viernes, 28 de noviembre de 2008

SUSPIROS DE DESEOS E INDIGNACION

Por: Héctor Martínez D.

I

Experimentar el sufrimiento del infierno

se hace más llevadero

si nuestras expectativas al respecto

coinciden con su cerril dolor,

que un cielo de sufrimiento con camuflaje de gloria

y alimentando expectativas susceptibles de frustración.

II

Cada vez que el Sol cristaliza lo que soy

Y la noche me redescubre en mis propias sombras,

agradezco sin regateo

la oportunidad de pagar el precio de ser yo mismo.


III

Compartir y caminar contigo,

construir mis sueños y expectativas,

en ti me resignifican

y no puedo ser sin saberme ni dejarme acoger

en la necesidad de esa otra que me confirma: tu.


IV

Hasta las diferencias que como atentado a lo propio, se asumen

son también otras posibilidades

de hacer de nuestras existenciales cicatrices

ventanas a la libertad

y caudales de nuevos horizontes de ser y estar.


V

Lo que hoy siento por ti

es más que necesidad de tenerte,

es la confirmación de que nuestras individualidades

lo seguirán siendo

si somos el uno para el otro,

y agradecemos reconocer cada día

que la fragilidad toca nuestras puertas

y nos recuesta en su pecho

cada vez que sin soledad sospechamos

vacíos de amorosa presencia.


VI

Siempre escuché que la filosofía es para insatisfechos,

con el Orden Sistémico-Real,

pero cada vez que me tocas con el brillo de tus ojos

me salpicas la vida con cuestiones sin respuestas,

motivándome a no sólo preguntar.


VII

Mierda parece la vida cuando se ahogan sueños,

talentos, esperanzas y deseos de andar.

A mierda sabe la vida cuando en nombre de ella

se atrincheran las posibilidades de saltar.

Y en mierda nos convertimos

cuando simulamos acompañar

a alguien su vuelo iniciar,

mientras lo utilizamos

como montículo para sólo nosotros despegar.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

PRESENTE

Por: Héctor Martínez D.
Apareciste entre la espera desistida,
El desanhelo cultivado
Y la duda relegada.

Apareciste sublimando la vida
Recreando horizontes
Trastocando esperanzas.

Apareciste entre guiones
de verdades y dudas
de deseos, silencios y réplicas,
convirtiendo en ahora
lo que idealicé como futuro
Y recreé cual pasado vivido.

No apareciste; estás desde que te esperé,
estuviste desde que te dudé,
me convocaste desde que te soñé
y en mi corazón te acogí
desde que tu ser siempre ahora, comprendí.

Hoy nos miramos,
nos cuestionamos.
Entre abrazos y besos no del todo consumados,
Nos seguimos encontrando,
nos festejamos;
Tú con las posibilidades que me das
Yo, con la afectiva conciencia con que te reclamo.

martes, 11 de noviembre de 2008

¿A dónde se ha ido el caminante?

Por Jacinto Sención Mateo

Inocente de Ti

Perdido en la inocencia de tu existencia,
Mas sin saber que no sabía nada de ti,
No te pensaba, no te sentía, no estaba en mí,
Ni sentir siquiera por un segundo tu presencia.

Cuanta inocencia de no saber hacia donde ir,
Sin buscarte en el horizonte de mi sufrir,
Más me alejaba, más me escondía,
En la oscura tiniebla de la ignorancia,
Sin ver lo visible que hay en ti.

Días van días vienen y sigo ahí,
Envuelto en pañales, segado por el miedo,
Con la sola certeza de que estoy aquí,
Sin entender nada de lo que siento,
Esclavo soy del sufrimiento.

Solo me queda esperar el día,
Marcado al nacer en esta vida,
Sombras me acompañan en la travesía,
Al nublado mundo donde habitarían,
Los que ayer fueron sabios,
Y hoy somos inocentes todavía…


Dormir eternamente en silencio


Son muchas las noches sin dormir,
Sin poder escapar de los vivos miserables,
Que no mueren a la apetencia del ultraje,
Pero viven en el insomnio del desenfreno,
Y los indefensos subyugados por el miedo,
Son tan miserables como ellos.

¿Por qué tan largos y anchos los días?,
Y el vacío en abundancia se hace eterno,
Olores pútridos en todo el sendero,
Y las flores sin aromas en rebeldía,
Se niegan armonizar el camino del viajero.

Siente que no puede caminar más,
Pero camina, camina hacia el infinito,
Necesita correr, correr hacia el desolado mar,
Para embarcase en un viaje,
Donde sólo van los valientes,
Y jamás quieren regresar.

No descansa de remar cada día,
Mientras navega siente que el infinito,
Se hace eco de lo que intenta, de lo que quiere,
Llegar a la orilla y en silencio,
Dormir eternamente en silencio.


Sólo persiste la duda


Ya no hay abismo por recorrer,
No hay horizonte por alcanzar,
Ni el infinito cautivar,
Sólo persiste la duda,
De lo que pudo ser y no ser.

¿Fue realmente lo vivido?,
¿O un espejismo de los sueños?,
Se responde en silencio,
Un silencio tan perenne como el sueño,

¿A dónde se ha ido el caminante preguntan algunos?,
Y la repuesta se hizo acompañar de la duda,
Por dar razón al vacío que han dejados los caídos,
Los vencidos, los cobardes, que por el miedo,
Un miedo devorador de ilusiones,
Que atrasa el paso del viajero.

¿Qué se queda en el pasar de los vientos?,
¿Qué se encuentra en lo profundo del abismo?
¿Qué se busca en prolongar la existencia?
Si sólo la duda es la única respuesta,
De lo que pudo ser y no ser,
De nuestra existencia.

sábado, 8 de noviembre de 2008

Sueño de una tarde de febrero

Por María Ovalles

Fue un sueño extraño. Soñaba que llegaba a casa y encontraba dentro de ella un montón de gente, muchas de las cuales yo no conocía. Al pasar por entre aquellas personas trataba de descubrir que hacían todos allí, pero no pude. Subí las escaleras y me fui a mi habitación. Me acosté e inmediatamente quedé dormida. Empecé a soñar que tía Lala, que dormía en la planta baja, pues era más conveniente para ella ya que no tendría que subir ni bajar escaleras, se preparaba para irse a bañar. La vi desvestirse y con paciencia recogerse el pelo. La vi dirigirse con pasos torpes y lentos hacia su baño, abrir la puerta, correr la cortina de la bañera, abrir el grifo, meter una mano bajo el agua mientras, parada frente al espejo y con su mano izquierda, tocaba su cara como si quisiera alisar las arrugas que los años habían dejado en su rostro. Luego la vi introducir el pie derecho en la bañera, también el izquierdo. Y después ese paso en falso que la tumbó, sin tiempo a que se agarrara de nada, y ese golpe en la nunca que la dejó sin vida. Entonces en mi sueño desperté y bajé corriendo las escaleras y escuché los gritos de Laura, que nerviosa preguntaba dónde estaban las llaves del carro. Me dirigí hacia el cuarto de tía y mientras caminaba hacia su baño preguntaba ¿qué pasó?, pero ya yo lo sabía porque en el sueño que había tenido en mi sueño lo había visto todo. Entonces desperté. Me quedé muy quieta viendo a través de mi ventana como la brisa agitaba las hojas de los árboles y le sacaba ese sonido tan fascinante que a mi siempre me ha gustado. Así estuve alrededor de 10 minutos, hasta que algo trajo a mi mente el sueño que había tenido y traté de recordarlo, pero no podía. Hacía un esfuerzo terrible por poner las imágenes en orden, pues llegaban a mi cabeza en retazos. En eso estaba cuando mi hermana Laura abrió la puerta de mi habitación y su mirada me hizo recordar de golpe todo el sueño y sólo le pude decir “las llaves están sobre la mesita de noche”.

martes, 4 de noviembre de 2008

Verdad y presencia

Por: Héctor Martínez D.



En prosas poéticas,
Versos narrativos,
Sueños actualizados
Y anhelos vividos
Convierte tu presencia mis suspiros
Cada amanecer que despertamos coexistidos.

La verdad que tu piel comunica,
Y el ardor de tus pechos
De deseos abiertos
Simbiotizan mis venas en raíces,
Troncando mis nervios entre tus gemidos
Haciendo uno el infierno y el paraíso.

Presencia y verdad de conciencia,
De carne,
Historia,
Sentimiento,
Morbo y belleza;

Presencia y verdad de humanidad,
De Corazón,
Espíritu,
Sangre,
Piel y facticidad;

Horizonte succionante de pasión
De deseos y gracias
Se hace tu presencia
Cada noche que irrumpes mi sueño
Y desvelas mis nervios
Sin dudas ni reservas.

Necesaria existencia
de poli-unidualidad
pureza, éxtasis y temporalidad,
es tu presencia, tu verdad.

sábado, 1 de noviembre de 2008

Estoy pensando demasiado en ti

Por: Franklin A. Peralta E.

El tiempo pasa
pero no por esta casa
construida sobre un hasta luego
que se va haciendo nuevo
siempre que no te encuentro
donde te dejé en verano
saboreando la dulzura
de las lágrimas de aeropuertos
por donde alzan el vuelo
la cobardía y el acierto.

El tiempo pasa
pero no por estas noches
que me enfadan más que los días
con sus cargas de agonías
prometiendo la cicuta
al olvido que no olvida
la desgracia de llegar a casa
y confirmar la mentira
de estar vivo todavía.

El tiempo pasa
pero no por estas caras
que me enfrentan de repente
convocándome a la muerte
de este sin ti tan amargo *
pegadizo a mi presente
que falseo ante la gente
que intuye que el tiempo pasa
pero no por esta alma.



* J.S.

(Justo a la mitad de enero del 2003)