
sólo tú, sólo yo.
Todas mis olas mueren en tu playa,
mis corrientes tienden a ti como a su fin.

Y mis brazos, cansados de nadar contigo
en el mar de nuestra voluptuosidad.
Y mis ojos, en vilo, contemplan los tuyos
que me indican un lugar.
Y mis pies, vagabundos,
te llevan de estrella en estrella
haciendo el amor por todo el universo.

2 comentarios:

Franklin P dijo...

"y hasta soy un extranjero en mi propio corazón",

Ah estimado poeta, yo sé bien de esos motines cardíacos.

Arq. Jennet Tineo dijo...

Coartada la libertad en alas del amor, transformado el corazón en pasaporte certero a un mundo desconocido, venerado, deseado y temido, gustoso sentimiento exaltado en tus letras Humberto.

Saludando!