Por: Naomi Mulvihill
Cuando trabajé en el orfanato un chico vino
a cosechar caña de azúcar vestido con lo que
había llevado puesto para prostituirse en un resort de playa.
Sus compañeros de cuarto recogieron roca volcánica
la que luego me enteré se llamaba escoria—una palabra
cuya raíz nos da desecho, mierda
y excremento. Al borde del campo,
lo apedrearon. Veo todavía su azul menguante,
la agitación de su vestido al correr.
Por celos o aburrimiento también mataron
a los perros callejeros que cada uno había adoptado.
Entonces, no supe lo que era despertar
en la cama de una mujer y entrar al mundo
segura de que su roce habría de verse en mi piel.
Traducido por: Jorge Vessel (en The Unamuno Author Series Festival: A Bilingual Anthology, (Madrid: by The Unamuno Author Series and Desperate Literature, 2019)
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