Por: Franklin A. Peralta E.
Tres días antes o mejor decir noches
viniste sin venir a estar conmigo
abrí los ojos y me soñé contigo
y amarré mis caballos a tus coches.
La amistad impidió los reproches
bebí lo mío y lo de cada amigo
me embriagó saber que no te obligo
y fueron tus palabras perfectos broches.
Volé hacia ti con alas prestadas
no importó dirigirme al abismo
o estas heridas casi curadas.
No pude creer el desplante de las hadas
cuando ansias y yo fuimos lo mismo
ante tu puerta y tu cama cerradas.
ante tu puerta y tu cama cerradas.
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