Caminando hacia el sur profundo, un mundo de sorpresas pude
encontrar. Nada que ver con progreso y mucho menos con equidad. La gente me
preguntaba por el presidente. No supe responder y tan poco consolar tan
profunda angustia que en cada rostro pude contemplar. ¿Estaba de vuelta en
Comala? No. Esta es la pura realidad; tan real como muchos lugares que hoy
forman parte de las migajas que nos dejan las secuelas del progreso y
desarrollo. Esta miseria maldita en la que está sumergida gran parte de la
República Dominicana. ¿Quién responde a las desgracias de tantas personas que
aún padecen la pobreza extrema? Ya la FAO habló. Es hambre. Y los políticos
cambian pan por votos. Los votos no se comen;
el pan sí. La gente seguirá votando por sus verdugos cada cuatro años; a la
espera de un redentor que los lleve a la tierra prometida, donde sus penas
cesarán y contemplarán cara a cara al gran libertador.
lunes, 4 de noviembre de 2019
lunes, 28 de octubre de 2019
Valgo menos que una gotera
Por: Eddy Ulerio
Hoy me encuentro en el subsuelo
no hay nada que levante mi espíritu
como abandonado de las manos
de los dioses,
y una sensación reductible
me taladra la conciencia
con dosis de cianuro en la sangre
como si todo se volviera en mi contra,
gestos inútiles
en este ir y venir de los días
no hay salida.
Las mismas ideas de pie
este soñar que se inclina
al precipicio,
y las palabras sublevadas
resuenan sin sentido
en la boca de quien las pronuncia
desde la oscuridad de su indefinición.
Hoy, valgo menos que la gotera
que se desliza entre las yaguas
la que sabe que, al caer,
se perderá.
lunes, 21 de octubre de 2019
Otoño
Por: Franklin A. Peralta E.
Espero con ansias
sesenta gotas amarillas
y una alfombra de flores de caoba
para disimular el asfalto.
Me urge caminar sin prisas
con mariposas indiscretas
expulsadas de lo alto.
Necesito la calma de una mañana
que inunde en llanto mi mirada.
Pretendo ir a contracorriente
para de una vez por todas
asumir mis heridas.
Me gusta acompañar el lamento
de los altos señores
que lloran su piel perdida.
Envidio el desdén de los de abajo
que desde hace años celebran su desventura.
De estos cuatro jinetes del Apocalipsis
me acuesto con el que sin frío ni calor
se desnuda.
viernes, 27 de septiembre de 2019
Mi madre
Por: Leonardo Nin
Era de color de la
noche la noche en que a mi madre se le oscureció
el
tiempo.
Era del tamaño del
tiempo el océano de lágrimas chorreadas en las
bodegas de un barco sin
mundo.
Era del tamaño del
mundo el vientre en que madre en cadenas parió
un continente.
Era del ancho de un
continente la isla en la que mi madre enterró sus
huesos.
Era del blanco de los
huesos la esperanza pálida de su pelo crespo en
mis manos mulatas.
Tomado del libro: Espacio pagado. 2018
lunes, 16 de septiembre de 2019
País
Por: Sandy R. Genao Cruz
Caduca nuestra sociedad entre los desatinos
invertidos los valores
oscuro destino
impunidad, corrupción
nuestro pan de cada día
inseguridad pública
drogas, tráfico de influencia
es todo lo que se respira.
Políticos que viven de la política
pero no la practican.
Gente sin ética, sin moral
que dirigen nuestras vidas.
¿Dónde naufragaremos?
Porque vamos a la deriva.
lunes, 9 de septiembre de 2019
Ayer
Por: Jean Suriel
AYER estuve junto al río.
Te vi, te vi pasar junto a la soledad
cual rosal que navega hacia la aurora.
Ayer, vi el dulce vuelo de las aves.
Pero, ¿sabes?, también te vi,
vi tu silueta escapar entre sus alas.
No quise creer ese espejismo,
pero te vi caminar entre las rosas,
te vi navegar junto al río.
Ayer, cuando la tarde caía sobre mi frente,
te vi caminar hacia el ocaso,
lentamente, como hora matutina.
Ayer, también, no volví a verte,
porque te fuiste con la corriente.
Y quedo triste en la orilla del río,
sin verte entre las rosas,
sin verte escapar entre las aves.
Tomado del libro: Tránsito de Venus. 2014
viernes, 2 de agosto de 2019
Amenaza
Por: Nicolás Guevara
Veo colinas
gente de un lado a otro sin aspaviento
con siete sabios romanos en la mochila
sus manos juntas sobre el fuego
el vino derramado en las palabras
y los árboles arrojando sombra al paladar.
Oigo campanas evocadoras de fe
mientras persiste la amenaza de un beso
que no alcanza para olvidar que te extraño.
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