Balbuceaba un sinsentido
mientras iba en el tren.
No sabía si era tiempo
de bajar o seguir,
y la vida me indicaba
que las dudas provocaban dolor.
Y el segundo que pasaba
otra herida impregnaba en mí.
La ciudad me recordaba
lo diminuto que soy
y la cantidad de opciones
que tengo yo en mi interior.
Pero los minutos pasan,
y el recuerdo en mí se atasca
de sus rizos en mi cara
o los soplidos que me daba
para volverme en mí.
El dolor es natural
y el sufrir es opcional...
hace tiempo que leí.
Hoy mi realidad es dura
y mi opción es insegura...
balanceándose a mil.
balanceándose a mil.
Y es que un día yo recuerdo
aquellos momentos bellos
y soy plenamente feliz.
Pero al otro, mal me siento
y mi respirar es lento
porque no está junto a mí.
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