Por: Leonardo Nin
Era de color de la
noche la noche en que a mi madre se le oscureció
el
tiempo.
Era del tamaño del
tiempo el océano de lágrimas chorreadas en las
bodegas de un barco sin
mundo.
Era del tamaño del
mundo el vientre en que madre en cadenas parió
un continente.
Era del ancho de un
continente la isla en la que mi madre enterró sus
huesos.
Era del blanco de los
huesos la esperanza pálida de su pelo crespo en
mis manos mulatas.
Tomado del libro: Espacio pagado. 2018
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